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13 de November de 2013

La situación de los trabajadores en la provincia está en su peor momento de los últimos años a raíz de la decisión de la empresa minera Barrick Gold que anunció el parate de sus operaciones en la mina Lama Pascua y la fuerte crisis de las economías regionales en especial las agroexportadoras.

Grave situación de despidos

San Juan: problemas en la minería y el campo

Tal como lo venía denunciando la CCC de San Juan, el mayor emprendimiento minero de la provincia en su fase de construcción está totalmente parado y es por eso que las empresas constructoras en estos meses dejaron sin trabajo a 7.000 operarios y en estos días han recibido su telegrama el resto del plantel es decir 3.500 operarios. Sólo quedan en actividad una ínfima cantidad de trabajadores por requerimientos legales.

Tal como lo venía denunciando la CCC de San Juan, el mayor emprendimiento minero de la provincia en su fase de construcción está totalmente parado y es por eso que las empresas constructoras en estos meses dejaron sin trabajo a 7.000 operarios y en estos días han recibido su telegrama el resto del plantel es decir 3.500 operarios. Sólo quedan en actividad una ínfima cantidad de trabajadores por requerimientos legales.
La situación de los trabajadores rurales no es más alentadora. Los bajos precios internacionales de la uva y sus derivados sumados a una situación cambiaria desfavorable han creado condiciones muy malas para los compañeros que trabajan en la tierra. La empresa Expofrut, exportadora de frutas que maneja el mayor volumen de ventas no ha llamado a los más de 500 operarios de temporada el 1º de octubre, y realiza las tareas con cuadrillas con peones en negro. Otras grandes empresas vitivinícolas ya han anunciado que el panorama para el sector es desolador, lo que afectará a más de 24.000 trabajadores del campo.
 
Un proyecto económico colapsado
El trasfondo de estos problemas que afectan notablemente el presente laboral de los sanjuaninos tiene un mismo origen en la política que Gioja lleva adelante desde el año 2003. Desde su plan de gobierno, llamado “La segunda reconstrucción de San Juan”, propuso crear las mejores condiciones para la inversión extranjera que según decían traería trabajo y prosperidad. 
Estos monopolios vinieron amparados en leyes que protegían su accionar y con la garantía del propio Gioja durante estos años depredaron nuestros recursos naturales, saquearon nuestras riquezas y ante la primera adversidad económica abandonan los proyectos dejando el desastre de desocupación y contaminación. En el sector agroexportador las principales empresas quedaron en manos de entidades extranjeras, atraídas por los beneficios de una mano de obra barata y un esquema cambiario favorable, alentado por buenos precios internacionales, hoy todo eso no existe más.
El panorama ideal de pleno empleo ha sufrido un revés durísimo por la extrema dependencia a la que nos ha llevado esta política de entrega donde todas las palancas productivas quedan atadas a la salubridad de los mercados internacionales. En estos momentos que el mundo es asolado por una crisis económica sin precedentes no tenemos defensas para contrarrestar la caída de los precios internacionales de los metales y demás materias primas de bajo valor agregado. Un proyecto que sólo ponderó el extractivismo sin desarrollo industrial, sin resolver las urgencias populares nos deja en el peor de los escenarios posibles, crecimiento de la desocupación con inflación de precios.
Lamentablemente la variable de ajuste es una vez más el pueblo trabajador que recibe el hachazo de estos puestos de trabajo que se pierden y la angustia de los precios que suben mes a mes. Una salida inmediata a esta situación requiere que el gobierno de la provincia tome cartas en el asunto y exija a la empresa cumplir el cronograma de obras o pagar los salarios caídos hasta la continuidad de las obras a costa de las enormes ganancias que ya obtuvieron en Veladero. También es necesario devolver rentabilidad a los productores pequeños y medianos del campo a través de precios compensatorios o precios sostén, priorizando aquellos que producen alimentos de la canasta alimentaria de los sanjuaninos.
Los sectores obreros y sus organizaciones tenemos que debatir esta situación y alumbrar un plan de lucha que dé respuestas al creciente descontento que brota en las fábricas, minas y en las fincas, permitiendo avanzar en un nuevo programa de gobierno que consiga el pleno empleo y la verdadera distribución de las riquezas.