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30 de July de 2014

Trenes chinos, nueva dependencia y viejos problemas

El ferrocarril Sarmiento

La semana pasada empezaron a funcionar siete trenes chinos en el Sarmiento. Cristina Kirchner con su ministro Randazzo, intendentes como Lucas Ghi de Morón y Mariano West de Moreno, y burócratas traidores como Sassia de la Unión Ferroviaria, lo anunciaron en el acto en el que CK hizo “chistes” como “terminemos rapidito si no viene otra formación de atrás y nos lleva puestos” o “los que quieran hacerse los valientes váyanse a otro lado” (por los que viajan en el estribo o con puertas abiertas). 
Estas verdaderas provocaciones al dolor fueron respondidas al otro día, por los familiares de la masacre de Once, al cumplirse 29 meses del 22F. En el acto participaron organizaciones de usuarios con un afiche que denuncia: “los trenes chinos vienen con 52 muertes, cierre de fuentes de trabajo y represión a Emfer”. 
Mientras tanto, los trabajadores de Emfer volvían a tomar la fábrica ante el despido de 40 trabajadores y la falta de pago de la quincena. La heroica lucha de los obreros de Emfer-Tatsa, que tomaron la planta y enfrentaron la represión de Berni, hizo más visible el plan del gobierno con la compra de vagones a China. Esta empresa, propiedad aún de los asesinos Cirigliano, sería clave en la recuperación del sistema ferroviario, así como los talleres del Sarmiento y tantos otros como los de Tafí, cerrados con la privatización y “anunciada” su reapertura varias veces.
El gobierno K no quiere recuperar los trenes para el país como nos venden en su propaganda. Aprovecha la crisis del transporte público, a la que contribuyó estos 10 años con sus funcionarios corruptos –como Jaime, Schiavi y De Vido, sus empresarios amigos como Cirigliano, Roggio o Romero, y sus burócratas cómplices como Pedraza, Maturano y Sassia–, para ofrecernos como única salida la compra al imperialismo chino de trenes, repuestos y tecnología llave en mano. Así remacha esta nueva dependencia con China, que en el tema ferroviario se completa con la entrega del Belgrano Cargas. 
Rematan esta política de destrucción del ferrocarril con la cesión de terrenos ferroviarios en Haedo para un Parque Industrial, aprobada hace 15 días por el Concejo Deliberante de Morón, con el voto de sabattelistas, kirchneristas y massistas.
Para los usuarios la circulación de estos nuevos trenes mejora un poco la frecuencia. La semana pasada circularon 7 nuevos y 11 viejos, todavía lejos de los 25 que funcionaban antes del 22 de febrero del 2012, y muchos menos de los que se necesitan para que el pueblo del oeste deje de viajar como ganado. Esta situación se va a prolongar, ya que para que el sistema eléctrico pueda soportar el consumo de más trenes nuevos se necesitan reformas en la subestación eléctrica que van a llevar un tiempo prolongado. A su vez, a mediano plazo, los problemas que presenten los trenes chinos van a ser difíciles de resolver porque no hay capacitación para que los ferroviarios argentinos puedan repararlos, y el contrato establece que los repuestos por tres años hay que comprárselos a los chinos. La “solución” que el gobierno ofrece con los chinos es pan para hoy y hambre para mañana, con el agravamiento de una mayor destrucción de la industria nacional ferroviaria y de la dependencia del país.
Más que nunca hay que redoblar la lucha popular por la reestatización de todo el sistema ferroviario de carga y de pasajeros, con control de sus obreros y usuarios, la solidaridad con Emfer y la pelea por la estatización de la empresa; rechazando los contratos entreguistas con China para recuperar la industria nacional del ferrocarril y la lucha junto a los familiares de Once por justicia.