Estas organizaciones, con el asesoramiento de una socióloga, realizaron un censo en la zona rural de Pampa del Indio, epicentro de la gestación de esas luchas. Con éstas se logró reiniciar la siembra de algodón por períodos, maquinarias, herramientas, la construcción de viviendas, la electrificación y ahora el inicio del tendido de red de agua rural y copeo de leche. Nada de esto estaba en los planes oficiales, todo fue conquistado con la lucha.
Estas organizaciones, con el asesoramiento de una socióloga, realizaron un censo en la zona rural de Pampa del Indio, epicentro de la gestación de esas luchas. Con éstas se logró reiniciar la siembra de algodón por períodos, maquinarias, herramientas, la construcción de viviendas, la electrificación y ahora el inicio del tendido de red de agua rural y copeo de leche. Nada de esto estaba en los planes oficiales, todo fue conquistado con la lucha.
También se conquistaron diferentes planes que dan ingreso permanente a las 155 familias censadas que significan 563 personas. El estudio dio como resultado que el máximo ingreso familiar mensual, era de $2.324 en enero de 2015. Esta cifra está por debajo del índice de indigencia que el gobierno definía en $2.760,80 en noviembre de 2014. Estos ingresos están constituidos por planes, Asignación Universal por Hijo, Madres de 7 Hijos y Pensiones, arrancados al gobierno pero que están congeladas desde hace años y son devorados por la inflación. Pueden sumarse changas o ingresos irregulares con la construcción de viviendas.
La cantidad de tierra promedio en el sector relevado es de 0,75 has por habitante, sin producción en los últimos tres años por la sequía y por falta de apoyo en el 2015.
Si estas son las condiciones de ingreso de un campesino pobre y originario donde más se luchó en el Chaco, ¿puede imaginarse cómo son esas condiciones donde no hay organizaciones y lucha y los problemas no se hacen visibles? En ellas el aporte del Estado se limita a diferentes planes de asistencia a casi el 70% de la población. Se mantiene el “genocidio silencioso” y las condiciones que empujan a abandonar el campo para que avancen los sojeros.
Los hospitales y centros de salud inaugurados son una cáscara sin médicos, enfermeros, ni medicamentos. Los bolsines de mercadería que se repartían cada dos o tres meses, y duraban una semana, se suspendieron durante seis meses y fueron reemplazados, donde lucharon, por tarjetas “alimentarias” de $150 de irregular funcionamiento y menor cantidad. Estas, en zonas como El Impenetrable, requieren gastos en viaje a los centros comerciales de casi igual monto que el de la tarjeta.
La lucha por permanecer en el campo, viviendo de la producción y defendiendo la tierra y el territorio, es muy dura. Los megaproyectos empujan al éxodo y, al mismo tiempo, para poder orientar y organizar las luchas, la producción y la construcción en zonas alejadas –de hasta 600 kilómetros- se requiere de estructuras políticas y técnicas centralizadas y territoriales.
Las elecciones
En este marco, vamos a elecciones con una pobreza que disminuyó en los primeros años de este gobierno pero que ahora crece, y decenas de miles de todo tipo de “ayuda económica”, que son miserables pero se hacen imprescindibles mientras no haya trabajo genuino y producción. Esto juega como un elemento de valoración en algunos casos y, en otros, de chantaje para votar esta política. Esto se agudiza cuando “se olfatea” que los que aparecen como la principal alternativa de cambio, los pueden sacar.
El 20 de septiembre se realizarán las elecciones a gobernador y vice, diputados provinciales, intendentes y concejales en la provincia. El Frente Popular Sur se presentó a las PASO con candidatos en los cargos provinciales y en 15 de los 69 municipios. De los 15, en 12 superamos las exigencias para intendente y concejales pero no superamos para gobernador y vice ni para diputados provinciales. Donde no tuvimos presencia territorial con candidatos municipales y por lo tanto tampoco fiscales, el resultado fue cero. La sumatoria provincial no alcanzó para seguir a la general con los otros candidatos.
Esta particularidad dificulta la campaña y la necesidad de mostrar una fuerza provincial. Buscamos formas de hacerlo y concentramos en los lugares que fueron y son epicentro de nuestras luchas y en Resistencia.
Dificultad de las elecciones municipales en las zonas rurales
A pesar de que en las elecciones municipales participa la población de zonas rurales y en un porcentaje de población a veces mayor que la urbana, generalmente se lo ve como un problema de programa urbano.
Para nuestras fuerzas, que son en algunas localidades mayoritariamente campesinas, no es un tema fácil de resolver. Levantábamos las luchas y los logros que se volcaban en dinero gastado en el pueblo, pero no teníamos una propuesta para los campesinos que pudiera impulsarse desde el Municipio.
Luego de varias reuniones en distintos parajes de Pampa del Indio, hicimos el siguiente cálculo como base de la propuesta principal del Programa:
A) 1 tarro de semilla de sandía = $510 para 1 hectárea, que puede producir 1.200 sandías que a $40 cada una, da un ingreso de $ 48.000 por hectárea. Si tomamos un limitado ejemplo de que esa producción la podrían realizar las 155 familias censadas, darían una cifra de $7.500.000 con un costo en semillas de $80.000.
B) 1 kg de semilla de zapallo brasilero = $ 470 para 1 hectárea, que puede producir 10.000 kg, que a $6 el kg, da un ingreso de $60.000 por hectárea. Si tomamos las 155 familias, daría una cifra de $9.300.000 con un costo de $72.850 en semillas.
En síntesis, con un costo de $152.850, sólo 155 familias pueden producir $16.800.000 a gastar en el pueblo para beneficio de comerciantes y servicios en general y aumento de la recaudación municipal.
Si a esa cifra la dividimos por 5 meses de trabajo, daría la suma de $ 3.360.000 por mes, cuando la coparticipación mensual de la localidad es de $ 300.000.
Para instrumentar esta propuesta se propone la creación de una Secretaría de Agricultura Municipal con presupuesto propio y que articule los diferentes planes nacionales y provinciales que usan para los punteros, pasando por arriba del Municipio y su población rural. Se propone la disponibilidad de un transporte que posibilite comercializar la producción.
En las asambleas de paraje preguntábamos, ¿Dónde gasta la plata Eurnekián? ¿Dónde la gastan los campesinos? ¿Cuál es el programa que tuvieron los municipios para los campesinos?
Hace falta un compañero joven, probado en las luchas defendiendo estos intereses, que empuje esta política en el Concejo con un equipo y acompañado con la movilización de los campesinos y sus organizaciones.
Si se apoya al campo, también se beneficia la ciudad. Daniel Benítez, secretario de la Unión Campesina, de la Federación Nacional Campesina y candidato a primer concejal del Frente Popular Sur, hace falta en el concejo para que entren tus reclamos.
La campaña en la capital
Al mismo tiempo, en Resistencia, coordinando el trabajo de la CCC en los barrios con los compañeros universitarios y de los otros partidos, impulsamos la necesidad de respuestas a los 280 asentamientos que contienen al 48% de la población de la ciudad, con una política oficial de tierra, techo y trabajo como la que venimos impulsando hace años desde el llano, con respuestas al tránsito, la seguridad y la juventud.
El aporte del gobierno para esta campaña fue de cero pesos, ni para los votos. Garantizar los fiscales de Mesa en cada localidad será un gran esfuerzo, pero es lo único que puede achicar la política de robo y fraude a la que están acostumbrados.
El frente del PJ logró un amplio triunfo en las PASO, con algunos votos de la interna radical que pueden no repetirse. Nosotros nos proponemos reforzar la instalación del Frente Popular Sur y hacer entrar algún concejal.
