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15 de July de 2015

Entre el 7 y el 9 de julio se realizó este Encuentro, que funcionó durante tres días en Santa Cruz de la Sierra, en la hermana Bolivia, con la participación de más de 1.500 personas de 40 países. A su regreso, el compañero Emilio Román, integrante de la delegación, entrevistó a Juan Carlos Alderete, invitado en su carácter de dirigente de la Corriente Clasista y Combativa.

2º Encuentro Mundial de los Movimientos Populares

Juan Carlos Alderete encabezó nuestra delegación en Bolivia

En el acto de cierre del Encuentro se presentó y leyó una carta con las conclusiones recogidas por los organizadores, dirigida al Papa Francisco. Después habló Evo Morales y en el cierre estuvo el trascendente  mensaje del Papa.
 

En el acto de cierre del Encuentro se presentó y leyó una carta con las conclusiones recogidas por los organizadores, dirigida al Papa Francisco. Después habló Evo Morales y en el cierre estuvo el trascendente  mensaje del Papa.
 
El intercambio de organizaciones que nucleaban a: trabajadores precarizados, migrantes, temporales, desempleados, campesinos, los sin tierras, originarios y también organizaciones sindicales, sociales y de derechos humanos, fue un verdadero grito contra el sistema imperante mundialmente que no puede brindar tierra, techo y trabajo (las 3 T de las que habló Francisco), que coloca al borde de la una nueva guerra al mundo, que inunda de marginalidad, pobreza, exclusión, explotación, discriminación y destrucción de la naturaleza. Como se dijo… “esto no puede seguir rigiendo el destino del planeta” y “queremos construir un modo de vida en el que la dignidad se alce por encima de todas las cosas”.
Siendo el 2° Encuentro (el 1° fue en Roma entre el 27 y 29 octubre de 2014), las posibilidades de una gran unidad latinoamericana y de los pueblos del mundo sometidos a la dependencia, opresión y explotación son gigantescas. Fue notoria en los talleres y testimonios de decenas de representantes, las denuncias de las penurias de excluidos y explotados con el acompañamiento de sacerdotes y jerarquías de la Iglesia, en un compromiso colectivo para enfrentar la injusticia imperante en todo el orbe. Conviviendo notablemente creyentes y no creyentes. Lo que amplifica la posibilidad de una gran unidad mundial que enfrente al capitalismo, el colonialismo y el imperialismo.
Hubo una presencia predominante de nuestro continente, que repicó en varias oportunidades en el coro “alerta que camina el antimperialismo en América latina” y también delegaciones de todo el mundo, como Melite Yasar del Movimiento Mujeres Libres de Kurdistan y su vibrante arenga o el secretario de la Central de trabajadores de Palestina, de la India, Kenia y otros.
Entre la multifacéticas expresiones culturales, en particular de nuestra América estuvo también las de la cultura proletaria. En la apertura un espectáculo de instalación con un gran contingente de compañeros, tuvo como poema de fondo la “Resolución de los comuneros de Bertolt Brecht” (Considerando…) y también en otra actuación el “Preguntas de un obrero que lee” (Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?), también de Bertolt Brecht.
 
“No podemos pensar en cambios de fondo en nuestro país sin los católicos”
 
—Juan Carlos, acabamos de regresar del 2° Encuentro de movimientos populares, que finalizó con la presencia del presidente Evo Morales y del Papa Francisco.
—Creo que este tipo de encuentros se tendrían que abrir mucho más, porque si no hay participación de los compañeros de abajo, terminan como muchas de estas cosas que se organizan por arriba, por las alturas, con las posiciones de los dirigentes y no con los reclamos de la gente. Este tipo de espacios debería ser mucho más democrático –no es que no lo haya sido. Hubo presión de muchos participantes, que no aceptamos que sean sólo los panelistas los que dan su posición, y los demás escuchamos. Hemos estado antes en encuentros similares, y si no se amplían no nos sirven. Si son amplios y democráticos crean una expectativa, porque puede dar muchos frutos en los reclamos sectoriales, sindicales. Nosotros hicimos un pequeño aporte, porque al principio no se sabía si iba a haber talleres, como ocurrió, así que hubo poco tiempo. Tuvimos una pequeña injerencia en algunos puntos, como la reforma agraria, la precarización laboral que hace el Estado a través de los programas sociales, lo que se vio que existe no sólo en la Argentina sino en otros países, incluso en Bolivia. Charlando con compañeros bolivianos nos contaban que hacen la contraprestación en la vía pública o en los edificios estatales, al igual que en Paraguay. En los distintos países estos programas sociales son un parche que no ayuda a resolver los problemas de fondo que nosotros tenemos. 
 
