El primer ministro de Grecia, con un decreto de emergencia, la semana pasada ordenó el cierre de la radio y televisión pública. La reacción popular frente a tamaño ajuste no se hizo esperar, y miles de griegos han salido a la calle, frente a esta nueva medida del gobierno de la “troika”; hubo huelgas de distintos sectores, y los propios trabajadores de la ERT, se mantienen ocupando el edificio central, y realizando transmisiones clandestinas por Internet.
El primer ministro de Grecia, con un decreto de emergencia, la semana pasada ordenó el cierre de la radio y televisión pública. La reacción popular frente a tamaño ajuste no se hizo esperar, y miles de griegos han salido a la calle, frente a esta nueva medida del gobierno de la “troika”; hubo huelgas de distintos sectores, y los propios trabajadores de la ERT, se mantienen ocupando el edificio central, y realizando transmisiones clandestinas por Internet.
La medida del primer ministro Samaras, realizada sin la aprobación del Parlamento, es claramente ilegal, y como tal ha sido repudiada por vastos sectores, que se manifiestan frente al edificio principal de TV en Atenas, así como fuera de los estudios y las oficinas de la radio y la televisión pública en toda Grecia. Crece la solidaridad con los 2.700 trabajadores que pierden su sustento.
El gobierno pro-troika tripartito está en crisis profunda. Los dos socios menores de la coalición gobernante, Pasok e Izquierda Democrática (Dimar), se opusieron al cierre.
La Federación Nacional de Personal de Televisión y Radio también repudió el cierre de ERT y ha reclamado que el Consejo de Estado declare inconstitucional el decreto.
“ERT en negro, país en negro”
La Organización Comunista de Grecia ha caracterizado como medidas típicas de un golpe de Estado o de una ocupación del país por una potencia extranjera. “Si alguien diseña un golpe de estado en el primer plano siempre pone los medios de difusión… Cuando uno conquista otro país, lo primero que debe hacer es controlar la comunicación para establecer sus propios portavoces”. Por esto, afirma el KOE es que la medida de cerrar la ERT llevó a miles a que surgiera en sus mentes y en sus consignas las palabras “horror” y “junta”, calificando este ajustazo como una medida más de la conquista y ocupación del país por parte de la “troika”: Unión Europea. FMI y gobierno griego.
“ERT en negro, país en negro”, decía un artículo de los camaradas del KOE, significando la conmoción que provocó el cese de las transmisiones de la TV pública, y ver la pantalla de los televisores “fundida a negro”. A la vez dan cuenta de la iniciativa popular para sostener la voz de los periodistas estatales: “Con cada instrumento tecnológico que estaba disponible, sobre todo con el poder de la solidaridad… La gente, el país, la cultura es mucho más fuerte que los memorandos y la Troika”.
Distintos sectores, como el KOE, han llamado a una “lucha política sin concesiones para derrocar los golpes y las aberraciones antidemocráticas del gobierno”, porque lo que está en juego no es sólo el remate de los activos públicas, y el creciente número de desempleados, sino “la salvación de la patria y de la democracia”.
El líder de la coalición Syriza, Alexis Tsipras, ha lanzado un llamamiento a una “lucha intransigente en defensa de la democracia”, y en sus declaraciones dijo: “Todos sabemos que este gobierno bárbaro no caerá en los pasillos del Parlamento sino en las calles, a través de la luchas de nuestro pueblo para la defensa de la democracia y la cohesión social”.
Mientras tanto, los trabajadores siguieron emitiendo de manera clandestina el informativo que se inició en la noche del martes 11, cuando fue cortada la señal. Aunque durante todo este tiempo las emisiones se habían circunscrito a Internet, en diversos puntos de la geografía nacional se consiguió restablecer la señal gracias a la señal facilitada por la Eurovisión vía satélite.
