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15 de January de 2014

De las Resoluciones de la 19 Conferencia provincial del PCR de Córdoba, realizada el 14 de diciembre de 2013, extractamos estos párrafos.

Los cambios en Córdoba

Un panorama de la provincia mediterránea

En los últimos años se han producido grandes cambios en la producción, en una Córdoba donde el 50% de la producción de bienes proviene de la industria y el otro 50% del campo.
Córdoba se convirtió en una provincia sojera, con el consiguiente desplazamiento de la ganadería. En lechería, si bien ha aumentado la producción, han ido desapareciendo cientos de pequeños y medianos productores.

En los últimos años se han producido grandes cambios en la producción, en una Córdoba donde el 50% de la producción de bienes proviene de la industria y el otro 50% del campo.
Córdoba se convirtió en una provincia sojera, con el consiguiente desplazamiento de la ganadería. En lechería, si bien ha aumentado la producción, han ido desapareciendo cientos de pequeños y medianos productores.
En 10 años casi se duplicó la superficie sembrada de soja (Ministerio de Agricultura de la provincia). Se siembran actualmente unas 4,7 millones de hectáreas de soja. “Hasta hace cuatro campañas, Córdoba lideraba el ranking nacional de producción de soja, un lugar que dejó en 2009/10 en manos de la provincia de Buenos Aires” (Infocampo.com.ar). “Como explicó Cristina a los representantes de la Federación Agraria, y lo reiteró luego al desarrollar el Plan Agropecuario para el año 2020: la productividad de la soja está dada por su escala de producción, lo que requiere campos libres sin alambrado, ni pobladores rurales, con aplicación plena de las maquinarias modernas, semilla híbridas, siembra directa y glifosato” (El proyecto K, pág. 143).
Urquía, un personaje importante dentro de las clases dominantes cordobesas, pero no determinante, se transformó en un gran factor de poder. Tanto por las hectáreas de su propiedad, por sus asociaciones con otros terratenientes por ser el que tiene el embudo de la molienda del grano para producir aceite, el ferroexpreso que llega directamente a los puertos del Paraná y la aduana que él logró como senador por ley en General Deheza. Por el contrario, los ganaderos del Sur debieron correr sus rodeos a las sierras y acomodarse a la soja pero ya como segundones.
Electroingeniería, una empresa que ni se sentaba en la mesa de las negociaciones de las clases dominantes locales, se transformó en la principal contratista del Estado nacional, que realizó la central Pilar y decenas de obras en la propia provincia. En tanto que grupos como Suez han debido abandonar la provincia y el país, la concesión del agua se cedió a Roggio (Aguas Cordobesas) en un contrato hasta 2025. Este ha sido uno de los beneficiados durante los gobiernos de De la Sota.
Grupos que irrumpen y se suman a la disputa junto a los sectores consolidados dentro de la estructura provincial y nacional como Arcor y las terminales automotrices Renault, VW y Fiat, cada uno de los cuales tiene sus momentos de acordar más con el gobierno nacional por haberle frenado algunas medidas y políticas, como así con el gobierno provincial y municipal. También se puede estudiar que, más allá de los momentos, cada uno se inclina más hacia alguna de las corrientes en disputa.
Hay otros grupos como Britos que se quedó con el banco del Suquía y tuvo acuerdos y desacuerdos con el gobierno nacional.
Tiene importancia ver que sucederá con Fadea (Fábrica Argentina de Aviones) y todo el complejo atómico en manos del Estado, qué orientación y qué negocios apuntalarán. En la conducción de Fadea ha quedado un dirigente de La Cámpora, y tienen mucha influencia en las fábricas de Río III y Villa María.
 
Los cambios en la clase obrera
En el complejo metalmecánico se profundizó la flexibilización laboral. Donde antes había una planta con 11.000 trabajadores (como Renault) todos con convenio Smata, hoy hay un conglomerado con terminales automotrices en el centro con 1.700 trabajadores y una cadena de proveedores con trabajadores con peores condiciones laborales. Esto produce más ganancias a las terminales y más trabajadores con convenios con peores condiciones (UOM, contratados, tercerizados, en negro). Se profundiza la explotación.
Se acrecienta tanto la plusvalía absoluta con extensión de la jornada laboral, trabajo en negro, convenios de tipo esclavistas, maquinarias viejas que producen mayor cantidad de accidentes de trabajo, grandes diferencias de convenios para operarios que realizan el mismo trabajo o muy similares, etc.; como la plusvalía relativa que es lo que sucede en VW que se pasó de una caja de cambio cada 25 segundos a una cada 17 segundos. O como en Arcor Caroya que en 4 años se pasó de 900 Bon o Bon a 1.900, gracias a la implementación de los robots que envuelven cada unidad. Esto significa un aumento de la tasa de plusvalía del 110%.
Estos se convierten en terminales ensambladoras de gran calidad, gracias a “la calidad total”, “just in time”, el trabajo sin stock, etc. La producción avanzó en tecnología y esto permite que el monopolio controle el trabajo de un obrero que trabaja en una fábrica de 30 trabajadores con convenio UOM. Así un trabajador de Gestamp con un convenio Smata cobra el 80% del sueldo de un trabajador de Smata de una terminal, a la cual esta fábrica provee. Por su parte un trabajador con convenio UOM que produce para Gestamp cobra menos, y así sucesivamente.
A la vez, la complejidad de la producción elevó la tecnología, el software, robotización, etc., y creó las base para que con los acuerdos con la UTN, la UNC, etc., se creara el Polo Informático y se radiquen los call center con subsidios de la provincia (subsidian energía, salarios, etc.). Son empresas españolas, francesas, yanquis que recibieron enormes beneficios. En estos lugares trabajan miles de jóvenes.
En cuanto a las discusiones de los empleados estatales ha habido un recorrido que responde a distintos avances de las luchas salariales: comenzó esta última década con cifras no remunerativas con las cuales llegó a pagarse más cantidad de sueldo en negro que en blanco. Luego se peleó el blanqueo de éstas, y después por su incorporación al básico. Luego paritarias cada tres meses, finalmente anual en cuotas. Avanza la precarización laboral con monotributos y contratos.