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03 de April de 2013

El escriba Verbitsky

Del brigadier Agosti a Cristina Kirchner

La campaña iniciada por el kirchnerismo apenas conocida la designación de Jorge Bergoglio como papa, fue encabezada por el escriba oficialista Horacio Verbitsky. Sus artículos y las tapas de Página 12 (apodado “Página dócil”), son dignos de figurar en el libro de los récords del “panquequismo”, a tono con el cambio del gobierno, cuando vio que iba con rumbo de colisión, centrando en las supuestas vinculaciones de Bergoglio con la última dictadura militar.

La campaña iniciada por el kirchnerismo apenas conocida la designación de Jorge Bergoglio como papa, fue encabezada por el escriba oficialista Horacio Verbitsky. Sus artículos y las tapas de Página 12 (apodado “Página dócil”), son dignos de figurar en el libro de los récords del “panquequismo”, a tono con el cambio del gobierno, cuando vio que iba con rumbo de colisión, centrando en las supuestas vinculaciones de Bergoglio con la última dictadura militar.
El periodista Jorge Lanata, en un artículo del 23/3/2013 en Clarín, recuerda algunas de las denuncias que el PCR ha venido haciendo, desde hace ya muchos años, sobre las relaciones de Verbitsky con los sectores que impulsaron el golpe contra el presidente Illia primero, y con la Fuerza Aérea Argentina en los años de terror fascista, cuando escribía para el “cadete” Güiraldes, un oficial de trayectoria lanusista muy ligado al sector prosoviético de la dictadura militar, y según trasciende ahora, cuando también escribía discursos para el brigadier Agosti.
Recuerda Lanata que Horacio Verbitsky fue jefe de Redacción, en 1966, de la revista Confirmado, que dirigía Jacobo Timerman, padre del actual canciller del gobierno de Cristina Fernández.  Esta revista fue uno de los voceros principales del golpe de Onganía. Luego refresca la historia de Verbitsky como segundo hombre de inteligencia de la organización Montoneros, a la que el mismo Verbitsky dice que dejó de pertenecer en 1977.

La historia política de Verbitsky
Debemos remontarnos algunos años para atrás, para ver cuál es el hilo conductor de este señor, que además de ser el editorialista principal de Página 12, y hombre de consulta de la presidenta de la nación, es el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales.
Porque la historia política de Verbitsky está íntimamente ligada a uno de los grupos vinculados al Partido Comunista y a la ex Unión Soviética, el que dirigía José Ber Gelbard, del cual Jacobo Timerman fue uno de sus representantes más destacados en el periodismo. Restaurado el capitalismo en la URSS, y transformado este país en una potencia imperialista, tanto Gelbard como Timerman mantuvieron sus vin- culaciones con esta potencia, y la acompañaron en su degeneración.
Verbitsky es un hombre formado en el riñón de este grupo, parte de lo que en la Argentina se llamó la “multinacional rusa”, con múltiples intereses económicos, y que tuvo un papel preponderante, tanto en la preparación del golpe de Estado de 1976, como en la dictadura posterior. Verbitsky contribuyó al clima golpista desde el diario montonero Noticias, y luego de instaurada la dictadura, se “perfeccionó” escribiendo para oficiales de inteligencia de la Aeronáutica durante la dictadura militar. Por eso pudo atravesar el peor terror fascista que conocimos en el siglo 20, sin cambiar de nombre, ni sufrir ninguna persecución. Muy distinto fue el destino del valiente Rodolfo Walsh, que  denunció públicamente a la dictadura.
  Y no es casual que Verbitsky haya trabajado tanto con Güiraldes como con el brigadier Agosti, porque él fue parte de los que en la Argentina se cansaron de decir que el golpe del ‘76 no era igual al de Pinochet en Chile, porque entre los militares golpistas había “sectores democráticos”, entre los que contaban a estos personajes de la Fuerza Aérea.
 
 El “nexo” Aluar
  Hay acá además una vinculación de este siniestro pasado con el temprano apoyo de Verbitsky al gobierno de Néstor Kirchner primero, y al de Cristina ahora. Ese nexo se llama Aluar (Aluminios Argentinos), que era la empresa más importante en el rubro en la Argentina.
Como denunciamos en estas páginas (ver hoy N° 1118 del 31/5/2006), analizando las importantes concesiones del gobierno a esta empresa, en momentos en que Néstor Kirchner dijo que el gobierno y Aluar eran “aliados para la construcción de una nueva Argentina”: “Aluar nació como un apéndice de FATE (Pecerré), la empresa de neumáticos que recibió como ‘regalo’ las maquinarias de una exposición industrial rusa en Buenos Aires. Sus dueños eran Gelbard y Madanes, dos testaferros rusos. Hoy su titular es Javier Madanes Quintanilla”.
  Obviamente, dentro de las fuerzas armadas uno de los más interesados en el desarrollo de Aluar era la Fuerza Aérea, por el uso de este metal en la construcción de aviones. Tanto los militares vinculados al sector “lanussista” como los pregoneros de las bondades de estos empresarios “nacionales y populares” que eran realmente testaferros de una potencia imperialista, defendieron a capa y espada el proyecto, que se terminó de construir durante la presidencia de Lanusse con una entrega escandalosa.
  Como dice el mismo artículo que estamos reseñando, “Durante el gobierno de Isabel Perón, el Congreso investigó el negociado de Aluar. Cuando estaba por decidir la expropiación de la fábrica, Videla, Massera y Agosti fueron al Congreso a presionarlo en contra de la expropiación. Producido el golpe de Estado del 76, la dictadura archivó la investigación”.
  Este es el trasfondo de las posiciones políticas de Verbitsky, que, trasvestido en defensor de los derechos humanos, pasó de trabajar para un sector de los militares durante la dictadura, a ser un dócil escriba del grupo hegemónico actual dentro de las clases dominantes, el gobierno kirchnerista.  n