Este ha sido un juicio histórico que por primera vez en nuestro país, develó las oscuras tramas de la trata de personas. Los jueces, verdaderos sinvergüenzas como dice Susana Trimarco, mostraron una vez más la complicidad con la mafia de la trata, sin la cual no podrían existir estas redes. Los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano que absolvieron a todos los imputados, demostraron claramente que el Poder Judicial en la provincia y en la Argentina a la hora de juzgar delitos de corrupción, narcotráfico, o redes de trata, se vuelven completamente ineficientes. Como se comprueba en este juicio, que desde el 2004 terminó su etapa de instrucción y recién 8 años más tarde se inició el juicio oral y público.
Además, pone en evidencia que los testimonios de las víctimas de las redes de la trata no son válidos, por lo cual su palabra es puesta en duda. Para esta Justicia no es suficiente que declaren las jóvenes recuperadas de los prostíbulos contra sus tratantes y prostituyentes. No son suficientes los enormes sufrimientos, torturas y padecimientos a que son sometidas.
Las complicidades del poder y las mafias
Con el caso de Marita, quedó al descubierto la complicidad de la Policía, el Poder Judicial y el poder político con las poderosas redes en nuestro país. A lo largo de estos 10 años, a partir de la lucha de Susana Trimarco, se pudo conocer la relación de la policía con los prostíbulos, las relaciones de algunos jueces que paraban los allanamientos, muchos de ellos clientes de las redes de prostitución y que permitían que las jóvenes fueran trasladadas antes que se hicieran los allanamientos.
Este fallo desenmascara la complicidad del gobierno y de los jueces de la Justicia provincial con el grupo de los Ale, mafiosos conocidos que manejan el juego, la prostitución y la droga. El gobernador Alperovich –uno de los preferidos de la presidenta Cristina Kirchner– hipócritamente dice estar en contra de las redes, pero era ministro de Miranda (gobernador de la provincia de Tucumán en el momento que secuestraron a Marita Verón), y sus relaciones con los Ale eran públicas. Además esta relación continuó durante su gestión, incluso públicamente cediendo plata al Club San Martín de Tucumán que era presidido en ese momento por Rubén “la Chancha” Ale y también manteniendo en sus filas a funcionarios que estaban relacionados con el negocio de la droga y la prostitución.
Así, Susana Trimarco se ha convertido en la cara de una lucha emblemática en la persecución del delito de trata de personas con fines de explotación sexual, por la que ha sacado a la luz detalles de los movimientos de las redes, al tiempo que posibilitó el rescate de aproximadamente 200 jóvenes.
No alcanza con el juicio político a los tres jueces, ni cambiar de ministro de Seguridad, medida rápida del gobernador Alperovich. Este gobierno funciona con impunidad. Hay muchos casos impunes, como el de Paulina Lebbos, que ni siquiera llegó a juicio. Necesitamos cambios de fondo contra la impunidad. La intervención del Poder Judicial no lo resuelve. El kirchnerismo, que en 10 años, no hizo nada por enfrentar la corrupción, ni por sancionar la Ley de Trata, teniendo mayoría en el Congreso, que quiere jueces digitados por el gobierno, no tiene autoridad para hablar de democratizar la Justicia. Las mafias de la trata están en todo el país. Y con un oportunismo asombroso llamó a extraordinarias para aprobar esta Ley, después de la indignación del pueblo por este fallo.
La lucha de las mujeres y el pueblo
Las distintas organizaciones de mujeres, sindicales, sociales, y políticas que acompañaron en una vigilia el resultado del juicio de Marita Verón, unificaron su rechazo al conocer el fallo de la Sala II de la Cámara Penal que absolvió a los 13 imputados por considerar que no existían pruebas suficientes.
El miércoles por la tarde, en las puertas de Tribunales y en la sala II de la Cámara Penal, se escucharon los gritos, consignas y cánticos de indignación por el fallo que dejó impune la desaparición de Marita en manos de una red de trata. Al salir los abogados y las organizaciones presentes, se encolumnaron hacia Plaza Independencia donde se plantearon las primeras voces de indignación popular. Desde allí se marchó a la Fundación Marita Verón para acompañar a Susana Trimarco, allí centenares de personas se acercaron a llevar la solidaridad del pueblo tucumano. Desde allí se convocó a una marcha nacional en todas las plazas del país para repudiar el fallo del Tribunal para el día siguiente.