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05 de November de 2014

Organizaciones sociales marcharon el 4/11 a la Gobernación (Plaza San Martín) y a la Anses, denunciando que el hambre crece y que necesitan respuestas, no represión.

El hambre crece

Multitudinaria marcha en Rosario

 En su convocatoria, la CCC (Corriente Clasista y Combativa), la FOB (Federación de Organizaciones de base – Regional Rosario), CUBa- MTR (Coordinadora de Unidad Barrial – Movimiento Teresa Rodríguez), Causa, MST (Movimiento Sin Trabajo- Teresa Vive), Patria Grande, y Amas de Casa del País plantean:

 En su convocatoria, la CCC (Corriente Clasista y Combativa), la FOB (Federación de Organizaciones de base – Regional Rosario), CUBa- MTR (Coordinadora de Unidad Barrial – Movimiento Teresa Rodríguez), Causa, MST (Movimiento Sin Trabajo- Teresa Vive), Patria Grande, y Amas de Casa del País plantean:
La situación social se ha agravado en los últimos meses. El gobierno nacional de Cristina Kirchner, viene descargando la crisis sobre el pueblo a través de la inflación, y eso ha hecho crecer el hambre en las barriadas populares. A la hora de dar respuestas el gobierno provincial no puede desentenderse de esto, ya que nuestra provincia concentra gran parte de la riqueza del país, mientras aquí grandes empresas nacionales y monopolios extranjeros están exentos de impuestos que si se cobraran permitirían encarar soluciones a temas como la vivienda popular y el trabajo.
Los despidos, las suspensiones y la precarización laboral aumentan día a día en el país. Crece la desocupación. El gobierno nacional lo oculta en sus estadísticas, que consideran “ocupado” a un beneficiario de un plan social de míseros $750. Mientras tanto, insiste en discriminarnos a los santafesinos negándonos el programa “Argentina Trabaja”. A su vez el gobierno provincial no reclama por esto, ni genera un programa propio de trabajo.
Rosario no está ajena a esta situación: como exponente de la llamada “década ganada”, la ciudad con más villas del país es a su vez uno de los polos concentradores de soja más importantes del mundo. Trenes y camiones cargados de alimentos pasan a través de las barriadas con hambre de nuestra ciudad, para salir al extranjero desde puertos que no pagan impuestos. Últimamente, además ha captado la atención de los titulares nacionales por ser también uno de los lugares más violentos del país, producto del millonario negocio del narcotráfico, en el que están involucrados sectores empresariales y del poder político.
Aumentan la desocupación 
y las suspensiones
La situación de la juventud en el país es de extrema gravedad: la pobreza, la marginación, el desempleo, la falta de expectativas, la discriminación sufrida cotidianamente, dejan a los jóvenes de los sectores populares en una vulnerabilidad que es aprovechada para convertirlos en carne de cañón de los intereses de mafias y narcotraficantes.
Ahora bien, cuando articulan políticas públicas entre los tres niveles del Estado, no es para generar políticas inclusivas, sino para reprimir. Clara muestra de esto es el desembarco de Gendarmería, que lleva ya seis meses en nuestra ciudad y que lejos de combatir el narcotráfico, se dedica a apretar a los pibes de las barriadas populares.
La falta de presupuestos estatales destinados a generar mayor equidad social, y el endurecimiento de las respuestas represivas, no son exclusivamente para la niñez y la juventud, sino que son una definición política que se va instalando con el avance de la conflictividad social. Los gobiernos nacional, provincial y municipal hacen guiños para llevar tranquilidad a los pocos beneficiados de siempre, que siguen haciendo negocios, con el sudor de los trabajadores y la vida de los sectores más postergados de esta sociedad.
 Cada día somos más los que no podemos resolver dignamente ni siquiera lo alimentario. En los barrios crece el hambre. Y ahora, cuando la proximidad de las Fiestas obliga a las organizaciones sociales a salir a la calle a exigir por derechos básicos, se agita el fantasma de los saqueos desde el poder político, para condicionar estos reclamos. Señora y señores, las organizaciones de la ciudad (que creemos que las demandas sociales deben ser dirigidas a los gobernantes, y no a los almaceneros) les decimos que si es verdad que les preocupa esto, salgan ahora, y con respuestas, al encuentro de las necesidades que ustedes mismos generaron con sus decisiones políticas.
 A los gobiernos nacional, provincial y municipal exigimos:
1) Fuerte aumento de la asistencia alimentaria en los barrios populares.
2) Aumento de la tarjeta alimentaria de Ciudadanía a $500.
3) Llegada a la provincia de Santa Fe de los programas nacionales “Argentina Trabaja” y “Ellas Hacen”.
4) Creación de un programa provincial de empleo, con fondos de las empresas exentas de ingresos brutos.
5) Construcción de 20.000 viviendas para dar techo y trabajo a los sectores populares.
6) Aumento de la Asignación universal por hijo y planes sociales, y duplicación de sus valores en noviembre y diciembre.
7) Sobreseimiento a los 9 compañeros de la CCC Rosario. ¡Basta de represión!