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18 de July de 2012

Los logros y las luchas de la Sala de Salud de la Junta Vecinal “7 de Mayo” del Barrio María Elena, La Matanza, contados por su director.

“La salud depende de las condiciones de vida y trabajo”

Hoy 1428 / Reportaje a Néstor Olivieri, el “Dr. Chino”

Ya desde afuera de la Sala uno se da cuenta que no es una más. Un bello mural en una de las paredes anuncia “El pueblo debe tomar en sus manos la lucha por la salud”. Al frente, la ambulancia de la Sala, con las siglas CCC pintadas en su carrocería. Nos recibe Néstor Olivieri, director de la Sala, conocido por todos como el “Dr. Chino”, y nos muestra las novedades en este centro de salud que atiende a una población de 50.000 personas de los barrios María Elena, El Porvenir, Latinoamérica y La Juanita, en la localidad de Laferrere del municipio de La Matanza.


La Sala, que creció desde hace 25 años levantada por los vecinos, hoy tiene dos plantas, y un plantel de médicos, ginecólogo, enfermera, dos profesionales en salud mental, cocineras, una mesa de atención, farmacia, y varios agentes de salud, formados en la misma sala y que conforman una red sanitaria invalorable, junto a las personas que cubren mil y un tareas. “Ahora no tenemos pediatría, porque se fueron por la gran demanda y el poco sueldo”, dice el Dr. Chino, mientras agrega, como dato de que “nos cuentan que está todo bien, pero la realidad es otra”, que en la sala funciona un comedor, que abrió en el 2002, y da de comer a 200 personas todos los días.


“Repartimos 5.000 kilos leche por mes, en plata son casi 200 mil pesos, el valor de una casa”, comenta Olivieri, y nos dice que hace poco hicieron una reunión de los trabajadores de la Sala, donde realizaron un balance de estos 25 años de lucha, y que viendo los logros pudieron afirmar “hemos triunfado”, y a la vez se plantearon “tenemos que seguir luchando”, trazándose objetivos inmediatos en esta pelea colectiva contra las consecuencias de políticas que no solucionan los problemas de la gente, ni mucho menos.


El Dr. Chino se saca una foto con las cocineras, y muestra la montaña de kilos de leche, en medio de un salón donde vecinas hacen una feria americana con la que juntan unos pesitos para la Sala, que ha multiplicado sus actividades, en una muestra práctica de cómo se entiende la lucha por la salud en este rincón matancero. “Nos hemos especializado en la diabetes, tenemos trabajo con la tuberculosis. Tenemos apoyo escolar los sábados para 50 chicos, a los que damos desayuno. Tenemos profesor de guitarra. Un grupo de estudiantes universitarios de medicina y de arquitectura viene a aprender y a enseñar. Hemos ampliado odontología; al dentista que tenemos sumamos gente del grupo Odontólogos Solidarios Argentinos, que vienen una vez por semana y hacemos trabajo de campo en las escuelas, en las iglesias”.

 

La salud desde Belgrano a hoy
Olivieri afirma: “¿De qué nos hablan cuando nos dicen que está todo bien? Nos quieren engañar, pero no somos tontos, nos damos cuenta que lo que nos cuentan es mentira, por lo menos en una gran parte”. Y cuenta que en el Hospital Italiano le hicieron una historia clínica a Manuel Belgrano: “un gran patriota, un gran luchador, y un gran enfermo. Tuvo sífilis, tripanosomiasis (mal de Chagas). Murió hace casi 200 años, y esas enfermedades siguen estando. Hay tuberculosis, hay sífilis, hay tripanosomiasis, hay desnutrición. No está resuelto el tema”.


El Dr. Chino va describiendo la situación en la salud popular “que está en crisis. Y la salud pública está más en crisis. Las infecciones, las bronquiolitis, enfermedades respiratorias importantes, a la orden del día, lo mismo que enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes. Ahora hay mucha gente con forúnculos, y es por la contaminación. El tema de la basura no está resuelto, y no hay cloacas. El Ceamse entierra la basura y contamina el agua. La mitad de la población no tiene ni agua potable ni cloacas.


“Hay epidemias de bronquiolitis como todos los años. El hospital de niños de La Matanza tiene 100 camas y hay 200 internados. Es irrisorio que un partido de 2 millones de habitantes tenga 100 camas pediátricas, el 15% de lo que tiene que tener. Para 30.000 nuevos nacimientos por año, las camas obstétricas alcanzan a 7 u 8 mil partos. Los demás se tienen que ir a otros distritos, o a la casa. Hay un hospital nuevo, en el Km 32, un edificio impresionante, que está funcionando menos de la mitad, porque la otra mitad está vacía, sin profesionales, ni insumos, ni camas, ni nada. El hospital materno infantil de Laferrere está cuatro días a la semana sin guardia pediátrica, porque no hay pediatras. No tiene neonatólogos ¿quién atiende a los chiquitos que nacen con problemas? Ni hablemos de la salud mental. No hay psiquiatras”.


