Cuando se discutía la estatización del 51% de YPF, Telefónica hacía público que en 2011 giró de América Latina a España ganancias por 3.139 millones de euros, y Telecom de Argentina declaró ganancias en el mismo periodo de 2.422 millones de pesos. Todo eso abrió el debate en los telefónicos sobre la superexplotación de estos monopolios de efectivos y tercerizados, la posibilidad de recuperar la soberanía de las telecomunicaciones y la necesidad de una urgente recomposición salarial frente a la creciente inflación.
En ese marco una asamblea de los trabajadores del Edificio Cuyo resolvió promover una movilización al gremio para exigir la apertura ya de las paritarias por un 35% de aumento. Los dirigentes de Foetra, avisados de la amplia repercusión que dicha asamblea tuvo en el resto del gremio, se apresuraron a informar el inicio de las discusiones paritarias y convocaron a un Plenario de Delegados para el 9 de mayo.
Trascendió que la dirección de Foetra llevaba como propuesta al Plenario el pedido de aumento del 31,5% en cuotas, como fue el año pasado. La mayoría de las asambleas de edificio plantearon que ese aumento sólo es aceptable si va todo junto, en una sola vez, al básico. Conciente del planteo mayoritario que venía de abajo la dirección del gremio hizo esa propuesta en el Plenario, que lo aprobó por abrumadora mayoría.
Tanto el adelantamiento de las paritarias como el pedido de un aumento del 31,5% en una sola vez al básico fue impulsado desde abajo por los trabajadores y tomado por la dirección kirchnerista de Foetra para descomprimir y ganar tiempo hasta julio cuando vence el actual convenio. Ahora, conociendo la presión del gobierno y los antecedentes de estos dirigentes expertos en burlar la decisión de los trabajadores, hay que garantizar desde abajo que se cumpla lo resuelto por el Plenario de Delegados.
