La información difundida en los medios locales, daba cuenta de la determinación de la Justicia catamarqueña de ordenar el desalojo del bloqueo selectivo que realizan los asambleístas tinogasteños por orden directa de la gobernadora Corpacci Saadi, tácitamente respaldada por la presidenta Cristina Fernández luego de reunirse con ella en la Casa Rosada.
Esto alertó a todas las organizaciones que apoyan la lucha contra la minería imperialista desde La Quiaca a Tierra del Fuego.
La información difundida en los medios locales, daba cuenta de la determinación de la Justicia catamarqueña de ordenar el desalojo del bloqueo selectivo que realizan los asambleístas tinogasteños por orden directa de la gobernadora Corpacci Saadi, tácitamente respaldada por la presidenta Cristina Fernández luego de reunirse con ella en la Casa Rosada.
Esto alertó a todas las organizaciones que apoyan la lucha contra la minería imperialista desde La Quiaca a Tierra del Fuego.
La noticia de la salida de fuerzas represivas -que en gran número se dirigían al bloqueo- puso en tensión a todo Tinogasta, que se dirigió con premura a respaldar el corte a la entrada de la ciudad. La lógica inquietud y temor a la represión se mezclaba con la determinación de resistir cualquiera fuera la consecuencia.
El gobierno juega con fuego y sabe que puede incendiarse. Desde hace días reina una tensa calma; además del apoyo manifestado a través de las redes sociales fue importante la presencia en las carpas del párroco de Tinogasta padre Chaile, llevando el mensaje de apoyo a los asambleístas defensores de la vida y los bienes comunes.
¿Donde está la justicia social? preguntamos, ¿dónde las promesas de trabajo para los jóvenes?, cuando los que trabajan en La Alumbrera no pasan de 500 catamarqueños, entre los cuales sólo hay dos tinogasteños. Robustecen sus argumentos el dictamen de la justicia federal de Tucumán que opina que es un derecho constitucional luchar por una forma de vida consagrada en la Constitución, en histórico fallo. Por cierto esto colisiona con jueces que en Catamarca envían la represión con manifestaciones públicas provocadoras.
Se multiplican las manifestaciones de solidaridad y lucha, como el escrache tumultuoso de los riojanos contra diputados del Frente de la Victoria que están a favor de la explotación de la megaminería. Siguen y se renuevan los cortes en Alto de Carrizal, en Andalgalá, que denuncian nuevos derrames del mineraloducto en el lecho del río Villavil.
Urge la solidaridad con la lucha de los pueblos que defienden los bienes comunes en contra del saqueo imperialista ¡El Aconquija no se toca!
