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24 de October de 2012

La coalición conservadora-socialdemócrata griega descarga más ajuste, desocupación y hambre sobre un país en profunda recesión. Con la nueva huelga general vuelve a crecer la oleada contra la “austeridad” imperialista en Grecia y en toda Europa.

Grecia: huelga general y masiva protesta

Hoy 1442 / “¡Cuando la tiranía está institucionalizada, la resistencia es un deber!”

El jueves 18 de octubre se llevó a cabo una nueva huelga general de los trabajadores griegos, la segunda en tres semanas y la quinta en lo que va del año, contra el nuevo ajustazo antipopular y proimperialista que pretende imponer la coalición de gobierno de Antonis Samaras sometiéndose a la troika de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

El jueves 18 de octubre se llevó a cabo una nueva huelga general de los trabajadores griegos, la segunda en tres semanas y la quinta en lo que va del año, contra el nuevo ajustazo antipopular y proimperialista que pretende imponer la coalición de gobierno de Antonis Samaras sometiéndose a la troika de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

Cuanto más “rescate”, más hambre
El “paquete” incluye más recortes de salarios y pensiones, y acepta las exigencias imperialistas de “racionalizar” las leyes laborales que -igual que en la Argentina bajo el menemismo y el delarruismo- son calificadas de “rígidas” para justificar su “flexibilización” y hambrear más al pueblo en favor de los bancos y los monopolios alemanes, franceses e ingleses. Los jubilados sufrirán recortes por 6.400 millones de dólares, los estatales por otros 2.000 millones, y una cifra igual dejarán de recibir los hospitales.
Semejantes medidas son exigidas para desbloquear otra de las cuotas del préstamo de 41.300 millones de dólares que el gobierno griego pidió, no para resolver las angustiosas necesidades populares, sino para seguir pagando sus deudas con la banca y los estados imperialistas de la UE. Es sólo por pánico a un generalizado estallido popular que el gobierno de Atenas retrasó varias veces en los últimos dos meses el compromiso con los acreedores.
La huelga del 18 fue programada en coincidencia con una nueva cumbre de la Unión Europea en Bruselas, donde los dirigentes de la UE acordaron apenas principios generales sobre cómo enfocar la crisis, haciendo equilibrios entre los monopolios ultraliberales encarnados por la canciller alemana Angela Merkel y los socialdemócratas representados por el presidente francés François Hollande.
Grecia quedó paralizada. Pero no fueron las huelgas de los trabajadores las que devastaron el país, lo hundieron en una profundísima crisis y lo llevaron al borde de la quiebra. Según los datos de los dos mayores sindicatos, GSEE y Adedy, la participación en el paro fue muy alta en el sector naval, transporte, refinerías, construcción, hoteles y empleados públicos. Se interrumpieron las salidas en aeropuertos y se cerraron escuelas, hospitales y negocios. Los taxistas se sumaron al paro durante nueve horas, y el paro de tres horas de los controladores de tráfico aéreo obligó a cancelar vuelos. Las islas -corazón del turismo griego- quedaron incomunicadas por la falta de transbordadores.
Muchos comerciantes también pararon, en protesta por la tremenda caída de sus ingresos, el hachazo del gobierno con los impuestos, y una caída de la demanda que ya costó miles de empresas y puestos de trabajo.

 

“¡Abajo el gobierno y la troika!”
Unas 70.000 personas colmaron la histórica plaza Syntagma (Constitución), el tradicional punto de concentración de los manifestantes. Entre ellas estuvo Alexis Tsipras, el dirigente del frente de izquierda Syriza, que en las últimas elecciones quedó en segundo lugar por muy escasa diferencia.
La concentración derivó en violentos enfrentamientos entre los manifestantes, que lanzaron molotovs, botellas y trozos de mármol a la policía antidisturbios, que a su vez reprimió con gases lacrimógenos, camiones hidrantes y granadas de aturdimiento. Más de 100 manifestantes fueron detenidos y nueve resultaron heridos.
Al grito de “¡Abajo el gobierno y la troika!” y “¡Cuando la tiranía está institucionalizada, la resistencia es un deber!”, los manifestantes recorrieron las principales avenidas de Atenas hasta la sede del Parlamento, frente a la plaza Syntagma.
Frente a la fila de los represores uno de los manifestantes gritó: “¡Ustedes son criminales, venden a su país por 600 euros por mes! ¿Por qué lo haces? ¿Por qué?”.
Unas 17.000 personas protagonizaron otra marcha en la ciudad norteña de Tesalónica.

 

El pantano de la recesión, cada vez más profundo
La nueva huelga y protesta popular en Grecia es parte de la gran ola de movilizaciones que vuelve a crecer en prácticamente todos los países del sur de Europa -especialmente Portugal y España- contra los planes imperialistas y hambreadores llamados de “austeridad”.
En Grecia, 180.000 empresas están al borde de la quiebra; unas 70.000 cerrarían en los próximos meses. Los “recortes” presupuestarios y la montaña de impuestos con que la Unión Europea y el propio gobierno griego descargan la crisis sobre los sectores populares y sobre la producción nacional, están hundiendo la economía del país en un pantano cada vez más profundo de recesión.
Se calcula que a fines del próximo año el volumen de la economía griega será alrededor de un 25% del que tenía en 2008. La cuarta parte de los trabajadores está sin trabajo: junto con España, es la mayor tasa de desocupación de los 27 países de la Unión Europea.
Es tal la asfixia financiera provocada por las instituciones políticas europeas y las dirigencias locales del conservador Nueva Democracia, el socialdemócrata Pasok y la “Izquierda Democrática” -la coalición cómplice del ajuste-, que Grecia ni siquiera sobrevive con los dos masivos “rescates” internacionales que recibió por 315.000 millones de dólares. Para asegurar su devolución el gobierno sigue comprometiendo drásticos recortes de gastos, aumentos de impuestos y “reformas” que reducen a Grecia a una condición semicolonial.
El próximo 14 de noviembre habrá una jornada de movilización en toda la Unión Europea, acordada esta semana por la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Es posible que ese día las organizaciones sindicales griegas confluyan con las de España y Portugal, y que juntas empiecen a crear las condiciones para que la crisis la paguen quienes la causaron.