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16 de October de 2013

En el marco de la pelea porque sean enjuiciados todos los genocidas y haya justicia para todos los desaparecidos, el Comité Central de  la JCR decidió lanzar iniciativas juveniles en el terreno democrático en las distintas zonas en torno a la causa por el secuestro y desaparición de Manuel Guerra. 

¡Quebracho, seguimos tu ejemplo!

Homenaje a Manuel Guerra

 “Quebracho”, como le decían, fue el primer secretario de organización de la Juventud Comunista Revolucionaria, secuestrado y desaparecido en la tarde del 1° de noviembre 1977. Varios hombres vestidos de civil lo persiguieron, les costó detenerlo, él se resistió. Armados y a los golpes lograron meterlo en un Taunus anaranjado. Al notar que un chico lo observaba, gritó: “soy Manuel Guerra, me están secuestrando”. Se estaban llevando, en Pueyrredón y Las Heras, a plena luz del día a un camarada de esos que no se encuentran todos los días. Un ejemplo de lucha clasista que se mantuvo firme en su convicción revolucionaria, incluso estando secuestrado. Tenía 26 años.
Hablamos con Manuel Ríos, secretario político de la JCR, quien nos comentó que la primera actividad será un acto homenaje al cumplirse un nuevo aniversario del secuestro. “Vamos el sábado 2 de noviembre, en Capital Federal un acto homenaje a Manuel, organizado por la JCR, el PCR, familiares y amigos junto a la comisión del Instituto Espacio para la Memoria del Atlético”, comenta. El homenaje será en las instalaciones del ex Centro Clandestino de Detención “El Atlético”, Av. Paseo Colón y Cochabamba, debajo de la Autopista 25 de mayo. “Tenemos indicios de que acá fue secuestrado y estuvo preso hasta su asesinato. Concentraremos a las 17 hs. en la entrada, ingresaremos al predio, antes un grupo realizará un recorrido guiado por el lugar para concluir con el acto”, nos comenta. “La idea es realizar charlas, paneles, festivales, murales, etc. para ir tomando en la causa de Quebracho, la pelea por los juicios a los genocidas, enfrentando esta justicia “a cuentagotas” y los planes de terminar en 2015 las causas”. 
Nos explica Manuel Ríos que el homenaje del 2 de noviembre será un anticipo de un gran acto nacional para los primeros días de marzo con bandas, actividades culturales en la plaza frente a las instalaciones del Atlético en el marco de las actividades del 24 de marzo, nuevo aniversario del golpe genocida. 
La JCR invita a las distintas organizaciones democráticas, sociales y políticas a sumarse a estas iniciativas. 
Consultado sobre los objetivos de las actividades lanzadas, Ríos explica que lo fundamental es ayudar a que avance la causa en la Justicia. “Debemos desplegarlas para seguir encontrando elementos y testigos del secuestro y lugar de detención y asesinato de Manuel. Recordar su ejemplo, su vida como modelo para la juventud, destacar la firmeza de sus convicciones y decisión de poner su vida al servicio del pueblo y de la lucha por la revolución”, enfatiza. “En Quebracho seguimos recordando a nuestros mártires, estas iniciativas deben ser la continuidad de tomar en todo el país los juicios y pelear para que entren en ellos, denunciando sus limitaciones, todos los mártires del Partido y la JCR como parte de la lucha por memoria, verdad y justicia y de la pelea de fondo por una justicia que vaya a fondo como resultado del triunfo de un proceso revolucionario en nuestro país”, concluye. 
 
Justicia para Manuel, 
cárcel para sus torturadores
Llevamos 36 años exigiendo la aparición con vida de Manuel y juicio y castigo a todos los responsables. Hasta ahora ningún gobierno ha dado respuestas. Si bien estamos siendo testigos de históricos juicios ganados con la lucha, y que nos permitieron avanzar contra la impunidad de ayer, tenemos que estar alerta: menos de 500 represores -de los 80 mil que fueron parte del terrorismo de Estado- han sido condenados. De las cuatro personas que se llevaron a Manuel, no sabemos casi nada, porque el Ministerio de Seguridad de la Nación no envía al juzgado la lista de personal.
Tenemos fecha, hora y lugar del secuestro; un testigo que hasta pudo registrar la patente del auto, el cual pertenecía a una división policial. Pero no tenemos acceso a los archivos que indican quiénes estaban ‘de turno’ en esa División. Las respuestas que dan siempre son ambiguas y el juicio por Manuel no avanza.
Además, en estos juicios el Estado traslada la responsabilidad de investigar a las familias y a los sobrevivientes y –como si se trataran de delitos comunes- exige para acreditar el paso por determinado Centro Clandestino de Detención una cantidad de prueba que a más de 30 años y con el miedo que instaló la dictadura, es muy difícil de conseguir. La impunidad dice presente en la década de kirchnerismo: no quieren ir a fondo en desmantelar la estructura represiva de los ’70 y pretenden callarnos y sacarnos de la calle para que no levantemos las banderas de justicia por todos y todas.