El 30 de abril, convocada por “Trabajadores Autoconvocados de Siderca”, se realizó una concentración en la rotonda de entrada a Tenaris-Siderca en la Ruta 6 y una caravana por las calles céntricas de la ciudad de Campana en protesta por las suspensiones rotativas que inició la empresa, con el pago del 85% del sueldo por tres meses con opción de renovación automática por otros tres meses hasta octubre.
El 30 de abril, convocada por “Trabajadores Autoconvocados de Siderca”, se realizó una concentración en la rotonda de entrada a Tenaris-Siderca en la Ruta 6 y una caravana por las calles céntricas de la ciudad de Campana en protesta por las suspensiones rotativas que inició la empresa, con el pago del 85% del sueldo por tres meses con opción de renovación automática por otros tres meses hasta octubre.
Al finalizar la caravana en la plaza central de la ciudad, los trabajadores valoraron con alegría haber dado un primer paso, como dijeron en la convocatoria; “mostrar al poder político, a los vecinos y comerciantes de la ciudad de Campana la situación que estamos viviendo de despidos encubiertos, suspensiones masivas, contratos basuras, rebaja salarial, entrega del premio de producción”.
La empresa Tenaris-Siderca emplea a 5.000 trabajadores en la producción de acero sin costura para la industria petrolera. El monopolio extranjero de origen italiano Techint, encabezado por Paolo Rocca es el propietario de esta empresa, núcleo de la siderurgia y principal empresa industrial del país. Sólo en los últimos dos años la empresa ha declarado ganancias por más de 2.000 millones de dólares en sus balances.
La empresa está afectada en el último período por la disputa en el mercado internacional de la industria petrolera con la rebaja en el precio del barril de petróleo de U$S 100 a U$S 50/60, cuya raíz está en que hay sobre oferta de petróleo en el mercado, se mantiene la actividad económica y la demanda, y se despliega la disputa interimperialista.
Desde octubre del 2014 Tenaris Siderca fue reduciendo sus planes de producción para el 2015 en 40% o 50% menos que en el 2014 según sus declaraciones; con la política de reducir costos que minimicen la reducción de las ganancias y descargar los efectos de la disputa en el mercado sobre los ingresos de sus trabajadores en vez de absorberlos con las ganancias extraordinarias que han tenido en los últimos años. Comenzaron no renovando contratos a plazo fijo, eliminaron un turno de producción y por último desde abril suspenden a todo el personal en forma rotativa abonándoles el 85% del sueldo durante las suspensiones, con la consiguiente rebaja salarial e inestabilidad laboral.
La UOM Campana firmó en marzo con la empresa un acta por la cual acepta el régimen de suspensiones rotativas y rebaja del salario. El sindicato justifica la firma del acta -que no fue consultada en asamblea con los trabajadores- con el argumento de que así evitan los despidos. Esto no es cierto porque no hay compromiso de la empresa de no producir despidos, incluso nada se dice en el acta sobre los despidos encubiertos que promueve la empresa con los “arreglos voluntarios”.
En realidad el sindicato kirchnerista y el gobierno nacional, que intervino con Tomada y Kicillof en la negociación del acta, dejan pasar la política empresaria de reducir costos, trasladando la crisis en el mercado y la reducción coyuntural de la producción, sobre las espaldas de los trabajadores. La empresa, la UOM y el gobierno, con el acta de suspensiones acuerdan en principio hasta octubre mantener esta situación, que significa rebaja salarial e incertidumbre sobre lo que ocurrirá luego de las elecciones presidenciales de octubre.
Los compañeros de la Corriente Clasista y Combativa de Siderca proponen, para continuar el primer paso dado con la caravana del 30 de abril, impulsar desde las secciones que la mayoría de los compañeros den mandato a sus delegados de exigir que se paguen las suspensiones con el 100% del salario que corresponde a cuatro turnos de producción y no sobre el que fija el acta que es menor, porque no considera el trabajo nocturno, sábados y domingos y, fundamentalmente exigir el compromiso de la empresa de no producir despidos por un año.
Al mismo tiempo, ante la negociación de la paritaria nacional metalúrgica, exigir a la Comisión Directiva de la UOM que se cumpla el mandato del reciente congreso nacional de Delegados de luchar por un aumento del 32% en el salario de convenio rechazando, rechazando el tope que pretende imponer el gobierno. Y también continuar apoyando las exigencias del paro nacional del 31 de marzo por la eliminación del impuesto a las ganancias, un salario mínimo que cubra la canasta familiar de $16.500, y la precarización laboral, y el trabajo en negro.