Sobre esto agrega el Lic. Hugo Pollola, psicólogo social que trabaja hace años en la Sala: “No debe haber más de 8 o 9 psiquiatras, y menos de 40 trabajadores de salud mental en toda La Matanza. 60.000 personas cada uno”, ironiza, y describe la grave situación de violencia que atraviesan los barrios, con cuatro muertos sólo el fin de semana en El Porvenir, peleas entre transas, con la policía pegando terribles palizas a los pibes, “Y te pasan en los medios la inseguridad para las capas medias. Esto es un polvorín”. Olivieri aprovecha para describir el trabajo que se hace con los jóvenes y la droga. “Seguimos con los grupos, desde hace años, todos los viernes. Ahí están más metidos los de salud mental”.


La relación entre desnutrición y desarrollo mental, en esta sala tiene nombre: Cali. “Un pibe que está con nosotros en la sala. Tuvo desnutrición entre los 4 y los 8 meses. Con la leche lo logramos sacar, y dejó de ser desnutrido físicamente. Pero a los dos años le preguntabas como te llamás, y te decía “Cali”, por Carlitos. A los cinco te decía Cali, y a los 12 te decía Cali. Hasta ahí llegó. Ese fue el primer desnutrido que tratamos, y con él aprendimos que la desnutrición es física y psíquica. Ahora vamos a un nuevo relevamiento del estado nutricional en el barrio”.

 

Una lucha en varios frentes
Trabajadores, pacientes y vecinos toman en serio la consigna del mural, y dan la pelea en dos frentes. “Participamos de las movilizaciones, como sala. Estuvimos el 2 de abril, en el corte de la Richieri con la CTA, en la marcha a Plaza de Mayo con la CGT, y además tenemos nuestras reivindicaciones específicas con la Municipalidad, como Sala de Salud. A veces pedimos la colaboración de la CCC para alguna marcha”, dice Olivieri, y describe la complejidad de una sala que es municipal, pero donde “La leche viene a través de provincia y los insumos del comedor vienen de nación. Los últimos nombramientos son nacionales. Acá yo tengo una beca provincial de $3.000 por mes. Aparte soy médico municipal”.


El Dr. Chino enumera los objetivos inmediatos, y los pedidos que han hecho al municipio recientemente: “Algunos ya los conseguimos, como el aumento de 3.000 a 5.000 kilos de leche por mes. Pedimos un pediatra, una trabajadora social, dos personas de servicio, personal administrativo. Si hasta determinada fecha no se resuelven los pedidos, saldremos a la lucha.”

 

Medicina social
Olivieri dice que “Hay un debate sobre qué es la medicina social. Para nosotros es luchar para conseguir que la salud sea pública, gratuita, accesible e igualitaria para todos. Eso sólo se puede conseguir con la participación del conjunto de la población, por eso es la consigna que tenemos en la pared que ‘el pueblo debe tomar la lucha por la salud en sus manos’. Nosotros pensamos que eso es el corazón de la medicina social: construir una salud pública gratuita, y que todos nosotros, los pacientes, los vecinos, el equipo de salud, luchemos por esto, y que la gente se haga protagonista. Es una lucha dura y difícil”.


Polemiza con la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud, que dice que “es el bienestar físico y síquico de las personas”. “Ahí no está claro de qué depende ese bienestar. Nosotros con el mismo énfasis decimos que la salud depende de las condiciones de vida y trabajo de las personas. Si una persona con su trabajo gana para comer, para vestirse, para educarse, para recrearse, va a tener salud. Si no, va a triunfar la enfermedad. Nosotros decimos que con esa definición de salud nos tenemos que introducir en la lucha social, porque si no es imposible resolver el problema de la salud”.


“Peleamos por la medicina social ahora, porque es la mejor forma de impulsarla para un futuro. Esto está en debate en todos lados. Nosotros nos estamos preparando para resolver los problemas de fondo de la Argentina. Esto es una semillita muy pequeña de lo que podría ser un país con salud para la mayoría del pueblo. Porque entre el 70 y el 80% de las enfermedades en nuestro país son evitables, como las infecciones, los problemas nutricionales, etc.”.