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05 de June de 2013

Horacio Catena, secretario gremial del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina, nos cuenta el resonante triunfo por el que obtuvieron un 43% de aumento salarial.

Los docentes fueguinos rompieron el tope salarial

Dieron una clase de lucha

Como consignamos en nuestro número anterior (hoy 1470), los docentes fueguinos venían librando una gran lucha, luego de ser reprimidos en las puertas de la Casa de Gobierno, a la que ingresaron para exigir una solución al largo conflicto.

Como consignamos en nuestro número anterior (hoy 1470), los docentes fueguinos venían librando una gran lucha, luego de ser reprimidos en las puertas de la Casa de Gobierno, a la que ingresaron para exigir una solución al largo conflicto.
El compañero Catena, en comunicación telefónica con nuestro semanario desde la localidad fueguina de Tolhuin el lunes 3 de junio, nos hacía el siguiente balance del gran triunfo obtenido: “La lucha fue de tres meses y medio, con más de 16 paros y movilizaciones, y la ocupación de Rentas Provinciales en Ushuaia durante más de un mes. En ese lapso conseguimos la sanción de una ley que termina de bonificar nuestros sueldos por zona. Faltaba una reivindicación muy importante: el reconocimiento salarial a la carrera docente, porque bonifica la antigüedad por zona. Luego hubo una disputa con el gobierno de la provincia porque no quería fijar pauta salarial, lo cual nos llevó a distintas instancias de lucha, que concluye con lo que fue conocido nacionalmente: el último paro de 48 horas con movilización a Casa de Gobierno [23 y 24 de mayo], donde estuvieron los enfrentamientos con la policía y la permanencia en la Casa de Gobierno durante una semana.
“Durante esa semana, la gobernadora [Fabiana Ríos], primero planteó que no se iba a juntar con el sector si antes no nos retirábamos de Casa de Gobierno, a lo que no accedimos, y planteamos que no nos íbamos sin un acuerdo salarial y de otros temas. Fue así que a partir del lunes 27 se arma el Consejo Económico y Social donde participa el secretario general, y a la noche viene la gobernadora. Se hace un acta de constatación, porque había unos 400 o 500 docentes en la Casa de Gobierno, y no hubo un solo incidente.
“Al otro día hubo una reunión donde discutimos los lineamientos políticos. La Legislatura planteó que ponía disposición la partida de fondos para un acuerdo salarial. El miércoles 29 tuvimos otra reunión, que a instancias de la gobernadora fue televisada en directo. Nos trajo dos propuestas salariales, que rechazamos, y en un cuarto intermedio les pudimos explicar a los legisladores por qué rechazábamos las partidas que se decían invertir; lo demostramos después en el segunda parte televisada. En esa segunda parte televisada ellos terminan pidiendo un cuarto intermedio, porque habían quedado casi en ridículo, y terminamos trabajando una tercer propuesta a las tres de la mañana que es la que después se termina aprobando en asamblea, que significa un 43% de aumento para el cargo inicial y más de un 55% para el cargo con más antigüedad. Eso nos lleva a $6.607 para el cargo inicial, desde octubre.

—¿Cómo balancean ustedes esta histórica conquista?
—Nosotros creemos que fue un triunfo reivindicativo y un triunfo político muy importante, que nos dejó colocados de otra manera en el terreno sindical y en el terreno político porque no pudieron hacer pasar de que éramos unos “talibanes”. Obviamente que el tema de la violencia dividió a la opinión pública, pero también al hacerse la gobernadora la autocrítica planteando que habían subestimado el conflicto, quedó en claro que nosotros estábamos donde teníamos que estar.

—La permanencia masiva en Casa de Gobierno fue acompañada de otras formas de lucha…
—Hubo un paro impresionante en Río Grande porque la seccional se corre, con los mismos argumentos del gobierno. Llama a acatar la conciliación obligatoria, a desalojar la Casa de Gobierno y a recuperar la institucionalidad. Los compañeros le piden la destitución, y se arman trece piquetes que terminan siendo más de veinte.

—¿Contaron con la solidaridad de otros sectores?
—En principio, los que estuvieron fueron Camioneros y la CTA, después se sumaron los gremios municipales, Uthgra, algunos gremios estatales, la UOM Río Grande y la UOM Ushuaia, los trabajadores del puerto (tanto los de administración como los de estiba). Fue una semana en la que toda la política giró en torno a la lucha de los docentes.

—El gobierno amenazó, sobre el final del conflicto, con aplicarle a los dirigentes del Sutef la Ley Antiterrorista ¿En qué situación quedó esto?
—La denuncia es general, no en particular, y nosotros ya hemos planteado desplegar la más amplia solidaridad, porque no creemos que quede ahí no más por lo que está planteado en la provincia. No pueden retirar la denuncia una vez que está hecha. Así que dependerá de la solidaridad que logremos, para el éxito o fracaso de nuestra defensa.

—¿Qué es, para vos, lo que le dio tanta fuerza a esta lucha?
—Yo creo que hay un aspecto que es el destrato del gobierno durante tantos años, y por otro lado la inflación que carcome los salarios. Hay un dato que es objetivo, que es la necesidad de recomponer los salarios y el otro que tiene que ver más con una palabra que se utiliza mucho en el conflicto: dignidad. O sea, por cuestiones de dignidad no se podía aceptar cualquier propuesta, por más que duelan los castigos o quieras volver al aula porque tres meses y medio de plan de lucha, por más que ha sido bien administrada la fuerza, desgastan como cualquier lucha.

—El conflicto se discutió y resolvió con mucha democracia entre los docentes
—Nosotros combinamos asambleas de escuela que dan mandato escrito a los delegados, con plenarios de seccionales, y con congresos provinciales. Todo con mandato escrito de los delegados; después vamos a las asambleas generales.
En la resolución del conflicto tuvimos tres instancias: una fue la asamblea informativa, donde se dio a conocer la propuesta; pasamos a un cuarto intermedio donde se analizó la propuesta del gobierno por escuelas, con asambleas que duraron en algunos casos más de tres horas, para que pueda analizar bien de qué se trataba la propuesta, y una tercera instancia que fue una asamblea ejecutiva, donde los compañeros pudieron evaluar con tranquilidad todo.

—No pudieron quebrar la relación con los padres durante el conflicto.
—No, porque no hicimos un paro por tiempo indeterminado, fuimos haciendo medidas de distinto tipo, y asambleas. Y además, porque el dato es objetivo: cobrábamos 4.630 pesos de salario, una miseria acá, donde todo sale más del doble que en el continente. Más allá de que la mayoría de los compañeros tengan doble jornada y todo lo demás, los padres entendían que el reclamo era justo.