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08 de January de 2014

El pasado 26 de diciembre se cumplieron 120 años del nacimiento de Mao Tsetung, líder de la Revolución China. En noviembre, los jerarcas chinos anunciaron nuevas reformas para fortalecer la burguesía imperialista.

China: pragmatismo no es maoísmo

A 120 años del nacimiento de Mao Tsetung

El presidente chino, Xi Jinping, como buen representante de la burguesía monopólica imperialista de estado de China, estableció con claridad qué representa Mao para los actuales gobernantes, cuando afirmó que las celebraciones oficiales por el aniversario serían “solemnes, simples y pragmáticas”.

El presidente chino, Xi Jinping, como buen representante de la burguesía monopólica imperialista de estado de China, estableció con claridad qué representa Mao para los actuales gobernantes, cuando afirmó que las celebraciones oficiales por el aniversario serían “solemnes, simples y pragmáticas”.
Otro indicio de cómo los imperialistas chinos consideran a quien, a la cabeza del Partido Comunista de China lideró una prolongada lucha armada de masas que culminó en 1949 con el establecimiento de la República Popular y la construcción y defensa del socialismo, es que el oficialista Diario del Pueblo ni se dignó poner la noticia en la tapa, y tras calificarlo de brillante “revolucionario proletario, estratega y teórico”, expresó que “la mejor conmemoración” sería seguir avanzando en las reformas económicas lanzadas por su sucesor. 
Se refiere Diario del Pueblo a Deng Xiaoping, quien estuvo al frente de la restauración del capitalismo en China, luego de la muerte de Mao Tsetung. Los actuales jerarcas chinos han avanzado, en la reciente 3º Reunión Plenaria del 18 Comité Central del Partido Comunista de China (del 9 al 12 de noviembre), en los lineamientos establecidos por Deng Xiaoping a partir de 1978, en busca de su consolidación como potencia imperialista, en los planos económico, tecnológico, político y militar.
 
Reunión Plenaria del CC 
del PCCh
Las medidas adoptadas en la Reunión Plenaria del CC del PCCh, más allá del palabrerío, reflejan, por un lado, las crecientes contradicciones entre mantener los sectores básicos de la economía (petróleo, gas, acero, cemento, aluminio, etc.) en manos del Estado con el consecuente desarrollo de una poderosa burocracia estatal, por un lado, y por el otro, el desarrollo de un poderoso sector privado, en muchos casos de capital extranjero, que ha obtenido importantes concesiones en este plenario “mejorando su vitalidad y creatividad”. 
Al menos en lo escrito, los burgueses imperialistas en el poder, han planteado que “el tema central es también el manejo de la relación entre el gobierno y el mercado, para garantizar que el mercado tenga una función decisiva en la asignación de recursos y para dar rienda suelta a una mejor y más completa función del gobierno”.
Por otro lado, los jerarcas chinos han planteado una serie de medidas, frente a una baja en las tasas de crecimiento observada en los últimos años. Como analizan las Resoluciones del 12 Congreso del PCR, de junio del 2013, China “El 2do trimestre del 2012 creció solamente un 7.6% en lugar de la meta del 8%. Hay aumento de la inflación y la dependencia de las exportaciones sigue siendo muy alta. China viene afrontando serios riesgos inflacionarios y de burbujas de precios de activos (particularmente inmobiliarios), por la inundación de dólares que eleva los precios de las materias primas y la presión yanqui a que revalúe el yuan, mientras trata de limitar las subas de salarios que es lo que da “competitividad” a su producción orientada principalmente hacia las exportaciones. Sin embargo, los aumentos salariales conseguidos por las luchas obreras hacen que, a pesar de que éstos siguen siendo muy bajos, algunas empresas se trasladen a Vietnam, o Méjico en busca de más bajos salarios.
“Al ya previsto ‘enfriamiento’ de su economía, se ha sumado la advertencia del FMI de que podría perder 4 puntos más de crecimiento por la recaída de Europa. La disminución de su nivel de crecimiento en el 2012 detonó medidas tratando de controlar la especulación inmobiliaria. Con motivo del 18 congreso del PCCh, se intensificaron las luchas internas dentro la dirigencia china”.
 
Privatización de la tierra y palos
Uno de los aspectos fundamentales en lo económico de las resoluciones de la 3º Reunión Plenaria del CC del PCCh es el que se plantea en el punto 5: “Mejora de la Integración del desarrollo de las áreas urbanas y rurales: Se formarán nuevos sistemas de agronegocios y se otorgarán más derechos de propiedad a los campesinos”. Hablando en criollo, se acelera la privatización de la tierra, que formalmente todavía es propiedad del Estado. Esta medida agravará las penurias de la inmensa población campesina, que es la absoluta mayoría de los cerca de 400 millones de personas que se encuentran en condiciones de extrema pobreza en el país asiático (Ver Informe del Instituto Provincial de Estadística y Censos de Santa Fe, diciembre 2013).
Esta resolución se complementa con la promesa de “liberalizar” el régimen “hukou”, por el cual un inmigrante del campo a la ciudad no tiene derecho de adquirir propiedades y pierde los beneficios sociales. La dirección revisionista del Partido y del Estado busca con esta medida por un lado favorecer la concentración de la tierra, y por otro, mano de obra barata ante el crecimiento del salario real en las fábricas, producto de la creciente lucha de la clase obrera china.
El Plenario ha sido claro en cómo enfrentará la creciente oleada de luchas sociales. Se resuelve establecer un “comité de seguridad estatal”, bajo el mando directo del presidente, Xi Jinping. Algunos analistas comparan las resoluciones de esta reunión plenaria con las reformas de 1978 y las de 1992 y, que señalan con estas nuevas disposiciones, China marcha a convertirse en una superpotencia imperialista.
Habrá que ver el desarrollo de los acontecimientos. Teniendo en cuenta lo planteado por el Congreso del PCR, el “enfriamiento” de la economía china muestra que este país no puede estar al margen de la crisis económica más profunda en la historia del capitalismo, ni del desarrollo de las contradicciones entre los sectores dominantes, así como las luchas populares. Lo que es seguro es que estas medidas del gobierno chino buscan el fortalecimiento de una burguesía imperialista que día a día clava sus garras en los países de Asia, África y América Latina, en una creciente disputa con otros imperialismos.
Y también es seguro que los verdaderos maoístas, en China y en todo el mundo, honraremos a Mao Tsetung levantando bien alto las banderas del marxismo-leninismo-maoísmo, para ponernos a la cabeza de los combates revolucionarios por los intereses de la clase obrera y los pueblos.