El ministro de Planeamiento de Brasil, Romero Jucá, nombrado por Temer, tuvo que renunciar a poco de haber asumido, después de la divulgación de una conversación, previa al impeachment (juicio político) de Dilma Rousseff, con el ex presidente de la empresa Transpetro, Sérgio Machado. En esta conversación, Jucá sugiere un pacto para barrer la operación Lava Jato, es decir, la investigación judicial sobre la corrupción en Petrobras, y dice que tendría que haber juicio político a Dilma Rousseff para lograr eso.
Jucá fue justamente uno de los articuladores del impeachment, y él mismo tiene cuatro requerimientos por corrupción ante el Supremo Tribunal Federal (STF). En la conversación expresan sus temores a ser procesados: “todo el mundo va a delatar” dicen, refiriéndose a los empresarios de las principales constructoras de Brasil, Oderbrecht, Camargo Correa, Queiroz Galvao, que denuncian las fabulosas coimas a cambio de una rebaja en sus penas.
Mientras tanto continuaron las protestas por la disolución del Ministerio de Cultura, una de las medidas dispuestas por el gobierno de Temer.
