—¿Cómo fue la recuperación del sindicato?
—¿Cómo fue la recuperación del sindicato?
—Este es un proceso largo, ya habían empezado las dudas sobre el manejo de la comisión de Alfredo Hoyos, se veían cosas raras, había tenido ocho años de gestión y la empresa seguía con su vaciamiento. De los 1.250 trabajadores que éramos hoy en día no llegamos a 500. Nuestro triunfo (a fines del 2013) fue un golpe duro para ellos porque ni se lo imaginaban, nos presentamos y fue una victoria aplastante, por 227 votos a 84.
—¿Cuáles son los desafíos de la nueva comisión?
—Esto es una lucha, si bien reconocemos que en parte somos los responsables de cómo está la fábrica porque no nos planteamos antes que teníamos que parar esto, hoy estamos sufriendo la falta de mantenimiento y se está trabajando mal. No tenés seguridad en los lugares de trabajo, no sabés dónde vas a ir a parar. La idea de esta comisión es tratar de revertir esta situación, apuntar a lo primordial, la salud y la seguridad de los compañeros. El año pasado hubo una explosión en uno de los hornos de acería, donde se accidentaron ocho compañeros. Hay compañeros que quedaron con secuelas psicológicas, quemaduras y no sé cuánto tiempo llevarán en recuperarse. La Superintendencia de la Nación vino, hizo un informe de lo que pasó y le dio un plazo a la empresa para que cumpla. Cuando asumimos, entre noviembre y diciembre nos tomamos el trabajo de juntarnos con la Superintendencia de la provincia para ver si habían cumplido con los plazos y seguían en las mismas condiciones. Hace dos semanas culminaban los 120 días de plazo -el plazo máximo- y estamos igual o peor.
—¿Cómo es la situación actual de la empresa, y la discusión salarial?
—Zapla está mal. A Sergio Tasselli le dieron créditos, subsidios y sin embargo seguimos en las mismas condiciones, siguen desvinculando gente, jubilan obreros pero no toman a nadie. No sabemos a dónde vamos a ir a parar, no hay inversión, no se compran insumos ni repuestos, hay sectores cerrados. No tenemos seguridad en la empresa, hay dos porteros nada más. Los chorros han robado los cables de la usina y es una preocupación la seguridad de los compañeros. Hay sectores críticos en los que los compañeros tienen que hacer turno porque los chorros se meten.
Ahora se vienen las paritarias y queremos parar la pelota. Ya hicimos las denuncias a la Secretaría de Higiene y Seguridad. Esto ya no es sólo un problema nuestro con la empresa. Es un problema provincial donde tienen que intervenir los políticos, ellos son los responsables de lo que está pasando. Estamos hablando de Zapla, una de las primeras empresas metalúrgicas del país, que producía acero de alta calidad. Hoy estamos produciendo acero de baja calidad, material de construcción que sin embargo genera plata, algo tenemos que hacer. Nos da impotencia ver las condiciones en que se está trabajando, vemos compañeros accidentados, compañeros que se jubilan y cobran una miseria de jubilación.
La idea nuestra es llegar a nivel nacional, que presionen a Tasselli y que le digan: “te hemos dado subsidios y créditos ¿vos que hiciste?”. En los papeles figuran inversiones, pero como trabajadores vemos que sigue el vaciamiento, no hay mejoras ni inversiones. Venimos haciendo asambleas porque este mes tenemos las paritarias.
Hemos sido afectados por la devaluación y la inflación que afecta al bolsillo, pero de qué sirve que ganemos 15 o 20 lucas si se nos está cayendo la fábrica. Corremos el riesgo de perder la fuente de trabajo, las condiciones de trabajo no son seguras. Si esta fábrica anda es gracias a los changos, que hacen magia. Los changos hacen andar las máquinas como sea. Antes era una empresa de 1.250 obreros y ahora somos 500, quiere decir que estamos haciendo el doble de trabajo por los compañeros que faltan.
No entendemos la política de Tasselli. Tuvimos una reunión con el gerente de planta y le expusimos la falta de mantenimiento y de los repuestos que tienen que tener las máquinas cuando sufren alguna ruptura. Siempre están sacando de chatarras; la falta de mantenimiento hace que corramos el riesgo de accidente. Cuando le expusimos esto al gerente nos contestó: “nosotros no somos una empresa de mantenimiento, somos una empresa de producción”, y este tipo de respuesta en una empresa como Zapla no es seria, genera una incertidumbre acerca de qué es lo que realmente quiere Tasselli. No sabemos si quieren seguir trabajando o qué.
