Micaela Bastidas fue líder de una de las principales revueltas antiespañolas posteriores a 1780. Su cuerpo fue descuartizado en 1781. “Su cabeza se puso en Callanca, entrada común de la ciudad y principio del cerro de Picchio, un brazo se destinó a Tungasuca, otro a Arequipa, y una de las piernas a Carabaya, y lo restante del cuerpo se condujo al propio Cerro de Picchio. Y ahí se quemó en la hoguera dispuesta para el efecto, juntamente con el de su marido, José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru).”
Berta Wexler: Revista Cuadernos, Nº 50.