La UEPC está hoy dirigida por Juan Monserrat, integrante de la lista Celeste (como el actual ministro de Educación, Grahovac). El 7/01 dijo a los medios que este año pediríamos alrededor del 38%. Esto impactó en los compañeros docentes que estamos hartos de ser manoseados. Así que el tercer jueves del año, se dieron cita en la puerta del sindicato un grupo de compañeros.
La UEPC está hoy dirigida por Juan Monserrat, integrante de la lista Celeste (como el actual ministro de Educación, Grahovac). El 7/01 dijo a los medios que este año pediríamos alrededor del 38%. Esto impactó en los compañeros docentes que estamos hartos de ser manoseados. Así que el tercer jueves del año, se dieron cita en la puerta del sindicato un grupo de compañeros.
La lista de unidad provincial Pluricolor, de la que participamos, había ya elaborado y publicado una propuesta de 9 mil de bolsillo al cargo testigo, con blanqueos y aumento al básico para no distorsionar aún más el escalafón, ni perjudicar a los jubilados.
Vía web y por teléfono fue difundiéndose la movilización… es que estamos cansados ya de que siempre “nos madruguen”. De este espacio, participamos junto a compañeros independientes y los del Movimiento Blanco, Alternativa Docente, Docentes en Marcha, Lista Fucsia, Encuentro Docente y La Saleme. Se armó e hizo circular como petitorio una propuesta salarial propia, que incluía 50% al salario de bolsillo para que llegue a los 9 mil a quien recién se inicia, en una cuota, con blanqueo de cifras en negro, y renegociación trimestral. Creció exponencialmente la cita de los jueves en la puerta del sindicato desde donde marchamos a Casa de Gobierno, llegando a ser unos trescientos el 12/02, cuando llevamos a Monserrat nuestro petitorio y debió recibir a un grupo de compañeros.
La conducción anunció asambleas escolares para discutir la propuesta de De la Sota, que apenas ronda entre el 31 y el 38%, profundiza la distorsión del escalafón, y es en dos cuotas. La mayoría de las asambleas escolares votó por el no, con plan de lucha que incluía no inicio.
En la asamblea departamental del 24/1, al cabo de la lectura de los mandatos, se contaban 61 votos por el “no”, 60 por el “sí”, y 3 abstenciones. El gremio llamo a cuarto intermedio antes de la votación. Resultados finales: 44 por el “no”, 66 por el “sí”, y 3 abstenciones.
Monserrat y los suyos han mostrado que su entrega a los gobiernos de turno es incondicional. Hubo represión, gas pimienta, palos y compañeros procesados afuera de la asamblea. El camino de anticiparnos y mantenernos movilizados en el compromiso de garantizar el respeto a nuestros mandatos, es el correcto.
Al día siguiente, la marcha fue contundente: más de 3.500 compañeros ratificamos nuestro rechazo. Se abre el debate, dadas las próximas elecciones gremiales, en torno a que otro modelo sindical es necesario. Un sindicato en el cual los intereses que se defiendan sean los de los trabajadores, con independencia de los gobiernos nacional y provincial. Donde hasta el último de los compañeros pueda discutir democráticamente por qué pelear en cada momento. En el que los cargos sean revocables, y cuyos dirigentes vuelvan periódicamente al lugar de trabajo. Parece una utopía, pero no lo es. Quienes no olvidamos la experiencia del clasismo que pusieron en práctica los compañeros del Smata, con René Salamanca a la cabeza, lo sabemos.
Sépase bien, éste es un verano distinto. Puede que no logremos esta vez todo lo que deseamos, pero ya ninguna discusión, salarial o la que sea, será como en años anteriores.
