Noticias

04 de September de 2014

Charlamos con María Rosario, trabajadora de Kraft, sobre cómo se preparan para el Encuentro Nacional de Mujeres y qué debates atraviesan hoy como parte del movimiento obrero argentino.

“Las mujeres son las primeras que van a parar a la calle en épocas de crisis”

Camino al 29 ENM

Apenas queda un mes para el Encuentro Nacional de Mujeres y en cada rincón del país ellas se vienen organizando para poder participar de esta experiencia única en el mundo. Este año el destino es Salta, con mucho esfuerzo, peso a pesito, las mujeres se preparan para poder asistir y garantizar la masividad que caracteriza estos espacios.

Apenas queda un mes para el Encuentro Nacional de Mujeres y en cada rincón del país ellas se vienen organizando para poder participar de esta experiencia única en el mundo. Este año el destino es Salta, con mucho esfuerzo, peso a pesito, las mujeres se preparan para poder asistir y garantizar la masividad que caracteriza estos espacios.

El cordón industrial del Gran Buenos Aires no es la excepción, miles de trabajadoras de las distintas fábricas se encontrarán este año para seguir intercambiando experiencias en un momento en que nuestro país está siendo golpeado por una profunda crisis. Ahí, como parte de ese torrente, están las trabajadoras de Kraft, fábrica de alimentación ubicada en la localidad de Pacheco.

“Nosotras hemos aprendido mucho de los Encuentros Nacionales de Mujeres, de las formas de organización que hemos escuchado a lo largo de tantos años”, nos comenta María Rosario, dirigente de la extraordinaria lucha de Kraft del año 2009. Las trabajadoras de esta empresa vienen participando de los Encuentros desde el año 1995. “Nos hemos traídos muchos experiencias de lucha, de por qué tenés que pelear por tus derechos, de que hay muchos derechos que tenemos como mujeres trabajadores y que no conocemos”.

Y este año las encuentra en un momento en que se ha agravado mucho la situación del conjunto de los trabajadores, con el aumento de los ritmos de producción, la superexplotación y la oleada de despidos y suspensiones. “La situación de las mujeres es muy parecida a la de todos: hay mucho malestar, mucha bronca, mucha indignación. Por ejemplo ahora que salió esta noticia de que la presidenta tiene  55 millones de pesos como patrimonio y plantea que gana 80 mil pesos, imagínate la indignación y la bronca porque después hace un anuncio de un salario mínimo de 4 mil y pico de pesos”, enfatiza María. A esto, se le suma el problema de la inflación, que golpea duro a las mujeres que son las que tienen que resolver la mesa de todos los días en sus hogares: “no podés ir a comprar que no te alcanza para nada…cien pesos no es nada hoy, tenés que salir con 200 y te traes muy poco como te dicen las compañeras”.

María Rosario comenta que la situación laboral se ha agravado: “nosotros acá en la zona norte hemos tenido varios cierres de fábricas, tenemos suspensiones, despidos y esos te pesa y te pega más como trabajadores”. En Kraft esto se expresa en lo cotidiano, la empresa se ha robotizado pero eso no impacta en mejores condiciones para quienes allí trabajan. “Nosotros planteamos que la tecnología no está a disposición del trabajador, sino que somos los trabajadores los que tenemos que estar a disposición de estos robots y de sus altos ritmos de trabajo”. Frente a esto, se agravan las enfermedades laborales: “hay una gran cantidad de compañeras con tendinitis, con hernias de disco, con hernias lumbares, cervicales, lumbalgias, meniscos rotos… es por la gran explotación”. “Nosotros entendemos que el camino es denunciar y que los responsables de que tu salud se deteriore cada vez más, que en este caso son las fábricas, se tienen que hacer cargo”.

Le preguntamos a María con qué inquietudes marchan este año al Encuentro y nos dice que lo principal está en cómo la crisis agravó la situación de los trabajadores. “Un tema es el temor a  la pérdida de trabajo, esa amenaza la toman los trabajadores que ven esta situación de crisis, de suspensiones…se aferran y defienden con uñas y dientes los puestos de trabajo”.

Comenta que siempre es grande la participación de las trabajadoras de Kraft en los encuentros “porque las compañeras vienen muy enriquecidas de los debates, sobre todo del corazón de los encuentros que son los talleres”; y fundamentalmente porque “son encuentros opositores a los diferentes gobiernos y a las diferentes políticas que vienen aplicando contra los trabajadores y contra el pueblo”.  Y enfatiza que este panorama golpea sobre todo a las mujeres, “porque en épocas de crisis las primeras que van a parar a la calle son las mujeres porque tienen hijos o porque se embarazan, que es lo que se plantea en general en todas las fábricas”. Y sintetiza que por todo esto “entiendo que es muy bueno poder participar de los Encuentros Nacionales de Mujeres, que sigan creciendo y garantizar su masividad”.