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09 de April de 2014

Obreros del azúcar enfrentan política de despidos encubiertos en la empresa de Blaquier.

Obreros paralizan tareas del Ingenio Ledesma

El Talar, Jujuy

Ya han pasado diez largos días desde que un grupo de 50 obreros de Adecco, una empresa que terceriza distintas tareas para el Ingenio Ledesma, iniciaran medidas de fuerza tomando el canchón de ingreso a los talleres que posee la empresa en la localidad de El Talar, imposibilitando de esta manera su normal funcionamiento. 

Ya han pasado diez largos días desde que un grupo de 50 obreros de Adecco, una empresa que terceriza distintas tareas para el Ingenio Ledesma, iniciaran medidas de fuerza tomando el canchón de ingreso a los talleres que posee la empresa en la localidad de El Talar, imposibilitando de esta manera su normal funcionamiento. 
En el lugar no solo se encuentran los trabajadores, sino también sus familias y el acompañamiento constante del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar Ingenio Ledesma (Soeail), a través de su secretario general.
Además, se realizó un corte en la ruta provincial Nº 37, de ingreso a El Talar, afectando exclusivamente a los vehículos pertenecientes a Ledesma SAAI con el fin de cortar los suministros del Ingenio, durante una semana. 
Estas son las herramientas decididas en asamblea de trabajadores con el objeto de entorpecer la producción del Ingenio y, de esta forma visibilizar el justo reclamo por trabajo ya que se encuentran desocupados desde hace varios meses, con todas las implicancias que significa este drama para sus familias.
A esta situación se llega después de haber agotado todas las instancias de diálogo tendientes a dar una solución a los compañeros trabajadores, teniendo como única respuesta la intransigencia y soberbia de la empresa Ledesma que sostiene no tener obligaciones para con los compañeros argumentando que son “personal eventual dependiente de una agencia de empleo para distintas tareas”, Adecco. Y a la vez desliza sospechas sobre el accionar del sindicato sosteniendo que persigue otros intereses distintos al de los trabajadores.
Estos argumentos falaces y cargados de odio visceral de clase, hacia los trabajadores y sus representantes, no resisten el menor de los análisis ya que intentan reducir un conflicto social -como es el de la desocupación-, a números o variables abstractas que dependen de condiciones climáticas o de necesidades temporales de la empresa; ignorando que detrás de cada número que ellos barajan en sus cómodos despachos existen personas y detrás de cada trabajador están sus familias, mujeres y niños que hoy se han levantado desafiando el gigante que históricamente y por generaciones ha explotado y postergado a toda la región. 
Así, mientras en los últimos cuarenta años Ledesma SAAI ha crecido diversificando sus empresas (en San Luis, Buenos Aires, Entre Ríos, etc.) y su participación en distintos negocios, el pueblo de El Talar y la región se han empobrecido y han tenido que padecer el lento sangrado de tener que ver cómo sus hijos son obligados a emigrar en busca de trabajo y así una población que hace unos años era pujante con más de 10.000 personas hoy languidece con sus apenas tres mil habitantes.
Lo cierto es que El Talar se encuentra enfrentando a la empresa Ledesma que, con una actitud soberbia e intransigente se empeña en tomar decisiones unilaterales, desconociendo acuerdos firmados con el sindicato el año pasado en los que se comprometía a la creación de una comisión para trabajar en la asignación de legajos para los trabajadores eventuales. Además, Ledesma mentía acerca de la necesidad de mano de obra y se comprometía en la eliminación total de esas empresas tercerizadas, para el mes de julio. Por otra parte, Ledesma es una empresa que se entromete en la vida gremial, apostando, a través de seudos sindicalistas enquistados en el gremio, a convertir al Soeail en un sindicato servil.
Del otro lado están los trabajadores representados por un sindicato clasista y el pueblo de El Talar, movilizado en solidaridad con los trabajadores, que mediante asambleas decide cómo se va continuar la protesta. Gracias a lo cual se decidió que, a partir del lunes 7 de abril, se va a trasladar el conflicto a Libertador instalando una carpeada frente a la “Rosadita” -residencia de los Blaquier en la localidad-, como otra instancia más en la lucha apostando a que otros compañeros de otras localidades, que se encuentran en iguales condiciones, se sumen perdiendo el miedo al monstruo azucarero.