1. Cambió la situación política
1. Cambió la situación política
El gobierno de ricos para los ricos, que preside Macri, se fue desenmascarando, en grandes masas, al abandonar sus promesas electorales y aplicar su política de descargar y profundizar la herencia kirchnerista sobre los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y demás sectores populares. Su política es más dependencia y más latifundio terrateniente.
La respuesta popular ha sido extraordinaria. La gran Jornada Nacional de Lucha Campesina y Multisectorial, impulsada por el la Federación Nacional Campesina, al cierre de esta edición, completa el arco social de las protestas. Luchas que comenzaron con el corte de lucha de los trabajadores de Cresta Roja, se masificaron en los grandes combates de los docentes, los estatales y los petroleros contra los despidos, los trabajadores de la salud, siguieron con las históricas jornadas del 29/4, los trabajadores de la educación junto a los estudiantes, el 3 de junio de las mujeres, el Encuentro de Líderes Originarios en San Luis en apoyo al reclamo de tierra de los huarpes, y el 13 los campesinos pobres, quinteros y medieros en las rutas.
Fracasó el gobierno cuando creyó que tendría 6 meses de tregua para aplicar sus medidas reaccionarias. No tuvo cheque en blanco. Lo que se expresó, también, en política, con la derrota de su candidato en Río Cuarto (ver recuadro).
2. Un fallo reaccionario y antiobrero
Con la devaluación y los tarifazos que provocaron una brutal trepada de la inflación, y con los despidos, Macri agravó mucho el hambre en las barriadas populares. El hambre y el frío: la garrafa de 10 kilos llega a pagarse, en algunos lugares, hasta $200. Y provocó una nueva oleada de despidos en la industria, y está ahorcando a pequeñas y medianas industrias, comercios y productores agrarios, con las tarifas y con la apertura de importaciones desde China y Brasil.
Con las luchas, y aprovechando las disputas por arriba, se han ganado conquistas: frenar despidos, aumentos salariales (muy poco frente a los tarifazos), reclamos de los desocupados, la media sanción por el Senado de la ley de Emergencia en violencia que vienen luchando las mujeres (aprobada por el Consejo Deliberante de Mar del Plata), en algunos lugares boleto estudiantil, etc. En muchos casos llenos de trabas burocráticas para recuperar algún peso.
No hay que confundirse: el gobierno trata de ganar tiempo y recuperar la iniciativa. Toma medidas para su contraofensiva. Acaba de imponer, por decreto, el secreto del total de los fondos para los espías de la AFI. Y la Corte Suprema de Justicia, en un fallo reaccionario y antiobrero, anuló el derecho de huelga de los trabajadores.
3. La fractura del kirchnerismo
Macri trata de justificar sus medidas con la herencia kirchnerista de inflación, pobreza, recesión, vaciamiento de las finanzas públicas, etc. Hay sectores populares que sufrieron esa política K que todavía le dan tiempo al gobierno. Pero hoy, es el gobierno de Macri el que descarga esa herencia, y la profundiza, sobre el pueblo.
Además, el macrismo ya se ha lanzado a la disputa para las elecciones del 2017, en particular en la provincia de Buenos Aires, clave para las presidenciales del 2019. Eso arrastra el escenario político en esa dirección.
Los Kirchner, sin el gobierno y en tribunales por su brutal corrupción, ya no son lo que eran. Cristina, con La Cámpora, el PC y sus colaterales (Heller, Sabatella, etc.), tratan de usar las luchas para generar cierta anarquía, en la que intentan montarse para sus objetivos de retorno al gobierno. También actúan provocadoramente en movimientos gremiales y sociales para coparlos.
Esos sectores subordinados a Cristina, para esconder su fracaso político y su herencia de más dependencia y más latifundio terrateniente, agitan ideas sobre “el retroceso de las masas en América Latina y el avance de las derechas y los yanquis”. Lo hacen en el momento en el que, en la Argentina, se están produciendo movimientos y luchas de masas grandiosos.
Sectores gremiales, sociales y políticos, que apoyaron al gobierno K, han tomado distancia o han roto con la jefatura de Cristina, cuestionan su herencia y sus planes. En muchos lugares, estos sectores son parte de acuerdos concretos para la unidad de acción en la lucha.
4. Con las banderas de la Independencia
Hay un gran requerimiento de la CCC por masas muy castigadas por la política macrista. Las fuerzas clasistas del movimiento obrero, las fuerzas populares y nacionales, el PTP y el PCR, son un factor que pesa en la política nacional. Se han fortalecido donde están a la cabeza de las luchas, trabajan por la confluencia multisectorial, y dan la batalla política por el reagrupamiento de fuerzas.
Con el cambio total del tablero político que se ha producido, se han creado las mejores condiciones para que avance la lucha de masas y el reagrupamiento de fuerzas políticas. Reagrupamiento político para dar respuestas hoy en el seno del gran debate que hay en las masas y, también, para prepararse para las elecciones.
La derrota del macrismo y sus socios, y el paso de avance de las fuerzas populares, muestra que ahí donde se juega, en política, se avanza. Es un estímulo para ir a fondo en la campaña por la personería del PTP, y el fortalecimiento y la ampliación del Frente Popular.
Estamos viviendo un momento en el que los requerimientos del movimiento social y político son enormes (ver agenda de lucha, pag. 3). No hay otra forma de resolverlo que yendo al encuentro de esas masas, en las que hay miles de luchadores que buscan el camino para torcerle el brazo a esta política de ajuste y entrega, y crear las condiciones para una salida nacional y popular.
Frente a los abrazos de Macri con jerarcas imperialistas como Obama (yanqui), Cameron (inglés), Hollande (francés), Putin (ruso) y Xijimping (Chino), a pocos días del Bicentenario de la Independencia Nacional, levantamos con orgullo las banderas de los patriotas de Mayo y el Congreso de Tucumán: ¡Ni amo viejo ni amo nuevo, ningún amo! ¡Vamos por la segunda y definitiva independencia! La cita es el 7/7 en Tucumán, y el 9 en todas las plazas del país.