Luis Márquez era un joven obrero de la fábrica Transax (hoy Volkswagen) de Córdoba, secuestrado el 28 de octubre de 1975, y desaparecido desde entonces. Luis era militante de la JCR y delegado en el Smata Córdoba, y había ganado el pronunciamiento de la asamblea general de la fábrica “contra todo golpe, sea prorruso o proyanqui”, posición que impulsaba el Partido Comunista Revolucionario.
Luis Márquez era un joven obrero de la fábrica Transax (hoy Volkswagen) de Córdoba, secuestrado el 28 de octubre de 1975, y desaparecido desde entonces. Luis era militante de la JCR y delegado en el Smata Córdoba, y había ganado el pronunciamiento de la asamblea general de la fábrica “contra todo golpe, sea prorruso o proyanqui”, posición que impulsaba el Partido Comunista Revolucionario.
El PCR impulsó con audacia esta posición antigolpista, por lo que tuvo mártires, asesinados por las bandas golpistas que operaban entonces. Estos asesinatos y secuestros arteros tuvieron el objetivo de desviar al PCR de su posición antigolpista, con la cantinela de que “mientras la dirección del PCR apoya a López Rega, las Tres A asesinan a sus militantes”. Todavía hoy, algunos siguen repitiendo el mismo sonsonete.
Hoy se sabe que los esbirros de la intervención en el Smata Córdoba, enviada por José Rodríguez, tuvo una responsabilidad fundamental en el secuestro de Luis Márquez.
Ningún gobierno ni juez, desde el ‘83 a la actualidad, han investigado estos crímenes, así como tantos otros de los años 1973 a 1976.
Por eso, como dijo el secretario del PCR Otto Vargas: “Hay que investigar a fondo”, para que haya castigo tanto para los responsables de los crímenes de la Triple A, como para los cometidos por las bandas golpistas que, al servicio de uno u otro imperialismo, prepararon así el camino para el golpe de Estado del 24 de marzo, que instauró la dictadura terrorista más sangrienta que conoció nuestro país en el siglo veinte.