Zapla es lo que está manteniendo a Palpalá, una empresa con 500 familias que viven de esto. Es lamentable que no tomen cartas en el asunto el intendente y el gobernador, cuando todos se jactan hablando de la re estatización. Sin embargo nadie se le anima a Tasselli porque tiene peso político y económico. Estamos luchando contra eso.
—¿Cómo es el funcionamiento de la comisión directiva del gremio?
—La modalidad de la comisión es respetar lo que dicen las bases. Acá el petitorio de las paritarias lo armaron los cuerpos de delegados consultando con las bases. Nosotros desde la comisión acatamos lo que digan los compañeros. Se va a respetar lo que diga la mayoría. Los paritarios fueron elegidos por los delegados. Aquí las decisiones las toman los trabajadores y no la comisión.
—¿Cómo es el petitorio que armaron?
—El petitorio que armaron los compañeros es de acuerdo a la inflación y los costos, lo que ganó la empresa. Estamos pidiendo el 45% de aumento, y que los 33 compañeros de Forja Norte (subcontratista), pasen a la empresa. Además, que se respete la categoría porque estamos cobrando polifuncionalidad, una polifuncionalidad muy mal interpretada por la empresa, que te cambia de un sector a otro sin capacitación. Estamos pidiendo que se respete el oficio de cada uno, higiene, seguridad y mantenimiento de la planta. No nos pagan calorías, insalubridad, riesgo laboral, ni título. Queremos que se respete el convenio colectivo firmado con la empresa en el año 2008 y que está vencido. Pedimos armar un nuevo convenio, porcentaje por categoría. Lo primordial es higiene y seguridad. Todo se va a ver en estas paritarias, si se pone dura la mano acudiremos a todos lados porque no escapa nadie a la situación de Zapla.
Historia de la recuperación del sindicato
Víctor Leonardo Aguirre nos dice que “Todo comienza alrededor del año 2001, en ese momento yo era delegado y en todos los sectores ya había compañeros que no compartíamos con la comisión directiva que estaba, porque era muy manejada por la empresa. Se inicia una lucha con los compañeros por tratar de recuperar el sindicato y nos empezamos a armar: Los salarios que teníamos eran bajísimos. Haciendo historia, cuando entré en el año 93 recuerdo que éramos 1.250 trabajadores, la planta fue privatizada en el 92. Era una planta en pleno funcionamiento, en la que teníamos depósito de material, repuestos, insumos, había de todo; me acuerdo que en ese momento estaban a cargo los franceses (Acero Zapla). La planta producía pero los salarios eran bajísimos, hasta que en el año 98 la agarra Sergio Tasselli, que recibió una planta que vendía productos de alta calidad, y empieza un proceso de deterioro. Cerraron sectores, se dejó gente, nosotros nos levantamos alrededor del 2001, 2002 y dijimos basta, porque los salarios eran pobrísimos, ganábamos muy por debajo de lo que debíamos ganar. El tipo ganaba guita y no invertía en lo primordial que es higiene y seguridad.
En medio de todo ese proceso llegamos a Buenos Aires, hicimos un paro en la empresa de 15 días en el año 2006, sacamos plata de donde pudimos, contratamos un colectivo y nos mandamos para Buenos Aires, justamente era el día en que se hacía una marcha por lo que había pasado en Río Turbio. Marchamos con la gente de Río Turbio, se sumaron la gente de izquierda, la CCC que nos recibió muy bien, y nos brindaron toda su hospitalidad. En el 2004 había empezado la gestión de Alfredo Hoyos, teníamos esperanza en él, pero en el proceso fue cambiando y al parecer lo fueron comprando y se fue dando vuelta. Ahí empezó la lucha del obrero. Previo a eso aprendimos a cortar la ruta, nos manifestamos en San Salvador de Jujuy y logramos reunirnos con el gobernador Fellner, que nos manifestaba que él no podía hacer nada porque era una empresa privada. Todos los políticos te daban la espalda, a nosotros no nos quedaba otra que salir a cortar la ruta, hacer las ollas populares y tomar la fábrica, desde ahí empieza a aprender el obrero de Zapla cómo es la lucha.