Los llamados “gigantes de la Industria”, Siderar entre ellos, pusieron en marcha nuevas medidas de ajuste: culpan a la recesión en Brasil, la competencia china y, en el caso de Siderca, a la caída del precio del petróleo. Extenderán suspensiones, paralizarán sectores, y reducirán personal para compensar la caída de la demanda. En la ex Somisa la producción este año cayó el 12%.
Los llamados “gigantes de la Industria”, Siderar entre ellos, pusieron en marcha nuevas medidas de ajuste: culpan a la recesión en Brasil, la competencia china y, en el caso de Siderca, a la caída del precio del petróleo. Extenderán suspensiones, paralizarán sectores, y reducirán personal para compensar la caída de la demanda. En la ex Somisa la producción este año cayó el 12%.
El 1° de noviembre dejará de funcionar en la Planta General Savio de Siderar, el Alto Horno N° 1, el histórico “María Liliana”. Lo hará por un año, según declararon autoridades de la Empresa. ¿Las razones?: reducir la producción para ajustar la oferta a la demanda.
Junto al cierre del Alto Horno saldrá de servicio una de las baterías de la Planta de Coquería, una de las líneas de la acería LD y uno de los hornos de laminación en caliente. Paolo Rocca ha decidido que la capacidad de la planta se reduzca al 75%.
Mientras subsista la situación de crisis, sobrarán trabajadores. Las declaraciones empresariales hablan de que se mantendrán los puestos de trabajo del personal de Siderar, reubicando los sobrantes en otros sectores u otras empresas del grupo. Pero la mano de obra tercerizada, los compañeros de las contratistas, serán la primer variable de ajuste. De hecho, centenares de jóvenes contratados que aprendían el trabajo o cubrían vacaciones esperando pacientemente dos años o más para ser efectivizados, ya no pudieron renovar contratos y quedaron en la calle; las compañías, en forma de hormiga, han ido dejando sin trabajo a muchos trabajadores de los considerados de “segunda categoría”; los que van y vienen de acuerdo a los caprichos o necesidades del gran monopolio y ganan la mitad del sueldo de los trabajadores estables de planta.
El jueves 24/9 hubo un Congreso de Delegados, donde se informó lo que ya hacía días se conocía por la prensa y nada más. Ni una respuesta a la preocupación de la mayoría de los trabajadores.
Mientras tanto hay confusión. Las pilas de planchones se acumulan en los playones, echando por tierra los vaticinios más pesimistas. Si se está produciendo a full ¿qué hay de cierto en las declaraciones empresarias? Y entonces comienzan las especulaciones. Una situación de confusión y consideraciones que, sumada a la inacción del gremio, paraliza y divide.
Por su parte, Acindar estudia reducir uno de los cuatro turnos y Siderca, en Campana, mantiene las suspensiones de 3.300 trabajadores y ya eliminó a 800 puestos, mientras la planta funciona al 30% de su capacidad. Acaban de cerrar en Mendoza Manferro y Globe Metals, productoras de ferroaleaciones que tienen como principales clientes a Siderca, Siderar y Acindar que han mermado su actividad: en la calle quedaron 400 trabajadores. Y en Villa Constitución, la castigada Paraná Metal, en manos del pirata Cristóbal López, agoniza ante los intentos de cerrar la fábrica y dejar en la calle a 200 trabajadores.
La siderurgia está en crisis. Y habrá que prepararse para hacer frente en los próximos meses a mayores despidos y suspensiones. Si las cosas quedan en manos de traidores y ladrones como Caló, Brunelli y compañía, que cobran 20.000 dólares mensuales de una sola coima en “prolijos sobres marrones” y son una especie de “gerentes de relaciones sindicales” de sus empresas, la noche volverá a hacerse en las familias de los trabajadores siderúrgicos.