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06 de January de 2016

Aprender del pasado

Crónicas proletarias

Haber llegado al número 200 de esta columna semanal, nos invita a hacer algunas reflexiones ¿por qué Crónicas proletarias? Son varias las razones. 

Haber llegado al número 200 de esta columna semanal, nos invita a hacer algunas reflexiones ¿por qué Crónicas proletarias? Son varias las razones. 
 En primer lugar, la historia de nuestro movimiento obrero es parte de la historia nacional, que todos los militantes debemos estudiar, como decía Mao.  A la vez, en esta historia encontraremos manifestaciones de los principales debates en el movimiento obrero a escala internacional. 
Los revolucionarios, como dice el secretario general del PCR, Otto Vargas, estudiamos el pasado para conocer lo que hicieron bien y en qué se equivocaron las generaciones precedentes, para aprender de ellas, porque “todo lo que se ha hecho para avanzar en la lucha por la emancipación de la clase obrera ha costado muy caro a los padres, a los abuelos, a los bisabuelos, al movimiento obrero”. 
En nuestro país, el movimiento obrero es más que centenario, y encierra tradiciones de lucha gigantescas. Las principales corrientes obreras, y los marxistas en particular, que ya se cuentan en generaciones, han dado no sólo decenas de mártires en la larga lucha por la liberación nacional y social, sino que han escrito importantes capítulos de nuestra historia, a la vez que aportaron al desarrollo de nuestra cultura, de nuestra ciencia y de la producción, a lo largo de estos años.
Hay una gran riqueza en nuestro movimiento obrero, conformado por torrentes criollos, negros, originarios e inmigrantes. Para conocerla, al menos parcialmente, tenemos que partir de buscar la verdad en los hechos. 
Tratamos, como escribió José Ratzer, de “no partir de esquemas preelaborados, analizar los hechos tal como se produjeron, no esconder situaciones desagradables para el punto de vista del historiador. Es claro que en toda  investigación hay cosas por las que se pasa de largo, sin verlas. Pero la exigencia de rigor y honestidad reduce el campo de las grandes equivocaciones, para no hablar de las falsificaciones conscientes, que deben ser eliminadas de cuajo”.
A lo largo de estas 200 columnas hemos tratado de abordar algunos puntos centrales de la historia de las luchas obreras, y de sus organizaciones, en particular la construcción del partido político del proletariado revolucionario. 
En ese recorrido hemos aprendido mucho, y sabemos que lo limitado de esta columna no nos permite profundizar la mayoría de las veces. Entendemos estas Crónicas… como una invitación al conjunto de lectoras y lectores a que se sumerjan en la rica historia de nuestro movimiento obrero, y aporten a su construcción colectiva.