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14 de October de 2015

1919: Huelga en La Forestal

crónicas proletarias

 Como reseñamos en una anterior columna (77), La Forestal, ese inmenso latifundio imperialista para la explotación del quebracho colorado y el tanino, surgió en 1906. Hacia 1919, esta empresa inglesa poseía 2.100.000 hectáreas repartidas entre el norte de Santa Fe y el Chaco, y apropiadas en uno de los capítulos más escandalosos de la historia de la rapiña oligárquica de nuestro país. Basta recordar que en sus orígenes, a fines del Siglo 19, el representante de los capitales ingleses luego predominantes en La Forestal, Lucas González de Murrieta y Cía, fue quien redactó el proyecto de ley de pago del empréstito con esa compañía, y el que representó a la provincia de Santa Fe en la venta de 668 leguas cuadradas a… Murrieta y Cía.
Hacia 1919 La Forestal ya había absorbido a las otras empresas dedicadas a la explotación del quebracho, y era, al decir de Gastón Gori, un verdadero feudo, que creaba poblados controlados por la empresa, que así no sólo regía el trabajo sino toda la vida del obrero, que era obligado a vivir en las casas de la compañía. Perder el trabajo implicaba perder la vivienda. La Forestal tenía a su servicio policías, la tristemente célebre “gendarmería volante”, jueces y funcionarios.
En ese contexto, se fueron creando los primeros núcleos de resistencia organizada –antes hubo muchas rebeliones espontáneas- con un Centro Socialista en Villa Ocampo, y la Federación Obrera de Tanino y anexos del Chaco. En Villa Guillermina se conformó un Centro Obrero, y se comenzó a editar el periódico Añá Membuí. Así se llegó a julio de 1919, cuando se lanzó la primera huelga organizada, en reclamo de aumento de los jornales, suspensión de despidos y turnos de ocho horas de trabajo. El conflicto duró varios días y los trabajadores obtuvieron un compromiso de mejoras, relata Gori, luego que los trabajadores del ferrocarril de La Forestal “comenzaron a obstaculizar el recorrido de los trenes en las vías del trayecto al kilómetro 39 y el Empalme Villa Guillermina con el FCSF”.
En diciembre de 1919 arrancó un nuevo paro, que se extendió hasta mediados de enero del 20. Allí los dirigentes de la huelga se dieron un trabajo de llegar a más obreros, con piquetes en los lugares de trabajo, y una campaña de afiliación al Centro Obrero tanto de empleados como de jornaleros. La empresa utilizó a las fuerzas represivas hostigando a los obreros y cortándole la luz y el agua en los pueblos. Los obreros respondieron sacando las agujas de señales en las vías, impidiendo el transporte de rollizos y durmientes. La Forestal tuvo que ceder y se conquistaron los tres turnos de 8 horas. Luego vendrían nuevos combates.