La muerte del niño qom en Chaco y los niños de Misiones, vuelven a poner en cuestión la situación nutricional de la población infantil en la Argentina. Como así también el criterio que estableció la Nación en el año 2007 y con el cual se realiza la evaluación del estado nutricional en la actualidad (gráficos o curvas de referencia para el control de crecimiento de la OMS).
La muerte del niño qom en Chaco y los niños de Misiones, vuelven a poner en cuestión la situación nutricional de la población infantil en la Argentina. Como así también el criterio que estableció la Nación en el año 2007 y con el cual se realiza la evaluación del estado nutricional en la actualidad (gráficos o curvas de referencia para el control de crecimiento de la OMS).
A partir de un estudio que se realizó en 2011 y 2012, a 871 niños/as de tres escuelas de la zona sur de la ciudad de Córdoba, se pudo ver cómo, efectivamente, el resultado de la evaluación nutricional con el uso de las tablas de referencia de la OMS es muy distinto del generado a partir de las tablas que se utilizaban anteriormente, de la SAP (Sociedad Argentina de Pediatría).
Los resultados arrojaron grandes diferencias según los dos métodos empleados para valorar nutricionalmente a los niños/as. La mayor diferencia se encuentra en la categoría de déficit de peso, contrario a lo que sucede con la categoría de exceso de peso, ya que ambos patrones de referencia muestran porcentajes similares de prevalencia.
Si se evaluara únicamente según la OMS, diríamos que la mayoría de los niños/as se encuentran en estado nutricional adecuado y el principal problema nutricional sería la malnutrición por exceso. Mientras que, si con las mismas mediciones, tomamos como referencia para valorar el estado nutricional las tablas de crecimiento de la SAP la mitad de ellos tiene malnutrición, por exceso o por déficit. Además según la SAP, el porcentaje de niños con malnutrición por déficit es 3 veces superior, que al arribado usando las tablas de la OMS.
Las diferencias entre ambos patrones de referencia son estadísticamente significativas (p <0,0001) para las categorías de déficit de peso y eutrofismo.
Del relevamiento y análisis de los datos pudimos corroborar que la desnutrición, el bajo peso y también la malnutrición por exceso constituyen los problemas más relevantes que afectan la salud de niños/as en esa comunidad, sin embargo, desde que se cambiaron los patrones de referencia sólo se habla de obesidad y el exceso de peso como un problema de salud pública, cuando en realidad, es sólo un aspecto de la problemática nutricional actual.
Los resultados son preocupantes, si bien el estudio se realizó en una parte de la población, la situación económica y social de muchas familias se ha agravado con la inflación y el aumento del precio de los alimentos de la canasta básica, por ello, posiblemente la situación nutricional y de salud requiera de una atención urgente.
Si consideramos, además, que a partir de estos resultados se obtienen las estadísticas para la elaboración de las políticas en salud, podemos suponer que el gobierno K tiene la misma mala intención de ocultar la realidad, como lo hace con las cifras del Indec.
El uso de estos gráficos, deja muy cómodo al gobierno. Queda al descubierto que de la desnutrición no se habla ni se quiere hablar.