El pedido extraordinario a la empresa después que cierran las paritarias se ha transformado ya en un hecho indiscutible tanto para los trabajadores como para la empresa.
El pedido extraordinario a la empresa después que cierran las paritarias se ha transformado ya en un hecho indiscutible tanto para los trabajadores como para la empresa.
Esto fue así desde que se reabrieron las paritarias. La lucha del 2007 (que tuvo como emergente la toma de Lía en octubre) fue un mojón, que marcó el antecedente. Allí cerraron las paritarias un 16,4% en 3 veces y allí mismo comienza una lucha que terminó abarcando a las 4 plantas de Córdoba y obligó a Arcor a abrir la mano en 2008. Se consiguieron $1.200 por única vez, que se pagó en tres meses. Desde allí, en la práctica, cada año hay por lo menos dos negociaciones con Arcor: en abril con paritarias y en septiembre como dicen los compañeros, con el “pedido a la empresa”.
Con la extraordinaria lucha de los 28 días de paro del 2010, donde la alimentación rompió los topes salariales del 24% que había impuesto el gobierno y, en medio de los preparativos por los festejos del Bicentenario, obtuvo un aumento del 35%; las negociaciones de septiembre también sentaron un precedente. Allí se consiguió que todos los premios y/o ítems no remunerativos, sumas fijas, etc., tuvieran un aumento del 35%. Esto fue posible porque con solo el recuerdo de los 28 días de paro total en las plantas cordobesas, Pagani y compañía perdían el sueño. Fue una gran conquista de los trabajadores de Arcor para los años siguientes.
Hubo y hay una gran discusión entre los compañeros y las compañeras en las plantas. El 27 de junio, cuando la CGT de Moyano convocó a paro y movilización por las asignaciones familiares y la eliminación del impuesto a las ganancias, se vio que entre los trabajadores creció mucho la bronca con el gobierno de Cristina Kirchner. Pero además, genera mucho descontento la inflación. Por eso el 27,5% que cerró este año la paritaria en la Alimentación, aunque haya sido mayor que otros gremios, tuvo mucho sabor a poco y al día siguiente de firmado el acuerdo la gente estaba discutiendo “cuánto le vamos a pedir a la empresa, y cuándo vamos a empezar a ‘romperles las bolas’”.
La propuesta que se fue discutiendo fue la de un aumento sustancial al Vale Alimentario. “Ya se sabe que el aumento de los premios tiene que ser del 27,5%”, decían los compañeros, pero con eso no se resuelve la diaria. En Lía, por ejemplo, se fue discutiendo que para llegar a la canasta familiar faltan por lo menos $2.000, porque con el 27,5% en paritarias el básico inicial llegó a $4.480. Y la inflación no se detiene. La empresa tomó debida nota de esto: los trabajadores de las plantas de Córdoba volvieron a parar este año. El 2011 fue un año donde la empresa se había dedicado a dividir y hacer pasar su propio balance: “luchar no vale la pena”, “si luchás es más lo que perdés que lo que ganás”, “si luchás te despiden”, “la empresa puede levantar la planta de acá y llevarla a otro lado”, etc.
En los hechos, cuando al inicio de las paritarias de este año se producen los paros de 2 horas por turno y los compañeros fueron sintiendo que se volvían a hacer fuertes desde las líneas de producción, se fue saldando, en lo esencial, el debate. Y vuelve a tomar cuerpo la idea de que para ganar hay que luchar. Cerró la paritaria, y la discusión que se fue dando en los comedores, en los vestuarios, fue que se necesita un vale alimentario (que hoy es de $400) que cubra las necesidades vitales de carne, lácteos, frutas y verduras diariamente para una familia tipo y que alcanza los $2.000. Es una propuesta que unifica y permite que el valor de bolsillo alcance casi el de la canasta familiar. Sin embargo sabemos que hay que sostener que todos estos ítems pasen al valor hora, porque cuando nos descuidemos vamos estar trabajando por la comida como en los viejos tiempos del feudalismo.
El otro tema que se fue discutiendo es “¿quién discute en nombre nuestro?”. La Federación no merece nuestra confianza, STIA Córdoba tampoco, ya que “en algunas plantas hablan de aumentos en guardería, en otras un porcentaje del vale alimenticio y en otras… nadie sabe nada”. STIA trata de asegurarse pocas asambleas y mucha confusión, pero en la práctica, el clima de debate y de confianza en la propia fuerza, había ido creciendo…
Elecciones en el STIA Córdoba
Lo nuevo de esta negociación es que 2012 es un año electoral en el gremio. En diciembre hay elecciones de Comisión Directiva, y hace unos 15 días se lanzó la Convocatoria para el Progreso en la Alimentación, que es una convocatoria amplia a todos los que “quieran ser protagonistas y ser uno de nosotros”, dice la “Convocatoria”. Es una iniciativa de un grupo de delegados y trabajadores de las plantas de Arcor que, según dicen, “se proponen recuperar el gremio para que esté al servicio de los trabajadores”.
Finalmente el 28 de agosto firman el acuerdo por el pedido extraordinario: 27,5% a los premios SGI y SGD (premios únicos anuales por productividad que se cobran en febrero a la vuelta de las vacaciones), que lleva el mínimo a $4.769, el medio a $7.136, el máximo a $9.536 (está claro que al máximo llegan muy pocos porque esa calificación la decide la empresa “según la cara del cliente”).
Pero lo que la empresa debió dar y no estaba en sus planes es un 100% de aumento del vale alimentario, que pasó de $400 a $800. Por supuesto que muy lejos de las necesidades que tenemos en cada hogar, pero bastante más de lo que Pagani quería dar… ¿Está interesada la patronal en dejar sentado que esta conducción de STIA consigue cosas para los trabajadores?
Por eso es tan importante ayudar al conjunto de los compañeros que “decidimos ir siempre por más” y que no es fácil, pero cuando nos lo proponemos y nos unimos, avanzamos. El 100% del vale alimentario es un logro de la lucha de los últimos años, y también de la puerta que se abre con la posibilidad de unir a la oposición en la alimentación de Córdoba para discutir qué gremio queremos y necesitamos.