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13 de September de 2012

Reproducimos extractos de una entrevista publicada en riobravo.com.ar a uno de los dirigentes de la lucha de los periodistas del tradicional periódico de la capital entrerriana.

Reincorporan trabajadores en El Diario

Hoy 1436 / Paraná, Entre Ríos

Luego de tres meses de protestas, los trabajadores lograron sentar a la patronal a discutir un acuerdo, partiendo de la reincorporación de dos periodistas despedidos en el curso del conflicto.


En el curso de esta lucha, como cuenta el entrevistado, se llevaron a cabo varias marchas y actividades, con la solidaridad de otros gremios, y se enfrentó a una patronal muy vinculada al gobierno de la provincia.

Luego de tres meses de protestas, los trabajadores lograron sentar a la patronal a discutir un acuerdo, partiendo de la reincorporación de dos periodistas despedidos en el curso del conflicto.


En el curso de esta lucha, como cuenta el entrevistado, se llevaron a cabo varias marchas y actividades, con la solidaridad de otros gremios, y se enfrentó a una patronal muy vinculada al gobierno de la provincia.


Sobre los puntos del reclamo, el trabajador comenta a la revista Río Bravo: “La consigna principal de nuestra lucha siempre exigió el cumplimiento y aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo. Una vez en torno a éste, los puntos principales que no cumple la empresa son dos. Por un lado, el que fija el salario básico. Si tomamos como ejemplo un redactor, mientras El Diario mantiene el básico en $1.732, hoy en día ya está correspondiendo un sueldo de $5.741. Por el otro, aquél que fija el mecanismo de actualización salarial en el tiempo, que se discutiría en Buenos Aires y se aplicaría acá. Nosotros en estas condiciones estamos a expensas de la buena voluntad de una empresa que ha demostrado que no la tiene, que te da lo que quiere cuando quiere”.


El Convenio cuyo incumplimiento motivó el conflicto es el número 541, del 10 de junio de 2008. Superador de un convenio de 1975, fue firmado por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) y la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (Adira), y establece la constitución de una Comisión Paritaria Permanente. Es aplicable a casi todas las provincias del país, entre ellas Entre Ríos, y en marzo de este año fijó una nueva escala salarial para todos los trabajadores de prensa, condiciones que la patronal del histórico diario paranaense se rehúsa a aceptar. O las acepta en unos casos y no en otros. El Diario actualiza la escala salarial y aplica el 541 con discrecionalidad entre los distintos perfiles de trabajadores. Por ejemplo, con el sector de trabajadores gráficos. El sindicato de Gráficos tiene mucho peso a la hora de negociar con las empresas, porque cuenta casi con exclusividad con la capacidad y los conocimientos técnicos para hacer un diario: si ellos no lo hacen, el diario no sale. En condiciones de total desventaja, la empresa no tiene otra opción que aplicar el Convenio, y así es que hoy, por ejemplo, un armador cobra mucho más que un periodista.


“Lo cual está bien” sostiene el entrevistado, “que el trabajador gráfico cobre lo que le corresponda: lo que nosotros decimos es que, así como se reconoce ese mismo convenio a nivel de los gráficos, que se reconozca para los periodistas. Nosotros tenemos un gremio más débil, el oficio del periodista se ha ido bastardeando y menospreciando, y el periodismo hoy lo puede hacer cualquiera –incluso, o más bien por sobre todas las cosas, gente de la Casa de Gobierno-. Por todo esto, nosotros decimos que pretenden prescindir de nosotros, somos el último orejón del tarro para este diario de mierda que están haciendo en este momento”.

 

El trabajo en El Diario
Dice el trabajador que “se dio una transformación drástica desde que El Diario pasó a manos de Walter Grenón, que es además presidente de Red Mutual. Antes, los que trabajábamos acá no podíamos escribir todo lo que queríamos, pero nunca escribíamos lo que no queríamos. Desde que Grenón compró el 66% de El Diario eso se terminó. Una parte de la familia Etchevere mantiene el 33% restante, pero no tienen ninguna incidencia en la línea editorial. Y ésta queda librada a los negocios que existen entre el gobierno de Urribarri y el grupo Grenón.

