El 3 de noviembre de 1977, Sofía Tomasa Cardozo, de 38 años y con cinco hijos, militante del PCR, era secuestrada junto a otros seis obreros ceramistas de la fábrica Lozadur, ubicada en Villa Adelina, en la zona norte del Gran Buenos Aires. Por esos días, también fueron secuestrados cuatro obreros de otra ceramista de la zona, Cattaneo.
El 3 de noviembre de 1977, Sofía Tomasa Cardozo, de 38 años y con cinco hijos, militante del PCR, era secuestrada junto a otros seis obreros ceramistas de la fábrica Lozadur, ubicada en Villa Adelina, en la zona norte del Gran Buenos Aires. Por esos días, también fueron secuestrados cuatro obreros de otra ceramista de la zona, Cattaneo.
Sofía Cardozo fue parte de una de las primeras luchas obreras contra la dictadura de Videla. Lozadur era una gran empresa ceramista en la que trabajaban entre 900 y 950 obreros, de los cuales cerca de 600 eran mujeres.
Sofía se afilió al PCR en medio de la lucha, en el año 1975, cuando ya la trinchera que dividía aguas en la Argentina era “golpe-antigolpe”, y era conocida en la fábrica por su valentía. Ya en 1976, en plena dictadura, Sofía, junto a otras compañeras del PCR, fue parte de las que empujaron la lucha salarial y ante las terribles condiciones de trabajo. En agosto de 1977 los trabajadores encararon una lucha larga, contra el trabajo a destajo. En octubre la patronal, con acuerdo de la dictadura, cerró la fábrica, dejando a los 800 trabajadores en la calle. Estos siguieron concurriendo a la puerta de la fábrica durante varios días, con gran solidaridad popular, particularmente de la ceramista Cattaneo.
Para frenar la lucha, la dictadura desató una cruel represión y secuestraron a cuatro obreros de Cattaneo el 27 de octubre y, el 3 de noviembre secuestran de sus casas a Sofía Cardozo y a otros seis trabajadores, ellos son: Felicidad Abadía, Dominga Abadía, Elba Puente, Ismael Notaliverto, Francisco Palavecino y Pablo Villanueva.
Sus compañeras del PCR de Lozadur se pusieron al frente de la lucha por la búsqueda de los trabajadores y, junto a los obreros y familiares presentaron habeas corpus, denunciaron el terror fascista ante los organismos internacionales y pasaron a formar parte de la vanguardia de la lucha democrática, vinculándose con la naciente organización Madres de Plaza de Mayo.
Hace pocos días culminó el juicio contra los responsables del secuestro de los ceramistas, como parte de la megacausa en la que se investiga el terrorismo de estado contra los obreros de la zona norte del Gran Buenos Aires. Recibieron condenas algunos de los responsables políticos, más no todos los implicados, algunos de los cuales aparecieron sólo en calidad de testigos.
En este nuevo aniversario del secuestro de Sofía Cardozo y los ceramistas de Lozadur y Cattaneo, reafirmamos lo dicho por el Comité del PCR de la Zona Norte del Gran Buenos Aires: “no olvidamos, y no perdonamos. El ejemplo de Sofía Cardozo y los ceramistas desaparecidos está presente en cada combate obrero y popular por la liberación, y sus nombres son banderas que ondearán con fuerza el día del triunfo de la revolución”.