La presidenta Cristina Fernández quería paritarias que cierren al 18%. En esa “sintonía” el traidor Andrés Rodríguez (UPCN), cerró para los estatales el 21%. Claro, las cosas no salen como ella quisiera.
La presidenta Cristina Fernández quería paritarias que cierren al 18%. En esa “sintonía” el traidor Andrés Rodríguez (UPCN), cerró para los estatales el 21%. Claro, las cosas no salen como ella quisiera.
La UOM aún no firmó y convocó a un paro para el jueves pasado. Ya se conoce el juego de Caló, que tiene al 80% de los metalúrgicos en los $2.500: quiere arreglar por el 22%, el 15% ahora y el 7% en agosto; forcejea porque pide incorporar $300 no remunerativos, y acercarse a los $4.000. Se olvidaron que la canasta para la familia tipo hoy supera los $7400.
El horno no está para bollos por abajo, a nosotros nos dan rabia también los sindicalistas empresarios, pero mucha más cómo nos explotan los patrones y la inflación que impulsa el gobierno. Cristina tendrá rabia con algunos sindicalistas, pero no le da rabia los despidos y suspensiones que ya hay, por su política; no le da rabia cobrarle impuesto a los salarios a dos millones de trabajadores, por lo que nuevamente se va a quedar con el aguinaldo de estos compañeros; no le da rabia el 40% de los trabajadores en negro o no devolver la plata de las obras sociales; y por supuesto que no le da rabia el ajuste brutal a través de la inflación y los ritmos de producción que imponen los monopolios aquí, descargando la crisis internacional.
El núcleo de los dirigentes sindicales traidores y colaboracionistas, se animan ahora, después de la expropiación del 51% de las acciones de YPF. Los trabajadores ven esto como positivo, pero van por más, van por salario igual a la canasta familiar real.
Cómo no va a tener rabia la presidenta, si a pesar de las gambetas de los dirigentes de La Bancaria se hizo una movilización el jueves 10/5 y aún no se cierra la paritaria; los municipales se movilizaron el jueves en la provincia de Buenos Aires y piden paritarias; los camioneros de la empresa de transporte de combustible Dapsa paró por irregularidades en la liquidación de sueldos, etc.
Gran elección en la alimentación
Lo más importante de estos últimos días fue la gran elección de la oposición combativa nucleada en la lista Bordó en el Sindicato de la Alimentación, que sacó un 40% de los votos contra Daer, y ganó en las 14 empresas más importantes del gremio como Kraft. Daer se suma a los “gordos” contra Moyano pero ha pedido el 35% de aumento, recordemos la lucha del año anterior en Arcor, Kraft y todo el gremio arrancada desde abajo, que logró un importante aumento.
Le da rabia a la presidenta porque en la multitud de problemas que tiene, “tomó aire” con lo de YPF y pretende que su ajuste inflacionario pase tranquilamente. Muchos trabajadores que la votaron dicen: “bien Cristina, pero los patrones han ganado mucha plata y la inflación nos está matando, queremos aumento. La carne, la yerba, la canasta alimentaria se fue a las nubes”. Es una gran pulseada política, ella juega “con los ciudadanos, contra las corporaciones”, como es la onda de los presidentes mundialmente, pero sólo contra algunas corporaciones. ¿Acaso no juega junto a las cámaras patronales?
No se ve que Cristina Fernández esté en contra del juego y el narcotráfico –hay paco en todas las esquinas–, ni tampoco contra las exportadoras de soja. Sí estuvo contra Repsol, ¿por qué no está contra Pan American Energy y la British Petroleum de los ingleses?
La presidenta juega a fondo después de la expropiación de YPF, para lograr los topes salariales y para ganarle a Moyano en la CGT. Ahora atrajo al frente de Caló a algunos “moderados” del moyanismo como Viviani, Maturano, etc. Los negocios de la Secretaría de Transporte son un gran atractivo para algunos. Quieren que Moyano levante la candidatura y se sume al frente de Caló; parece que este juego va a fracasar y si fracasa lo más posible es que se fracture nuevamente la CGT. Si se fractura ¿quién controla a Moyano? Además el gobierno tiene una contradicción muy importante con Scioli en la provincia de Buenos Aires, que parece que se agudiza día a día.
La clave está en seguir empujando desde abajo, fábrica por fábrica, lugar de trabajo por lugar de trabajo, en el Estado y en los privados, la más amplia unidad para la lucha por el salario de acuerdo a la canasta familiar real, contra la inflación, contra despidos y suspensiones, contra el impuesto a los salarios, por pase a planta permanente y contra la tercerización, contra los topes en las asignaciones familiares y aumento de las mismas, contra los ritmos infernales de producción.
Las grietas por arriba ayudan a unir corrientes por abajo. Hay que trabajar audazmente uniendo y uniendo con los reclamos obreros y un programa que encabece la lucha, un movimiento por una YPF 100% estatal con control de los trabajadores y el pueblo, avanzando en un programa integral anticrisis de la clase obrera y el pueblo para no pagar la crisis y parar el ajuste inflacionario y la judicialización continua que impone este gobierno a los luchadores populares.
Al calor de la lucha debemos barrer los colaboracionistas y recuperar los cuerpos de delegados, comisiones internas y sindicatos. Kraft y los petroleros nos muestran el camino. Docentes, estatales y desocupados mostraron un verano caliente, sigamos calentando el otoño, trabajando el paro nacional activo del 8 de junio impulsado por la CTA, teniendo en cuenta que estamos en una gran pulseada política que podemos ganar o perder, pero trabajamos para ganarla desde abajo. Uniéndonos ocupados, jubilados desocupados y todos los sectores del pueblo, como lo hacemos con los campesinos, los originarios, los estudiantes, etc.