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09 de September de 2015

El 6 de agosto se desarrollaron las elecciones nacionales del Sindicato Argentino de Obreros Navales. Nuestro corresponsal conversó con Jorge de Filippis, candidato a secretario adjunto de la Lista Azul y Blanca. 

Los trabajadores navales se ponen de pie

Lista Azul y Blanca del SAON

 
—¿Cómo están los trabajadores navales en el país?

 
—¿Cómo están los trabajadores navales en el país?
Jorge: Lo que vimos es una situación bastante dispar en los distintos puertos y ciudades. Por ejemplo en Rosario no hay ningún convenio colectivo de trabajo, hay astilleros donde los compañeros no saben con qué convenio les liquidan el sueldo. Sueldos que arreglan directamente con la patronal, cero presencia del sindicato. En Tandanor una situación muy compleja, compañeros trabajando en zapatillas, esperando que vengan los barcos y que los marineros tiren la ropa que ellos tienen en desuso para poder utilizarla para laburos de pintura y rechinaje, toda gente contratada, contratos de efectivos con funciones discontinuas. Un desastre la flexibilización. 
En Ramallo los compañeros trabajan en pésimas condiciones. En un dique flotante a orillas del río y los compañeros trabajando sin arnés, en condiciones de trabajo desastrosas, con salarios bajísimos de $35 la hora el medio oficial; compañeros que vienen de más de treinta años de industria, que han trabajado en Alianza, un astillero que fue el emblema de la industria naval en la décadas del 70 y 80, que luego el menemismo los desarmó. En Bahía Blanca otra situación similar, también $35 la hora cuando el convenio colectivo de trabajo hoy está en $63. Recibos de sueldos de $1.700 de básico. En la mayoría de los puertos no hay cobertura de la obra social. Esta es la situación de los trabajadores navales en todo el litoral, tanto marítimo como pluvial.
 
—¿En Mar del Plata es igual la situación?
—En Mar del Plata pudimos revertir muchas de estas cosas gracias a la lucha. Acá también se trabajaba en esas condiciones. Hace unos años te contrataban las cooperativas, ni loco te tomaban los astilleros. Nos fuimos organizando, eligiendo delegados y encabezando todos estos reclamos y a través de la lucha fuimos revirtiendo la situación. Hoy, salvo raras excepciones, te contrata directamente la empresa. El gremio fue un gran instrumento de organización y de lucha contra esta situación. En este sentido, es muy importante el cuerpo de delegados que es el más grande del país. En Mar del Plata pudimos desplegar y poner al sindicato al servicio de los trabajadores. 
 
—¿Cómo ven a la industria naval?
—Depende de dónde comparar. No nos podemos comparar nunca con otros países y con otras épocas como la década del 80, donde éramos casi 20.000 obreros navales. Hoy andamos alrededor de los 6.000 trabajadores en todo el país. Mar del Plata es el principal polo de la industria naval privada del país. Si bien están Tandanor y Domec Garcia pero esos lugares no tienen el trabajo que tiene Mar del Plata por ser el principal puerto pesquero y de asiento de barcos. Por el tipo de puerto que hay acá en Mar del Plata hay 400 barcos amarrados en este puerto. Eso te da una dinámica de trabajo muy grande. No lo tiene ni el puerto de Buenos Aires, ni Bahía, ni Rosario. La situación es una situación bastante complicada, bastante compleja, porque no hay en el país políticas que favorezcan al sector. Tampoco que favorezcan al sector naviero, ni que favorezcan al sector industrial naval. No fueron favorecidas para poder construir, sí fueron favorecidos para poder chartear barcos desde el extranjero. En Mar del Plata el 80% de los barcos con asiento en el puerto son extranjeros, venidos del puerto de Vigo, barcos japoneses, chinos. Muchos de la época de la segunda Guerra Mundial. En Bahía todos los remolcadores son chinos. Naves muy viejas que siguen navegando en el Mar Argentino y en la hidrovía. 
 
—Sabemos que viene de una elección nacional del gremio ¿Cómo fueron los resultados y qué situación se abrió?
—Las elecciones nacionales fueron un momento muy álgido de la agrupación. Nosotros rompemos en política cuando la conducción de Esperoni propone llevar al gremio y a los navales a la cola de Julián Domínguez y de Scioli. Planteamos que era mentira que los trabajadores no teníamos otra que apostar por este modelo. Víctor De Gennaro y el Frente se empezaban levantar como una realidad. Esta es una de las cuestiones por las que rompemos, también, por la Ley de Marina Mercante e Industria Naval que propone el kirchenrismo (con el diputado Nacional G. Harispe a la cabeza) con la cual tenemos grandes diferencias. No está pensada para desarrollar la industria sino para fortalecer al monopolio de la industria naval que encabeza Tetamanti. Otro tema fue la democracia interna del gremio, la creación de seccionales, las elecciones de delegados, como se deciden los pasos a seguir dentro del gremio. 
Las elecciones fueron para nosotros muy buenas, teníamos la base y el corazón en el puerto de Mar del Plata, nos quisieron dividir en la conformación de las listas y nosotros mantuvimos unida a la seccional a través del cuerpo de delegados y los referentes principales de Mar del Plata se mantuvieron en la Azul y Blanca. 
En números definitivos de la junta electoral nosotros sacamos 440 votos y la Rosa 614. Desconocimos el resultado y presentamos una impugnación general de la elección dada una cantidad enorme de irregularidades y la situación está abierta. Ganamos SPI (MDP), empatamos en Ultrapetrol (Rosario) y fuimos una fuerza importante en Tandanor (Capital). Sacamos un 72% en Mar del Plata que es el principal polo de la industria naval privada. Podemos afirmar que la Azul y Blanca es la principal fuerza y eso no se puede ocultar. El 4 de agosto (dos días antes de las elecciones) tomando el Artículo 60 del Estatuto que establece que con 351 compañeros afiliados se puede declarar a una delegación como seccional, y teniendo en cuenta que la Junta Electoral reconoció 600 en Mar del Plata, realizamos una asamblea con más de 300 compañeros y declaramos la seccional. Para la Azul y Blanca las elecciones fueron una inyección de vida, rompimos el cerco de Mar del Plata y pasamos a tener fuerza en Rosario, Capital, Bahía Blanca y otros puertos. 
 
—¿Cuál es el programa de la agrupación?
—El programa que construyó la agrupación es: pelear contra los topes salariales, unificación de los convenios colectivos de trabajo en todo el país, la insalubridad y la jubilación anticipada, y el tema de políticas a favor del sector de la industria naval y, por supuesto, la democratización del gremio: que haya delegados en todos lados y que se respete a las seccionales.