Este diario todos los días, como en las peores épocas, se manda a la Casa de Gobierno, a la Dirección de Información Pública, para que aprueben o desaprueben o cambien el título, y a veces las notas se escriben directamente desde allá”. Agrega que “Se viene laburando con la obligación de hacer las notas y noticias nacionales con la agencia Télam, que además está en el peor momento de su historia, publicando sólo lo que es funcional a los intereses del gobierno. Esto terminó por agotar la paciencia de los trabajadores y avivó también la lucha, aunque nosotros nunca mezclamos los reclamos salariales y los de línea editorial”.

 

El conflicto
“Desde un principio tuvimos aprietes por parte de la empresa -prosigue el entrevistado-. El jueves de paro (el 2 de agosto) nos llega una carta documento diciendo que nos iban a echar a todos. Al día siguiente, la adhesión al paro fue del 100%. Nunca aflojamos. Tuvimos que hacer mucha fuerza y decir que ‘si acá nos tocan a uno, se pudre: se pudre y se pudre’. Eso fue importante, porque con una amenaza de por medio no hubo ninguna deserción.


Sobre el papel del gobierno provincial, el trabajador afirma que “Primero permaneció indiferente. Luego, cuando vio que la situación generaba repercusiones que podían llegar a salpicarlo, empezó a censurar a los medios para que la protesta no se divulgue, porque nosotros planteábamos cada vez más que el gobierno tenía que actuar. Entonces no tuvimos otra opción que comenzar un proceso de nacionalización del conflicto”.


“Acá todas las decisiones se tomaron en asamblea y todos funcionamos en forma orgánica. En los paros había participado incluso gente que llegó a trabajar en la Redacción de la mano del gobierno. Muy pocos de éstos se “abrieron” de la lucha en medio del proceso. Yo, a su vez, destacaría tres aspectos: la unidad absoluta entre todos los trabajadores, que nunca se rompió; el estado de asamblea y movilización permanente; y la cohesión entre todos los trabajadores generada por el constante ultraje a nuestro oficio que todos padecemos.


“También ayudó mucho el acercamiento y la solidaridad de otros sectores. Fue muy notable el acompañamiento de Agmer y la CTA. Esto es importante porque sabemos que la CTA recibió aprietes del gobierno para que no nos apoyen y, no obstante, lo hicieron igual. Además mucha gente de la cultura se solidarizó”.


El acuerdo logrado privilegia la reincorporación de los compañeros, y blanquear algunos conceptos de sueldo que estaban en negro, algunas horas extras y demás. Se tuvieron que aceptar condiciones como no realizar nuevas protestas, y una “mesa de diálogo” en la que los trabajadores no confían.


“No hay solución aún para la discusión salarial: nos propusieron 15% de aumento, pero no queremos negociar tan debajo de lo que dispone el Convenio 541. Así que esa pelea sigue. Nosotros seguimos confiando en que el Convenio se va a aplicar por orden del Ministerio de Trabajo de la Nación y decisión de la Justicia Provincial, que es de lo que estamos a la espera”.


Como conclusión más general del conflicto, el trabajador considera que “Lo tomamos como un triunfo, porque sabemos que las cosas a veces van más lentas, a veces más rápidas, porque son un proceso. Lo alentador es que apareció un actor que no se queda callado ni acepta pasivamente lo que le tienen reservado entre empresarios, gobierno y jueces.


“Y frente a estas terribles condiciones nosotros demostramos que tenemos voz y que no nos vamos a callar si vemos que hay algo turbio; que frente al miedo nos hacemos fuertes y sabemos que la única forma de ganar es confiar en sí mismo y en el de al lado. Ese ha sido el gran triunfo de todo esto y dejó una sensación muy inspiradora, somos conscientes de que logramos algo muy difícil. El valor de todo esto es que los periodistas pudimos tomar conciencia de clase y decir ‘somos laburantes y tenemos ganas de gritar las injusticias’, porque siempre habíamos sido los más relegados y bastardeados.”