En 1908 y en un momento en que se desarrollaban grandes luchas obreras, 127 obreras textiles de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, que venían reclamando mejores condiciones laborales, fueron reprimidas y murieron calcinadas en un incendio provocado. Este hecho se dice que ocurrió un 25 de marzo y tuvo una gran repercusión internacional. El movimiento obrero y las mujeres en particular lo convirtieron en bandera de lucha para cambiar las condiciones de seguridad en el trabajo. Impulsado por Clara Zetkin, en la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en el año 1910 se propuso “una jornada especial” de las mujeres.
Desde entonces cada 8 de Marzo, las mujeres junto al conjunto del pueblo, pasamos revista a nuestras condiciones de vida y trabajo y redoblamos la lucha para conquistar nuestras reivindicaciones.
Política K, descargar la crisis sobre nuestras espaldas
Durante estos diez años de gobierno kirchnerista se fue evidenciando la esencia de su política y los intereses que representa. En la actualidad descarga la crisis sobre el pueblo a través de la inflación, las paritarias con techo, la no universalización real de las asignaciones por hijo, el sostenimiento del IVA (impuesto que pagan principalmente los sectores más empobrecidos), sosteniendo el impuesto al trabajo, aumentando la desocupación, la precarización laboral, el hambre, la deserción escolar, haciendo crujir la salud y la educación. Favorece a los terratenientes y a los pooles de siembra en desmedro de los pequeños y medianos productores y obreros rurales que levantan cosechas ajenas y son expulsados de sus tierras. Ante esta situación el movimiento obrero ha dado batalla enfrentando esta política en el paro unitario del 20 de noviembre pasado, en el que el conjunto de los trabajadores de la ciudad y el campo se unieron en la calle demostrando su voluntad de enfrentar la crisis y de continuar la lucha contra esta política. Esta jornada es un gran ejemplo, como lo ha sido en otro momento de la crisis la heroica lucha de las trabajadoras y trabajadores de Kraft que mostraron un camino para no retroceder en las conquistas laborales (jardín maternal y condiciones de higiene y seguridad) y enfrentar los despidos.
En estos días las trabajadoras y trabajadores docentes, están sosteniendo una pulseada con gobiernos provinciales y el gobierno nacional, para romper el techo de las paritarias. Los ofrecimientos de los gobiernos no sólo son insuficientes para afrontar una canasta básica de alimentos (la real, no la del Indec) sino que se prorratea en cuotas, con lo que, además de llegar una parte tarde, se va a comer el aumento la inflación que no para.
Una década de lucha
Cristina K habla de “una década ganada”. Seguramente será así para ella, los funcionarios y los monopolios que se enriquecen a costa de nuestro pueblo. Ya sabemos de las ganancias de monopolios que explotan a las trabajadoras con ritmos de producción enfermantes y salarios por debajo de la canasta básica. Ya sabemos de las ganancias de empresarios como los Cirigliano que se han enriquecido a costa de hacer funcionar trenes en los que viajamos riesgosamente con la posibilidad real de morir. Ya sabemos de las ganancias de los mafiosos que se enriquecen impunemente con el negocio del narcotráfico y la trata, en la que son esclavizadas cientos de mujeres año a año, con la complicidad de funcionarios, jueces y policías. Así lo hemos visto recientemente en el juicio farsa del caso Marita Verón y en la reforma de la Ley Nº 26.364, que aumentó algunas penas irrisoriamente, y que de fondo no resuelve el desmantelamiento de la redes de trata que día a día continúan esclavizando mujeres de nuestro pueblo. Indigna la impunidad de maltratadores y violadores, que no sólo deja indefensa a las víctimas, sino que provocan el aumento año a año de las cifras de femicidios. Ante esta urgencia el gobierno se niega a reglamentar la Ley Nº 26.485 y destinar el presupuesto necesario para su aplicación lo que permitiría, entre otras cosas, garantizar contención a las víctimas y refugios.
Ritmos de trabajo enfermantes, sueldos insuficientes, falta de jardines maternales, explotación sexual, mujeres muertas por abortos clandestinos, mujeres muertas por violencia sexual y doméstica, estas son las ganancias de la década del gobierno K.
Para las mujeres ésta ha sido una década de luchas y exigencia por nuestras reivindicaciones. Queremos trabajo digno, con salario acorde a la canasta familiar y el mismo salario por igual trabajo. Queremos educación para nuestros hijos desde la edad temprana, que se garanticen los jardines maternales zonales y en los lugares de trabajo. Queremos que se garantice la reglamentación de Ley de Violencia, que se declare la Emergencia Nacional en Violencia Sexual y Doméstica. ¡Basta de Femicidios! Que se desmantelen las redes de trata y prostitución.
El gobierno K, sostiene la ilegalidad del aborto que se cobra anualmente la vida de casi 400 mujeres. Queremos que se apruebe el Proyecto de Ley presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro y Gratuito (cajoneado por la bancada K). Que se garantice “Educación Sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar y Aborto legal seguro y gratuito para no morir”.
Este gobierno persigue y juzga a las mujeres y hombres del pueblo que luchan para que la crisis la paguen los que se enriquecieron: cortando rutas por trabajo, en contra de los despidos, ocupando tierras para vivir y trabajar. Ejemplo de ello es la reciente elevación a juicio de la causa contra Liliana Ruiz de la Corriente Clasista y Combativa, acusada de cortar Panamericana en diciembre de 2010, en el marco de una protesta de madres desocupadas; también, con la persecución y ensañamiento contra la abogada Mariana Vargas, una luchadora comprometida con las causas populares y defensora de los derechos de las mujeres.
Las mujeres exigimos que se deje de perseguir y juzgar a los luchadores populares. ¡Basta de criminalizar la protesta social!
Este 8 de Marzo, es una cita de honor, una jornada de lucha contra la política del gobierno K, que profundiza la explotación de clase y la opresión de género.
Vibrando en medio de la lucha docente confluiremos las trabajadoras de la ciudad y el campo, las desocupadas, las amas de casa, las estudiantes, las mujeres que no estamos dispuestas, junto al conjunto de nuestro pueblo, a que los enemigos del pueblo avancen en descargar la crisis sobre nuestras espaldas.
Somos parte de nuestro pueblo, sufrimos la explotación de clase y la opresión de género. Y cada jornada de lucha es una boya en el camino para avanzar en romper con ambas cadenas y así junto al conjunto de nuestro pueblo conquistar la verdadera liberación nacional y social.
El próximo viernes 8 de marzo desde las 15 hs. nos damos cita en Plaza Congreso, para realizar distintas actividades. Luego, distintas organizaciones convocamos a marchar desde Congreso a Plaza de Mayo a las 17 hs.
