Los productores ya llevan más de 20 días en la Plaza y vienen de estar otro tanto en las rutas. El gobierno no ha dado casi ninguna respuesta, el Instituto Nacional de la Yerba Mate se ha mostrado incapaz de hacer cumplir el precio que él mismo determinó como obligatorio para el producto. Se ha transformado en una institución con una gran burocracia y abundantes fondos depositados en sus cuentas bancarias, pero la acción combinada del gobierno y los industriales ha logrado esterilizar la dura lucha que costó lograr la creación del mismo a mediados del año 2002.
Hablan los protagonistas
Entrevistamos a Julio, joven de 21 años que es uno de los que encabezan esta acampe en la plaza principal de la capital provincial.
—¿Por qué están luchando?
—La problemática de los productores es muy grave, realmente es un caos y no se puede trabajar. Arriesgamos nuestras propiedades, o sea, el esfuerzo y sacrificio de nuestros abuelos, pues al no poder pagar las cargas sociales, Uatre, Renatre, AFIP y otros nos intiman y hacen juicios. En la zona centro y norte, de los 48 centavos que dice el INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate) que se debe pagar por kg. de hoja verde, nos pagan 30, de los cuales 11 centavos es por cosecha y 18 centavos a 140 días “con probabilidad de cobro”. Se enriquece el gobierno, los molineros y el mercado.
Pedimos que se nos pague el precio justo por el producto y que se cree un Mercado Consignatario con fondos del gobierno nacional y provincial.
—¿Qué es el Mercado Consignatario?
—Es una especie de mercado oficial, donde se entregaría la yerba en consignación, o sea en depósito, porque la yerba cuando más tiempo madura después de seca, es de mejor calidad. Para la entrega se pagaría un precio mínimo al productor que determinaría el INYM. La yerba del colono, cuando el Mercado Consignatario la venda a los molinos que la envasan (Taraguí, Amanda, etc.) lo hace con un precio que cubre el costo del depósito y el del colono. Antes así funcionó la yerba por muchos años. Yo eso no lo viví, pero sé que así fue hasta que liquidaron la Comisión Reguladora y el Mercado Consignatario que existía.
—¿Cómo se organizan?
—Estamos nucleados en APAM (Asociación de Productores de Misiones); se hacen asambleas de productores por localidad donde se discute la situación, qué hacer, cómo seguir.
—¿Cuál es tu situación particular?
—A mí me hubiera gustado estudiar para contador público cuando termine la escuela, pero por la situación, no pude. Mi viejo me dio parte de la chacra para que la trabaje, y es eso lo que me queda, por eso estoy acá, para defender lo único que tengo. Y para defender la producción y la vida de la provincia, que es la yerba mate, que es lo mismo que defender una vida digna para los jóvenes, para que no tengan que abandonar la chacra de sus abuelos para ir a vivir a la villa de las ciudades, como le pasó a muchos de mis amigos.
—¿Qué va a pasar ahora?
—Y acá nos quedamos, hasta que nos den un precio justo y mercado consignatario.