Fue necesario que pasaran 400 años, para que un rey español comenzara a visitar los antiguos dominios. Entre 1975 y 2012 Juan Carlos realizó 80 viajes a América, y a Argentina vino 6 veces. En 1978 se entrevistó con el dictador Videla, en el 85 con el presidente Alfonsín, participó en 1995 de la cumbre iberoamericana; se entrevistó con Néstor Kirchner en 2003 y con la presidenta Cristina Fernández en 2010. Un dato interesante es que en 2004, participando como invitado especial del III Congreso de la Lengua Española en Rosario, criollos y originarios le hicimos una manifestación para devolverle los espejitos y cuentas de colores, actos que tuvieron gran repercusión en la población y fueron cuidadosamente ocultados por la prensa oficial. En su discurso este rey reconoció que “(…) No se puede olvidar en este punto que la comunidad hispano hablante añade al patrimonio común la riqueza del plurilingüismo; muy conscientes de ello, los organizadores de este evento han reservado dos jornadas para estudiar la fecunda relación del español en América con las numerosas lenguas indígenas y del castellano con el resto de las lenguas de España”. Hablar de numerosas lenguas, a pesar de las miles que murieron bajo la metralla española y la cruz de la evangelización nos resultó humillante a quienes defendemos nuestra identidad desde el momento mismo de haber sido puestos bajo la dependencia del imperio español.
Para completar este breve curriculum de visitas, sus tareas en los países de varios continentes y en especial tanto a los hermanos latinoamericanos como a Argentina, estuvieron ligadas al establecimiento de relaciones comerciales favorables a España y sus empresas que como con Repsol y Aerolíneas han continuado el saqueo de nuestros países. Un fragmento del discurso del rey así lo expresa: “(…) Nuestro agradecimiento se extiende a las diversas empresas argentinas y españolas que con su valioso patrocinio lo hacen posible (…)” ¿Qué razones tiene ahora el gobierno de Macri para invitarlo a participar de las celebraciones del bicentenario? ¿Nuevamente comerciales? ¿O como parte de la política entreguista que lo caracteriza? ¿O continúan siendo tan grandes el desprecio y el desconocimiento de nuestros valores nacionales, que hace esta verdadera provocación no solo a los argentinos y tucumanos sino a todos los pueblos y naciones de Latinoamérica trayendo como invitado especial para conmemorar nuestro grito de independencia a un rey que abdicó por los escándalos de corrupción? ¿Un gobierno que a través de su Ministro de finanzas, Prat Gay pide perdón a los empresarios españoles que deberían estar presos por delincuentes?
Los pueblos originarios, que para mal de las clases dominantes continúan luchando por su dignidad, por sus tierras y por su identidad después de 500 años, han alzado su voz reclamando explicaciones y anunciando que no participarán de los festejos –a los que han sido invitados- si está presente este ex rey. Al igual que todos los que luchamos por lograr la Segunda y Definitiva Independencia, nos sumamos desde el Movimiento y convocamos a que el sentimiento patriota que une a la mayoría de los argentinos sea el punto de unión necesario hoy. Ya lo dijimos en 1810: ¡NI AMO VIEJO, NI AMO NUEVO, NINGUN AMO! Y lo repetimos en julio de 1816, no sólo independientes de España sino de cualquier otra dominación extranjera. Quienes integramos el Movimiento por la Segunda y Definitiva Independencia esperamos a todos los patriotas y luchadores de nuestro pueblo a participar el 7 de julio en los actos que realizamos para conmemorar el Bicentenario de nuestra independencia junto a artistas y organizaciones políticas y sociales populares.