Como suele hacer este gobierno, el 26 de marzo anunció con bombos y platillos el Programa Hogares con Garrafa, Hogar. Este programa, según informó el ministro de Economía Axel Kicillof, está destinado a subsidiar a los usuarios de bajos recursos, que no tengan conexión de gas natural. El programa, del que la presidenta dijo “pusimos mucha onda” reemplaza al plan Garrafa para Todos, que “ofrecía” una “garrafa social” a $16, aunque con dificultades para conseguirla pues sólo se expendía en determinados lugares.
La realidad, como comprobaron millones de argentinos estos días, es que el anuncio oficial disparó el precio de las garrafas. En el Gran Buenos Aires, la de 10 kilos no se consigue a menos de $100, y en algunas provincias como Misiones costaba entre $120 y $180.
El gobierno dice que este plan beneficiará a las familias que “no posean ingresos superiores a dos Salarios Mínimos, Vitales y Móviles ($9.432) o a tres SMVM ($14.148) si uno de los miembros posee un certificado de discapacidad o se trata de una vivienda social o comunitaria”, especificó la Anses, a la que una vez más el gobierno le transfiere el subsidio. El monto del subsidio por hogar a depositar, correspondiente a 2 garrafas de 10 kilos por mes, será de $154 ($77 por cada una).
Para acceder al subsidio hay que anotarse en una base de datos de la Anses, y la Secretaría de Energía será quien dictamine si corresponde o no el subsidio.
Este nuevo programa, como reconocen muchos en el gobierno, es en realidad un ajuste, ya que el monto destinado es muy inferior en pesos devaluados al de “Garrafa para todos”, con el que subsidiaba a los productores. El programa Hogar llegará, según fuentes oficiales, a 2,5 millones de hogares, mientras que el anterior tenía un presupuesto equivalente a 4,5 millones de hogares.
Varios empresarios ya han dicho que el precio fijado de $97 para la garrafa de 10 kg “no es rentable”, y en la mayoría de los comercios el aumento es superior.
Los compañeros con planes sociales que no poseen la Asignación Universal, por ejemplo los cooperativistas del Plan Argentina Trabaja, deben inscribirse y luego esperar que les otorguen –o no– el subsidio. Como nos decía el dirigente de la CCC Fredy Mariño, con esto el gobierno además se “ahorra” los subsidios del mes de abril para todos estos desocupados.
Si además tenemos en cuenta que una familia, en el conurbano bonaerense, consume sólo para cocinar no menos de dos garrafas de 10 kg al mes, veremos que en el mejor de los casos, la familia que cobre el subsidio recuperará un tercio de lo que gasta en un año en garrafas, y eso congelando el precio en $97, lo que en la Argentina K, con esta política inflacionaria, es imposible.
