Noticias

04 de November de 2015

Boycot contra locaut

Crónicas proletarias

 
 En medio de la Semana de Enero de 1919, la Federación Obrera Marítima realizó una huelga general en reclamo de aumento salarial, descansos semanales, reglamentación del trabajo a bordo, y el derecho de la organización sindical a intervenir en la contratación de personal. Esto último sacó de las casillas a las empresas navieras, dispuestas a no aceptar estas condiciones.

 
 En medio de la Semana de Enero de 1919, la Federación Obrera Marítima realizó una huelga general en reclamo de aumento salarial, descansos semanales, reglamentación del trabajo a bordo, y el derecho de la organización sindical a intervenir en la contratación de personal. Esto último sacó de las casillas a las empresas navieras, dispuestas a no aceptar estas condiciones.
La FOM era, en ese entonces, uno de los más poderosos gremios de nuestro país, y el sostén principal de la FORA sindicalista. Los marítimos impulsaban activamente el boicot en solidaridad con los trabajadores de otros gremios, y a través de sus gremialistas se desarrollaron organizaciones sindicales en muchos lugares del país.
La huelga arrancó el 8 de enero, y si bien finalizó el 1 de febrero, el conflicto siguió al negarse los trabajadores de un vapor a cargar harina en solidaridad con los obreros molineros, en conflicto. La Asociación Nacional del Trabajo, organización patronal que entre sus objetivos estaba el de proveer rompehuelgas a las empresas en conflicto, trabajaba con el Centro de Cabotaje y el Centro de Navegación transatlántica, y los impulsaron a contrarrestar el boicot con un locaut patronal, que abarcó a toda la marina de cabotaje.
El gobierno de Yrigoyen intervino en el conflicto, y sacó los decretos de oficialización, que autorizaban a la Aduana y a la Prefectura a proveer de estibadores y personal de a bordo cuando hubiera un conflicto en el tráfico fluvial, y establecía un registro de personal tripulado, confeccionado por el Estado.
Las patronales se dividieron, y una parte aceptó las condiciones de los huelguistas. Por eso pudo la FOM dar por terminado el conflicto en abril, conseguir un aumento del salario de un 40%, y en un comunicado afirmar que “Toda reclamación que se relacione con la falta de cumplimiento del pliego de condiciones o cualquier cuestión que afecte los intereses de los asociados, deberá hacerse a la aduana, y en caso de no tener éxito, la acción remitirá todos los informes que considere necesarios a esta secretaría, para que el consejo federal se encargue de la transmisión del asunto”, y que “la aduana no embarcará sino el personal que le provea la FOM”. Es decir, que en los hechos la FOM mantuvo el control tanto de la selección de trabajadores como de la administración de los contratos. Otro gran logro fue el derecho de la FOM de lanzar huelgas de solidaridad con otros gremios. La empresa Mihanovich, la más importante del cabotaje, se opuso al acuerdo y lo resistió, lo que derivó en nuevos conflictos.