Noticias

23 de October de 2013

La semana pasada el gobierno kirchnerista oficializó acuerdos con cinco empresas que mantenían reclamos contra la Argentina en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi), agencia del Banco Mundial, y con una sexta que reclamaba ante la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (Cnudmi).

Ahora hay “buitres buenos”

Un nuevo canje que aumenta la deuda externa

Las empresas favorecidas por el acuerdo son Blue Ridge (titular del reclamo de CMS Gas), CC-WB (titular del reclamo de Continental Casualty Co.), Vivendi (Aguas del Aconquija) y Azurix Corp (todas ellas recurrieron al Ciadi). También entró en el convenio NG-UN Holdings, tenedora del litigio de National Grid, que reclamó ante la Uncitral.

Las empresas favorecidas por el acuerdo son Blue Ridge (titular del reclamo de CMS Gas), CC-WB (titular del reclamo de Continental Casualty Co.), Vivendi (Aguas del Aconquija) y Azurix Corp (todas ellas recurrieron al Ciadi). También entró en el convenio NG-UN Holdings, tenedora del litigio de National Grid, que reclamó ante la Uncitral.
En casi todos los casos, el pago se realizará a empresas que funcionan de un modo similar al de los denominados “fondos buitre”. Dichos grupos compraron juicios ganados por las empresas que, debido a su dificultad de cobro, los vendieron a un valor menor. Por caso, Blue Ridge se quedó con la demanda de CMS, ex accionista de Transportadora Gas del Norte (TGN), mientras que NG-UN Holdings compró el reclamo de la eléctrica inglesa National Grid, ex dueña de Transener, la compañía de transporte eléctrico más grande de la Argentina.
Se trata de deudas que hasta ahora no eran reconocidas por el gobierno kirchnerista, que no figuraban en las cifras que publica el Ministerio de Economía (ver hoy Nº 1486: “La verdad sobre la deuda pública). Por lo que el gobierno sacó un decreto, sin recurrir al Congreso pese a que todavía tiene mayoría y eso es un requisito para su legalidad, reconociendo dichas deudas por un monto total de 677 millones de dólares, y oficializando su canje a través de la entrega de nuevos bonos por 500 millones, con una tasa del 7% anual en dólares: Bonar X para el capital y Boden 15 para los intereses.
El hecho de que la cartera que conduce Hernán Lorenzino se enfocara en cinco casos y no en todos habilitó sospechas en el mercado. El sábado 19, el diario Clarín reveló que el fondo de inversión Gramercy, que entró en el canje de deuda de 2010 de la mano del entonces ministro Boudou, creó dos sociedades, CC-WB Holdings y NG-UN Holdings, para comprar con descuento sentencias favorables en el Ciadi a los litigantes originales (Continental y National Grid) para luego hacer diferencia con los eventuales pagos de la Argentina. Es decir, el mismo accionar de los “fondos buitre”, que compran deuda a precio de oferta y luego litigan contra los países para recuperar el 100 por ciento.
 
Las Seychelles siguen en la mira
En tanto, los “buitres malos” siguen a la espera de los datos que el Banco Nación y otras entidades deben brindarles en el proceso del “discovery”, en el que Griesa los habilitó a buscar bienes para embargar, tanto públicos (no diplomáticos) como personales, si son de la presidenta Cristina Fernández. Los fondos están tratando de confirmar si, como lo investiga la Justicia, la Presidenta tiene o no fondos en las islas Seychelles.
Más allá de la existencia de esos fondos, que en tal caso tendrían que ser recuperados para el patrimonio nacional, lo cierto es que las hoy disminuidas reservas por la política kirchnerista de entrega y depredación de los recursos nacionales, corren el riesgo de caer en manos de los usureros imperialistas, pues aunque está demostrado en el caso de los fondos buitre que se hicieron de esos bonos por monedas, a ellos lo que les importa es lo que está escrito en el papel y “las deudas hay que pagarlas”. Con las apelaciones se puede seguir “ganando tiempo”, pero pensar que se puede ablandar el corazón de los usureros de esa manera, o apelando a advertencias sobre que “el pago va a causar problemas en la economía argentina, lo que podría afectar a la economía global”, es pecar de ingenuos. De la única manera que se puede salir de esta trampa es suspendiendo el pago de intereses y capital de toda la deuda financiera, mientras se investiga para determinar la que sea ilegítima, fraudulenta y usuraria,  para repudiarla, como se tiene que hacer con toda la deuda heredada de la dictadura, que no es deuda “de todos los argentinos”, como dijo la Presidenta para alegría de los usureros imperialistas.