“Son 14 años de sometimiento” definió Mariano Cuenca, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio San Isidro, refiriéndose a los años que el grupo peruano Gloria lleva al frente de la empresa azucarera más antigua del país y con asiento en Campo Santo.
“Son 14 años de sometimiento” definió Mariano Cuenca, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio San Isidro, refiriéndose a los años que el grupo peruano Gloria lleva al frente de la empresa azucarera más antigua del país y con asiento en Campo Santo.
Después de la brutal represión sufrida días pasados a manos de la policía, que actuó sin la orden de un juez y por orden de la empresa, el joven dirigente sindical (que recibió casi una decena de disparos de balas de goma en su cuerpo), relató que “el Sindicato viene denunciando reiterados incumplimientos del convenio colectivo de trabajo, el sometimiento y la superexplotación de los obreros del campo”.
“En la plantación de caña exigen 12 surcos de 100 metros cada uno para reconocer un jornal y para ello hay que trabajar más de 12 horas”, aseguró el dirigente. Reclama con preocupación: la ropa adeudada desde 2011, pero “de buena calidad”; la reducción en las tareas por jornada; la reincorporación de los obreros dados de baja y la entrega de elementos y condiciones de seguridad. Estos son algunos de los reclamos de una lucha que desnudó mucho más que problemas salariales. Mostró también las relaciones feudales que las grandes empresas mantienen a costa de la sangre y el sudor de los obreros.
En los últimos días, la lucha de los trabajadores azucareros, que no tuvo respuestas por parte de los dueños de la empresa, se sumó a la de los docentes y a la de los desocupados de la CCC, confluyendo en una multitudinaria marcha que partió desde las puertas del Ingenio San Isidro, en Campo Santo, hacia la ciudad de General Güemes. Más de 1.000 obreros marcharon 7 kilómetros sobre la Ruta provincial 11, desde un municipio hacia el otro, para sumarse a la carpa docente ubicada sobre ruta nacional Nº 34. Tras esta marcha histórica, de los empleados del Ingenio, los trabajadores desocupados y docentes, se realizó un acto y, como no podía ser de otra forma, culminó con corte de ruta.