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27 de January de 2016

Con motivo de cumplirse el 20° Aniversario del Grupo Teatro de las Ollas, hoy conversó con el compañero Jorge Paladino, uno de sus directores.

“Poner a los protagonistas sobre el escenario”

Entrevista al autor y director teatral J. Paladino

 “Ford me partió la cabeza” cuenta Jorge. Se refiere a cuando en 1985 más de 4.000 obreros ocuparon la planta automotriz y la pusieron en producción, experiencia de la que participó como médico voluntario dentro de la planta. “Esos obreros eran como un ejército, organizados, dispuestos, cuidaban la fábrica como si fuera de ellos. Como diría Mao, entrar a la planta, era entrar a otra época histórica”. 

 “Ford me partió la cabeza” cuenta Jorge. Se refiere a cuando en 1985 más de 4.000 obreros ocuparon la planta automotriz y la pusieron en producción, experiencia de la que participó como médico voluntario dentro de la planta. “Esos obreros eran como un ejército, organizados, dispuestos, cuidaban la fábrica como si fuera de ellos. Como diría Mao, entrar a la planta, era entrar a otra época histórica”. 
De allí salió Jorge -que aún recuerda y recita el comienzo de su primer poema escrito a los 14 años- convencido de que había que escribir sobre esa gran lucha. “Me puse a escribir una novela, pero me di cuenta que no iba a llegar al público que yo quería. Entonces pensé en el teatro, algo que nunca había hecho”. 
Así nació, dos años después, “El cielo por asalto” (Tomando la frase de Marx sobre los dirigentes de la Comuna de París), obra que con los años se transformaría en uno de los tempranos emblemas del grupo. “Le llevé la obra a 9 directores y ninguno se interesó. Entonces, uno de los jóvenes actores del ‘Romance a la guerra del Atlántico Sur’, (Poemas y canciones que había teatralizado en esos años) me dice ‘¿por qué no la dirigís vos?’. En 1989 comencé a estudiar en la carrera de Artes del Espectáculo (UBA), e hice dos seminarios de puesta en escena con Francisco Javier, un gran director que despertó en mí la pasión por el teatro. En el ‘93 vino el Santiagueñazo y un reguero de luchas posteriores. Yo había escrito una obra con menos personajes y me recomendaban que empezara con ésa, como director, pero yo quería hacer ‘El cielo por asalto’, que tenía 15 personajes y varios actos. Finalmente pude reunir al elenco.
La estrenamos el 22 de diciembre de 1995 en un centro cultural que inauguramos ese año en San Miguel, La Caldera. El grupo de teatro no tenía nombre. Cuando arrancamos con la obra fue increíble. Estuvimos de diciembre a marzo todos los viernes a sala llena. Aunque había sido escrita años atrás, esa obra hablaba de lo que estaba pasando en ese momento político”.
Luego Jorge relata el proceso de su segunda obra “épica”, como las denomina: “Teresa se alza con piedras”, sobre el Cutralcazo y el asesinato de Teresa Rodríguez. “Me fui a Neuquén, y con ayuda de los compañeros del Partido hice varias entrevistas. Fue una experiencia muy buena, me abrieron las puertas de su casa y de su corazón. Volví a Buenos Aires lleno de ideas. Habiendo visto los enfrentamientos con la policía pensaba que eso podría ser bailado, y las asambleas, cantado. Algo así como una ópera, pero no lírica sino popular. El elenco era muy grande, 23 actores, cantantes y bailarines. Fue con esta obra, y cuando La Caldera estaba por cerrar, hacia 1999, que decidimos ponerle un nombre al Grupo, que por supuesto tendría que ver con las ollas populares.
Desde ahí tuvimos un perfil. Porque todas las obras que había escrito estaban relacionadas con cuestiones sociales o políticas contemporáneas de nuestro país. Tenemos 15 obras escritas, 11 estrenadas (Salamanca la estrenó el compañero Derli Prada). 
 
