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08 de January de 2014

Despedida a don Rami y a Oro…

Santiago del Estero

Encabezamos esta nota con fragmento de la vieja vidala “Andando” de los salavineros hermanos Díaz: “Qué triste es vivir penando/ Entregao al padecer/ Andando/ Corazón triste pensando en tu amor…/ Conozco todos los pagos/ los de aier y los de hoy/ Y vivo feliz sabiendo que no se ni a donde voy/ Andando…/ Corazón triste pensando en tu amor…

Encabezamos esta nota con fragmento de la vieja vidala “Andando” de los salavineros hermanos Díaz: “Qué triste es vivir penando/ Entregao al padecer/ Andando/ Corazón triste pensando en tu amor…/ Conozco todos los pagos/ los de aier y los de hoy/ Y vivo feliz sabiendo que no se ni a donde voy/ Andando…/ Corazón triste pensando en tu amor…
Era la vidala que con tanta emoción le gustaba cantar a nuestro querido compañero don Ramiro Agustín Orellana “don Rami”. Había nacido en enero de 1932, hacía muchos años que como tantos otros su canto había guardado silencio y a partir de los encuentros de vidaleros en Fernández (que ya lleva 16 años) comenzó acercar su canto, su amistad, su acompañamiento al grupo que cada vez se iba agrandando.
Igual que muchos de sus compañeros vidaleros, no tenía caja propia, hasta que artesanos santiagueños y amigos como el indio Froilán y Mario Paz, fueron regalándoles cajas a estos hombres y mujeres que sostienen nuestra identidad y nuestra cultura con su canto. Don Rami nunca dejó de estar presente en cada encuentro, salvo por razones de salud. Su figura delgada, su ternura, su voz “ronquilla” como él decía, alentó cada encuentro siempre, hasta se presentó en uno de ellos con una vidala propia para homenajear a su compañero “Cala” Loto “cuando nos dejó para siempre…” se nos ha ido un compañero. A Pedro Loto le canta… decía don Rami.
Nuestro homenaje desde aquí y también al querido Oro Ledesma (hermano de nuestro compañero vidalero Fonllino Ledesma). Oro un gran amasador. ¿Quién no conocía su rico pan casero? Oro Ledesma gran amigo colaborador de Sapiyman, en cada diciembre cuando nos juntamos debajo del añoso taqo del ranchito de Merino, como le cantaba Fonllino, que se integró definitivamente al radicarse en Fernández.
Acompañamos a Fonllino por su hermano Oro, a la familia de don Rami, nos comprometemos a seguir luchando, porque la vidala y el quichua sean siempre los motivos que unan nuestra amistad y solidaridad sin apartar de la memoria a todos los compañeros que formaron parte de nuestros sueños y luchas.