A las 19 del 18 de febrero, el evento lo inaugura Lorena Aguirre, integrante de la comisión de mujeres de Quilmes, Berazategui y Varela, quien al grito de: “Basta de violencia hacia las mujeres”, camina lentamente por la calle cargando sobre su hombro un pesado megáfono.
A las 19 del 18 de febrero, el evento lo inaugura Lorena Aguirre, integrante de la comisión de mujeres de Quilmes, Berazategui y Varela, quien al grito de: “Basta de violencia hacia las mujeres”, camina lentamente por la calle cargando sobre su hombro un pesado megáfono.
Las banderas de diversos colores comienzan a desplegarse acompañados por pancartas, con fotos de Natalia y consignas contra la violencia. Se inicia un emotivo cántico: “ni una muerta, ni una más, gritemos todos emergencia nacional”, en respuesta a la exigencia de la declaración de Emergencia en violencia sexual y contra las mujeres y la creación de refugios municipales de contención para sus víctimas. Comienza el recorrido Susana Alvarez (mamá de Natalia), va acompañada de aquellos que llevan las zapatillas gastadas de tanta marcha y delinean juntos un simbólico camino hacia conocer la verdad y reclamar justicia.
Un grupo de vecinos salen de los negocios para escuchar extrañados las palabras de esta mujer que encarna la voz de aquellas madres, abuelas, tías y hermanas que reclaman: “no mas femicidios”. Silvia, una compañera jubilada entabla una amable conversación con un vecino que declara una nueva víctima de violencia y reafirma una vez más el abandono: “cuando denunciamos lo que pasó, en la comisaría no nos dieron pelota señora”, declaró el muchacho.
Familiares, amigos y compañeros de trabajo de Natalia la recuerdan como una trabajadora comprometida con sus compañeras, como una chica que quería vivir y superarse. Así lo expresó Lidia Braceras, secretaria general de Suteba Quilmes y compañera. Gloria Rementeria, secretaria de género de la CTA Solano, con lágrimas en los ojos comienza su intervención: “Natalia nos convoca a que no nos olvidemos de que ella perdió su vida en manos de un violento. Dejó a una madre y lo más importante, a su hija. Exigimos a quienes les corresponde que respondan y que no se olviden de ella. Que le otorguen su identidad y garanticen su educación. Lo que pasa hoy con la hija de Natalia es un abandono total del Estado como nos pasa a muchas mujeres que denunciamos una y otra vez el maltrato”.
La mamá de Natalia, Susana Álvarez, toma la palabra y recuerda que luego de 2 años no ha recibido respuestas del Estado y reafirma firmemente que va a seguir su pelea por la custodia de su nieta.
Después de varios minutos el acto culmina con la invitación a la siguiente actividad por pedido de justicia el 21/2. Finalmente el grupo de mujeres y de organizaciones presentes se dispersan lentamente con la convicción de seguir luchando por todas las Natalias y para que no haya ni una víctima más, ni una mujer menos.