Un grupo vinculado a las luchas obreras y populares
Ante la pregunta nuestra de cómo funciona el grupo de teatro, Paladino reflexiona que “La producción del Grupo ha estado muy vinculada a las luchas obreras. La evolución, y hasta los cambios en él, tienen que ver con eso y con cada momento político que vive el país. Entre 2001 y 2003 ganamos varios premios con diferentes obras: ‘Las noches siempre terminan’ (Sobre los bebés robados en la dictadura), ‘Hora de visitas’ (sobre la lucha de los jubilados) y ‘El muro’ (sobre la recuperación del Ingenio La Esperanza, en San Pedro – Jujuy). Era un momento político propicio para obras como las nuestras”. Paladino define al grupo como “Totalmente vocacional y que no recibe un peso de nadie, pero a la vez, muy profesional, en el sentido del origen de la palabra: profesar…uno profesa lo que ama. Los nuestros son actores profesionales, porque aman lo que hacen y sacrifican tiempo y hasta dinero por el Grupo”.
Jorge aclara que él llama “teatro épico” al que relata una batalla, a diferencia de lo “épico” en Brecht. “Nuestras obras épicas (Cinco) ponen en escena batallas populares”. Entre 2005 y 2009 hubo un largo impasse en el grupo. “En 2005 nos bajaron ‘El muro’ de Liberarte, cuando una persona que trabajaba en Télam dijo que la obra era ‘muy ideológica’. En realidad quiso decir: ‘No comparto esta ideología’. Había cambiado nuevamente el momento político”.
En esos años Jorge siguió escribiendo, y empezó a estudiar dirección teatral con Juan Carlos Gené [reconocido actor, director y dramaturgo fallecido en 2012]: “Allí incorporé un método científico (Gené no lo consideraba así), que con su permiso empecé a enseñar a través de un taller en la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento, en 2009”. Ahí viene esta otra gran lucha obrera de Kraft. “Qué cosa –piensa en voz alta Jorge- los obreros industriales, ¿no? Arrancamos con Ford en 1995, y casi 15 años después ‘¡Kraft…!’ produce un nuevo fortalecimiento del Grupo”. 
Recuerda que desde el Comité Central del Partido le proponen que escriba una obra sobre la lucha de Kraft: “Yo me había jurado no volver al teatro épico, porque es mucha gente, un sacrificio enorme para montar las obras y trasladarlas, pero me sentí muy orgulloso y decidí intentarlo. Hicimos la investigación que hacemos siempre, previa a la escritura de la obra. Con dos compañeros del Grupo fuimos a la puerta de la fábrica a entrevistar a los trabajadores y a los familiares. Hicimos 30 entrevistas. Yo no tenía muy clara la puesta, y la idea me la dio Arcadio Alfonso, cuando se apareció en ropa de trabajo para declarar en uno de los juicios que les hicieron a los compañeros. Era como si dijera ‘sí, soy obrero industrial, vengo a un tribunal que me va a juzgar por algo que no cometí, ¿y querés que me ponga corbata?’. De ahí salió que la obra transcurriera en la fábrica (pasado) y en el tribunal (presente). 
‘¡Kraft…!’ produjo una revolución en el grupo. En ese momento éramos 10, de los cuales 3 no podían ensayar porque andaban con problemas de trabajo. Y hacían falta 8 más, para cubrir los 15 personajes. Fuimos convocando a los amigos de los amigos, a algunos que estaban en mi taller, etc. Cuando leímos la obra por primera vez, en septiembre de 2010, generó un gran entusiasmo en todas las actrices y actores. Yo tenía miedo de caer en algo panfletario, cosa que siempre he rechazado, porque hay que llegar al corazón de la gente, no a su cerebro. La reflexión vendrá si hubo una fuerte emoción que la disparara. Para mí el teatro no tiene una función didáctica. Lo que hacemos con nuestro teatro épico es empatizar al público con los personajes para hacerles vivir junto a ellos esa batalla”. 
“La puesta en escena de ‘¡Kraft…! Acercó a 8 actrices y actores nuevos al Grupo. Había vuelto un momento político favorable, abierto por la lucha agraria en 2008. Durante más de dos años llevamos la obra a todas partes. Hicimos como 40 funciones. Tres veces la hicimos en Pacheco para los trabajadores de Kraft y sus familias. Se armó un grupo muy lindo, aunque heterogéneo, pero nos unía el hacer un teatro que fuera útil para el pueblo. No queríamos hacer teatro sólo para divertir, sino para conmover difundiendo las luchas obreras y populares. Ahora somos más de veinte. Fuera del trabajo teatral, nos reunimos para despedir el año, para los cumpleaños, y a veces sólo para vernos y charlar. Creo que se avanzó en la relación política y eso permitió que nos ayudaran en la difusión del Frente Popular y que algunos, hasta aceptaran figurar como candidatos en las listas”
 
“En la gente está la riqueza para lo artístico”
 “El año pasado fui a Jujuy, a El Triángulo, y recorrí acá otros asentamientos, para escribir sobre las tomas de tierras. Estamos ensayando y la obra se llama ‘El amor viene después’. Tenemos otros dos objetivos para este año: una sala propia, en San Miguel, y publicar un libro con lo que fuimos aprendiendo en estos 20 años. Nos ayudó mucho leer a Mao. Eso de fundirse con las masas, y que en la gente está la riqueza para generar todo lo artístico y literario. Es tal cual. La gente me dio personajes y emociones que pude traducir al papel y que luego emocionaron a los actores y actrices durante el trabajo y luego al público, desde el escenario. Una cadena que nace con la investigación, con escuchar a los protagonistas, y después, poner a los protagonistas allí, sobre el escenario. Eso es lo que nosotros llamamos, en el Grupo, ‘Alegrar el corazón de los que luchan’, es decir, devolverles su esfuerzo, su coraje… hecho teatro.
La charla se prolonga mucho más allá de lo que permite el reportaje, con un Jorge entusiasmado contando los proyectos para el año “Aprendiendo a delegar y dejar de ser hombre orquesta. Con obras como ‘La otra mitad del cielo’ y ‘Marginal’, que estuvieron en los ENM de 2014 y 2015, dirigidas por otros compañeros del grupo, haciéndose cargo de la producción, la publicidad, conseguir salas, etc. Teatro de las ollas tiene que seguir su camino y para eso es imprescindible que se lo apropien sus actrices y actores. En eso estamos ahora”. 
No podíamos despedirnos sin preguntarle cómo queda la cultura luego de 12 años de gobierno kirchnerista. “Lo que más me preocupa es lo que veo en muchos jóvenes y alguna gente de la Cultura que fueron cooptados por el ‘relato’. Han sido envenenados con ese estilo de mentir y descalificar al otro”. Jorge vincula esto con el escepticismo: “Creo que la fórmula de ‘lo posible’ y la falta de un faro socialista en el mundo hizo que muchos de ellos vieran un gobierno ‘de izquierda’ en los Kirchner”. Y sobre lo que viene con Macri, Jorge opina: “Creo que todos los gobiernos, de acá en más, van a priorizar el uso de la cultura para encubrir su corrupción y engañar a la gente. Esa es la experiencia que dejan los Kirchner a las clases dominantes”.