“A quienquiera, siempre que no sea un elemento hostil ni recurra a ataques virulentos, hay que permitirle hablar y no importa que se equivoque. Los dirigentes a todos los niveles tienen la obligación de escuchar a los demás. Es necesario observar dos principios: 1) decir todo lo que se sabe y decirlo sin reservas; 2) no culpar al que habla sino tomar sus palabras como una advertencia. A menos que se observe auténtica y no falsamente el principio de “no culpar al que habla”, será imposible lograr que se diga “todo lo que se sabe, y sin reservas”.
Mao Tsetung (15/12/1944).