No se podía esperar mejor situación que ésta para escribir lo que estoy escribiendo: en Francia, luego de las promesas en la última campaña electoral de Hollande acerca de mejorar la situación de la clase trabajadora; y sobre todo de la paz, con el cacareado Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea, que “mantuvo la paz en más de 60 años”, sin contar las matanzas que hicieron durante la guerra de Indochina, que terminó en Diên Biên Phu, después en la Guerra de Suez, luego en lo que era Yugoslavia, la guerra en Ruanda–Burundi -que desataron los propios franceses-, las masacres y bombardeos en Libia de los franceses conjuntamente con británicos y yanquis (con la participación de otros estados europeos, directa o indirectamente, en forma militar, económica y/o logística).
Es decir, son los campeones de las guerras de la segunda mitad del Siglo 20 y lo que va del 21, todas guerras imperialistas, guerras de piratas para apoderarse de los recursos económicos de los pueblos, masacrando las poblaciones de estos países dependientes. Es así como se determina el Premio Nobel de la Paz. Y para que no quede lugar a dudas, ahora es la guerra con Mali (o como ellos dicen “contra el terrorismo islamista en Mali”). Sea contra uno o contra otro, ya comenzaron los bombardeos en pueblos y ciudades de Mali, con la consecuente muerte de jóvenes, viejos y niños de ambos sexos.
Mali no es un desierto ocupado por terroristas, como el imperialismo nos vende a diario por sus medios, pues los pueblos tuareg del norte luchan por sus recursos: petróleo, sitios mineros. Mali es el tercer productor de oro en África. Tiene uranio, diamantes y otras piedras preciosas, hierro, bauxita y manganeso. Como vemos, para el democrático Hollande (y su amigo Obama, que le da apoyo logístico), Mali vale bien una invasión por su “libertad y democracia”.
El imperialismo y sus lacayos masacran los pueblos, como lo dijo Jean Jaurés: “El imperialismo lleva en su esencia la guerra, como los nubarrones llevan la tormenta”.
En Francia contra
sus trabajadores
Mientras Hollande despliega sus cañones contra los pueblos africanos, su equipo económico y sindical despliega los cañones contra los trabajadores de su propio país. Durante este fin de semana (12 y 13/1) se realizaron los encuentros entre sindicatos y organizaciones patronales, para la “flexiseguridad” y aumento de la “competitividad” empresaria. Ese es el tema y los cinco sindicatos (que en conjunto no representan más que el 6% de los asalariados), participan alegremente de dichos acuerdos.
Estos sindicatos, cinco reconocidos oficialmente: CGT (con relación con el P “C” francés) FO (“republicanos” con participación de trotskistas), CGC (cuadros y ejecutivos), CFDT (ligado al PS y al gobierno actual), CFTC (católicos), y el sindicato SUD, que no es reconocido y no participa en las negociaciones, aunque tiene una fuerza similar.
Los capitalistas quieren aumentar la competitividad, es decir, bajar los precios de bienes y servicios bajando los salarios, y de esta forma poder “exportar a precios competitivos”, como dicen. Ah!, entonces sus empresas no desean aumentar la producción para mayor bienestar de su pueblo, es decir ser más competitivos en su propio mercado. No, ellos desean ganar mercados exteriores, pues hoy son muchos más rentables que los de Francia, con un nivel record de desocupados. Así, estos patrones con mejor competitividad aumentan sus ganancias, mientras que a sus trabajadores les reducen sus salarios.
Esto es lo que los economistas franceses llaman aumento de la competitividad, y para ello flexibilizan, con el chantaje de que si los obreros no lo aceptan, se deberán eliminar puestos de trabajo. Entonces nos venden la idea de la seguridad del empleo, que sólo será posible con la flexibilidad de las leyes del trabajo, y así ponen de moda la palabra “flexiseguridad”.
¿Cuál es el acuerdo que acaban de firmar estos sindicatos con la patronal? Se trata nada más y nada menos que las empresas podrán bajar el salario de los trabajadores, cuando y como lo deseen aunque claro, está escrito que solo será cuando estas empresas se encuentren en “graves dificultades coyunturales”. Los sindicatos CGT y FO, los más representativos, no firmaron ese acuerdo, pero tampoco se esfuerzan demasiado en combatirlo. Así, con sindicatos que representan solo entre 1 y 2% de los trabajadores, la “democracia capitalista” se prepara para otra vuelta de tuerca al pueblo trabajador.
La situación es tal que según los datos oficiales la desocupación es de más del 10% (3,3 millones de trabajadores) aunque las cifras reales son del 20%, y eso sin contar grandes sectores que ya ni siquiera son tenidos en cuenta, como los que están en “fin de derechos”: así se llaman los que después de 1 o 2 años de recibir el seguro de desempleo pierden todos los derechos, o los que consiguen trabajar 20 o 30 horas a la semana y con eso ya no se los considera desocupados, y los trabajadores precarios, y otros chanchullos de la administración del estado burgués.
Cantinas
Así las cosas, reaparece el tema “cantinas”, es decir los comedores escolares: los alumnos de primaria y secundaria están en los colegios entre las 8 y las 16 hs. aproximadamente y por ello almuerzan en los comedores escolares. Estas cantinas son pagas, sea la escuela pública o privada, y cuando uno o los dos padres están desocupados, -lo que en ciertos centros educativos es de más del 30%, y en la media francesa es del 20% o más- se les hace imposible pagar. Cuando estos padres tienen 2 o 3 niños en edad escolar, la “solución”, es que unos comen y otros no.
Muchos organismos denunciaron esta situación bajos los distintos gobiernos, que responden con leyes y/o decretos contra esta segregación.
Pero estas cantinas son propiedad privada de empresarios que toman la concesión, con las tradicionales coimas a las alcaldías que controlan los centros de educación, y como nadie invierte a pérdida, leyes o no, se discrimina a los hijos de desocupados, así, mientras unos comen, sus compañeritos (hijos de desocupados), “van al recreo”.
Hace pocos días, en Ustarditz (departamento de los Pirineos Atlánticos), una niña de 5 años, sentada ya en el comedor con sus compañeritos, fue retirada de la mesa por ¡la policía municipal! pues sus padres no pagaban la “cantina”. Hechos similares se han repetido en Thonon-les-Bains (Haute-Savoie), Epône (Yvelines), y en los departamentos de Gard, la Drôme y Loire. Pero es en las regiones más industriales y obreras (periferias de Paris, de Lyon, Lille, Toulouse) donde más se manifiesta.
Francia, bajo el gobierno de los autodenominados “socialistas”, hace la guerra pirata a los países africanos, y aumenta la explotación de los trabajadores a niveles record.