—Hay que reconocer que hubo esfuerzo de los organizadores por resolver muchos de los problemas que planteás, y para que funcionen casi dos mil participantes de 40 países de los cinco continentes.
—Exactamente. Debo reconocer que no fueron cerrados, entiendo que abrieron la participación, lo que expresa una cierta disputa por la dirección entre los organizadores. Esto pasa siempre en la vida de todas las organizaciones. Hubo un gran trabajo militante por parte de muchos jóvenes para que las cosas salgan bien. El comportamiento que tuvieron hacia nosotros fue muy bueno, nos pusieron entre los 30 invitados especiales frente a Evo Morales y el Papa, y así estuvimos a pocos metros de ellos. Esto nos sorprendió gratamente. Ahora tenemos como tarea establecer relaciones con las entidades y organizaciones que estuvieron presentes, y que no tenemos, lo que hace que muchas veces nos encontremos como “sapo de otro pozo”. Nos encontramos con algunos con los que hemos estado en otros eventos, y con algunos con los que hemos peleado juntos en las calles. Quiero reconocer el esfuerzo que hicieron los compañeros de Salta y Jujuy que nos acompañaron, para participar en los talleres. Si ves las fotos, parece que nuestra delegación era muy numerosa, pero en realidad fuimos cuatro, pasa que con el correr de los días hubo compañeros ecuatorianos, mexicanos, brasileños, peruanos, que andaban con las gorras de la CCC. Y hay que destacar el gesto de monseñor Sánchez Sorondo, que se puso la gorra de la CCC y se la dejó mucho tiempo, mientras participaba de un panel, en el escenario. Nos llamó poderosamente la atención. Hay que tener en cuenta que en el Encuentro hubo cánticos a favor del gobierno de Cristina Kirchner, empalmando “Mar para Bolivia, Malvinas para Argentina”. A ese cantito nosotros le agregábamos “y sin la base china”.
 
—¿Qué opinás sobre las expresiones del Papa en el cierre del Encuentro?
—Me parece que tenemos que analizar ese discurso, los que somos revolucionarios, los que somos clasistas. Hay que verlo punto por punto, porque creo que es de lo más revolucionario que yo escuché de un Papa. Porque no podemos pensar en cambios de fondo en nuestro país si no tenemos en cuenta a los católicos. Sin los peronistas y sin los católicos no hay ningún cambio de fondo posible en la Argentina. Por lo tanto conviene que analicemos en detalle ese discurso, que tiene, como se dice “mucha tela para cortar”. Creo que ese discurso puede disciplinar a algunos que quieren jugar con los movimientos sociales, como se ha hecho en otros países y también en el nuestro.
 
—Se podría decir que este encuentro estuvo teñido por el antiimperialismo, el anticapitalismo, y el anticolonialismo…
—Sí. Nosotros metimos la palabra latifundio, y terratenientes latifundistas, que existen no sólo en nuestro país, como nos dieron la razón compañeros paraguayos, demostrando que en su país también existen los latifundios. En Bolivia también hay latifundios. Esta es una de las montañas que tenemos que derribar, de la que mucho no se habla. Y tampoco se habla mucho de otros imperialismos que están avanzando, como el chino.
 
—Juan Carlos, habrá otras oportunidades para profundizar en esta experiencia que hemos vivido…
—Sí, por supuesto. Para finalizar estas primeras impresiones, creo que fue acertado haber aceptado la invitación. Así vivimos en carne propia las razones por las que nos habían invitado.