Desde hace cerca de quince días se vienen sucediendo marchas, cortes de calles y enfrentamientos con la policía en la capital búlgara, Sofía, y en muchas otras ciudades. Miles de personas han tomado las calles reclamando la renacionalización de las empresas de energía, y repudiaron los aumentos de tarifas.
Desde hace cerca de quince días se vienen sucediendo marchas, cortes de calles y enfrentamientos con la policía en la capital búlgara, Sofía, y en muchas otras ciudades. Miles de personas han tomado las calles reclamando la renacionalización de las empresas de energía, y repudiaron los aumentos de tarifas.
El gobierno de Bulgaria, que ingresó a la Unión Europea en 2007, viene aplicando un plan de ajuste que ha generado profundo descontento en la mayoría de la población, en este país de 7 millones de habitantes, y considerado entre los más pobres de Europa, con un ingreso salarial mensual promedio de 350 euros.
Este proceso de luchas llevó, el miércoles 20 de febrero, a la caída del gobierno que aplicó los ajustes tarifarios. “No quiero trabajar en el Gobierno cuando la Policía apalea al pueblo”, afirmó el primer ministro, luego de que los enfrentamientos en la capital dejaran al menos 14 heridos, y decenas de detenidos, además de ocho vehículos de la policía seriamente dañados. Esta manifestación se produjo luego que el domingo 17, cerca de 100 mil personas reclamaran en Sofía con pancartas contra la “mafia” gobernante.
Los manifestantes denunciaron a las empresas austríaca EVN y las checas CEZ y Energo-Pro, quienes se quedaron con las empresas de energía, privatizadas hace pocos años. En varias ciudades, los búlgaros y búlgaras quemaron sus facturas frente a las sedes de las empresas.
“Queremos que las compañías distribuidoras de electricidad (extranjeras) desaparezcan de Bulgaria. Ellos continúan ordeñándonos a nosotros, la gente común, con el apoyo del Estado”, expresó un manifestante a la televisión local. La bronca de la población se expresó ahora, en medio de un crudo invierno, cuando comenzaron a llegar boletas con aumentos de hasta el 100%.
Las demandas de la población siguen vigentes, ya que el gobierno saliente, si bien impulsó una rebaja del 8% a las tarifas a partir de marzo, se negó a revocar las concesiones y renacionalizar las empresas.