Encabezando la página en la que Política Obrera publica su brulote contra el PCR al que nos referimos en Pág. 3, con el título “una abstención táctica” se publica una nota firmada por su diputado nacional Néstor Pitrola. En la misma se critica al PTS por no haber votado en contra de la ley de intangibilidad de los depósitos del Banco Central de China, por ser “un acuerdo entre dos países capitalistas que garantizan por ley sus inversiones recíprocas”.
Así desde una posición “anticapitalista” en abstracto, PO soslaya lo principal en concreto, que no es un acuerdo entre dos países iguales sino entre un país imperialista y un país dependiente. Por lo que no sólo se evita de caracterizar a China de socialimperialista –socialista de palabra e imperialista de hecho–, sino que su oposición al acuerdo es porque China sería un instrumento del imperialismo estadounidense, afirmando que “China es la mayor plataforma exportadora de las multinacionales norteamericanas, no un ‘Estado obrero deformado’”
Así PO critica a sus colegas del PTS por no tener una posición anticapitalista con China, escudándose en la misma definición trotskista que ellos siguieron teniendo con la Unión Soviética socialimperialista, de “Estado obrero deformado”, tras la restauración capitalista de 1957. Lo curioso del caso es que parece que todavía mantienen la misma condescendencia con Rusia, pese a que ya no sería socialista deformada sino capitalista burocrática, por lo que tampoco van a hablar del imperialismo de Rusia.
La diferencia que para ellos entonces habría entre China y Rusia, sería que la primera es un instrumento del “capital financiero internacional” mientras que la segunda, Rusia, sería un víctima del mismo. Así se explicaría por qué en las páginas de Política Obrera registraron la visita de Xi Jinping y criticaron los acuerdos firmados por Cristina Fernández, pero nada encontramos sobre la visita de Vladimir Putín y ni siquiera una mención a su definición de Argentina como socia estratégica y menos de los acuerdos que en ese sentido firmó con la Presidenta.
Por lo que su crítica al PTS se reduce a acusarlos de ser condescendientes del acuerdo con China, eludiendo definirla como una potencia imperialista para que su posición “principista” (“¡porque refuerza al capitalismo mundial!”, dice con signos de admiración el artículo) no ponga al desnudo que tendrían que hacer lo mismo con el acuerdo con el imperialismo de Rusia. Parece que el corazón de PO sigue estando en Moscú y su crítica al PTS sería porque tiene su corazón más cerca de Estados Unidos, el centro del “capital financiero internacional”, en cuyo beneficio y no del imperialismo de China, sería el acuerdo firmado por Cristina Fernández. Como no se menciona aquí ni en otro lado el acuerdo con Rusia, el PO en esto no tiene necesidad de criticar a la Presidenta ni al PTS, aunque sea “un acuerdo entre dos países capitalistas”.
Como es costumbre en el PO no podía faltar una alusión al PCR, sin mencionarnos, diciendo en la nota que “este debate se asemeja al que libramos contra la izquierda que se alineó con la Mesa de Enlace sojera, en la llamada ‘crisis del campo’”.