El 24 de marzo de 1976 caía asesinado Isauro Arancibia con más de 100 balazos. Estaba con su hermano Arturo en la sede gremial del sindicato docente de Tucumán, calle Congreso al 200. Sabía que lo buscaban los esbirros del poder militar que darían el golpe ese mismo día. Tenían que infundir terror: junto a él detuvieron, asesinaron y desaparecieron a decenas de dirigentes principales de Tucumán.
El 24 de marzo de 1976 caía asesinado Isauro Arancibia con más de 100 balazos. Estaba con su hermano Arturo en la sede gremial del sindicato docente de Tucumán, calle Congreso al 200. Sabía que lo buscaban los esbirros del poder militar que darían el golpe ese mismo día. Tenían que infundir terror: junto a él detuvieron, asesinaron y desaparecieron a decenas de dirigentes principales de Tucumán.
Un grupo de tareas de la dictadura irrumpió en la sede gremial en su búsqueda, un infierno de balazos tronchó la vida del maestro y de su hermano; él se defendió con una escopeta de caza, un machimbre que tapaba la pared es mudo testigo de la balacera.
¿Quién era Isauro para que lo asesinaran? Un maestro ejemplar, de una estatura de dirigente como no he conocido, tan austero que me hace acordar al Gral. Belgrano, su vida dedicada a la educación de su pueblo y a la defensa de los derechos de sus maestros, La lucha de educación libre y laica lo encontró ya de protagonista principal en defensa del laicismo, la larga huelga en el gobierno de Gelsi lo mostró como un titán al frente de ATEP. Nos legó el Estatuto del Docente, la ley de licencias, una gran cooperativa de préstamos, la participación de los vocales electos por los maestros en las Juntas de Clasificación, hosterías en zona veraniega, etc.
Pero por sobre todo, su ejemplo de dirigente insobornable. No dejó herencias materiales, sí el ejemplo y la pasión creadora de la Ctera de la que fue su secretario adjunto. Creó el Comité de Defensa de Tucumán junto a la Fotia y UCIT (obreros y cañeros), contra el cierre de ingenios.
Su bandera es nuestra, como la de la docente Ana María Sosa, también secuestrada y asesinada por la dictadura.
Al cumplirse otro aniversario de su asesinato los maestros en lucha (autoconvocados y de agrupaciones opositoras al traidor Toledo de ATEP), organizaron un sentido homenaje. Luego de participar de los actos de repudio al golpe de 1976, se trasladaron a la sede gremial, que estaba a oscuras, para rememorar la trayectoria del líder de la docencia tucumana, acompañados por organizaciones políticas y sociales que apoyaron el acto de homenaje, redoblando su compromiso de lucha por paritarias libres y un aumento de salarios justo.