En la región central de producción de soja está terminando la cosecha y los pequeños y medianos productores “no tienen un mango”, señala Pablo Paillole, director de Federación Agraria Argentina del Distrito 6. “La situación se explica por el encarecimiento de los gastos para la producción: los insumos subieron en dólares, la trilla se hizo más costosa, entre otros factores por el aumento del combustible, y también aumentaron los gastos de comercialización, los rindes por hectárea, que fueron buenos y elevaron el volumen total, cuando se hacen las cuentas finales no compensan al productor con más ingresos. Al mismo tiempo hay contratistas grandes que están quebrados por los costos de producción y lo que deben pagar de renta por alquiler de campos, situación agravada fuera de la zona núcleo porque los rindes son menores”.
Este es el panorama al finalizar la cosecha, “mala situación” dijo Paillole, al igual que la de la mayoría de las producciones regionales, como el azúcar, vid, frutas, yerba, olivo, trigo y vacunos. En el caso de los productores de caña de azúcar que se la entregan a los ingenios, estos le pagan con bolsas de azúcar de 50 kilos que el año pasado tenía un precio de $210 en promedio y en este mes de mayo se paga $150, habiendo tocado un piso de $130 a comienzos de año, es decir que el cañero recibe un tercio o menos de lo que pagan los consumidores en el comercio minorista, habiendo casos extremos como con la fruta, verduras, leche, etc.
Con este marco se han estado realizando reuniones en varios puntos del país donde se demuestra que al gobierno sólo le interesa la producción de soja en gran escala con el objetivo de la exportación, que está principalmente en manos de las multinacionales, y a través de lo cual logra abultar enormemente su caja.
En relación al balance respecto de la política económica para el sector agropecuario en una nota publicada en el diario La Capital de Rosario del 26 de mayo, Pablo Paillole expresó que en el periodo kirchnerista “existe una continuidad en políticas estructurales económicas, en tierra y comercialización no tomó ninguna medida que se diferencie del menemismo; incluso lo profundizó, con características diferentes… Desde el 2002 al 2008 desaparecieron 60 mil productores. Es verdad, ahora no hay remates, pero al productor lo acorralan el pool de siembra y los grupos concentrados. Y Dreyfus, Cargill, Nidera siguen siendo los que monopolizan la comercialización de granos en la Argentina”.
Al finalizar la nota Paillole sostuvo que “las propuestas deben ir acompañadas de procesos de lucha como en el 2001, no con la Mesa de Enlace. La mesa que queremos es con multisectoriales y las fuerzas vivas del pueblo: con la CTA, parte de la CGT, y las pymes. Reclamó “políticas diferenciadas y mayor regulación estatal: que establezca un precio mínimo sostén y planifique la producción, a través de la Junta Nacional de Carnes y Granos, junto a los productores. Planteó también la necesidad de una nueva política crediticia y una reforma tributaria”.
Federación Agraria Argentina se dispone a participar de la movilización programada para el 28 en la ciudad de Buenos Aires, en donde se mostrará la enorme diferencia entre el precio que se le paga a quienes producen los alimentos y lo que pagan por ellos el pueblo que los consume y confluye el 29 con el paro convocado por la Multisectorial que incluye a la Central de Trabajadores de la Argentina, la Corriente Clasista y Combativa, la Federación Nacional Campesina, la Federación Universitaria Argentina, el MST y otras organizaciones.
Desde la corriente Chacareros Federados de FAA se levanta como programa básico para el 29 de mayo la exigencia de precio sostén, segmentación de las retenciones, ley de arrendamientos y menos presión impositiva para los pequeños y medianos productores.